Productores de papa: ¿cara o cruz?

¿Convendrá "hacer contrato" o me juego todo al mercado fresco? Obviamente que hay productores especializados en la producción de papa para industria, que "nacieron" a la par de la aparición de éstas, y que adoptaron toda la tecnología brindada por las fábricas, junto con cierta estabilidad en los precios. Estos productores se han sumado a la producción junto con la principal industria procesadora, quien paradójicamente es el "productor" más grande de papa del país.

Del otro lado se encuentran los productores que históricamente han sido fieles al mercado fresco y que si bien han adoptado tecnologías similares a los "industriales" (cosechadora, transporte a granel, planta de acondicionamiento y procesado, almacenamiento, etc.), la infraestructura montada, y la no dependencia con las fábricas, hacen que apuesten todo a esa modalidad de producción y comercialización, a pesar de los malos resultados obtenidos en los últimos años.

En el medio están los que diversifican, y que inclinan la balanza hacia un lado o hacia el otro, dependiendo lo que pasó la campaña anterior, la capacidad financiera, las perspectivas, etc.

A modo de ejemplo cabe mencionar lo sucedido en esta campaña, donde varios productores pequeños y medianos, que no hacían habitualmente "contrato" con las fábricas, optaron por incorporar variedades de industria, producto del fracaso del mercado fresco en las dos últimas campañas y de la posibilidad de financiar algún insumo estratégico como es la semilla, que es provista por las industrias en canje por producto a cosecha.

Otro aspecto que motivó la diversificación, dice Argenpapa, fue la inestabilidad política y económica del país, que llevó a que los productores optaran por pactar un contrato en dólares en la primavera pasada, cuando aún no se sabía que sucedería en las elecciones y menos que pasaría con "la divisa". Muchos otros aspectos son relevantes al momento de tomar la decisión, pero uno que define es el económico y es donde hace hincapié el productor para decidir la conveniencia por uno o por otro o equilibrar la balanza para no tener sorpresas.