Más de una vez hemos oído, leído y comentado sobre las sierras balcarceñas, incluidas entre las más antiguas del planeta, que guardan en sus piedras una parte destacada de la historia y, al parecer debajo de su superficie, restos de animales que habitaron el lugar en algún momento. Y están quienes se interesan por conocer secretos que transmite el entorno, como Oscar Martín, un entusiasta de la Arqueología y la Paleontología que dedica parte de su tiempo a reunir materiales que va encontrando en sus expediciones serranas, tal cual ocurrió días atrás cuando descubrió restos de gliptodonte en el sector de la cava.

“Veníamos detectando hace algunos años ahí al pie de la sierra, en la cantera municipal, el hallazgo de fósiles. Veníamos tomando esa información, fotografías de lo que iba apareciendo, en un trabajo con el Geo Parque, un equipo de distintas áreas municipales y geólogos de Mar del Plata, haciendo un relevamiento de geología, paleontología e icnología. Y hace unos meses un chico encontró un desplazamiento de sedimentos y se encontraron restos de gliptodonte, posiblemente del género neosclerocalyptus, una de las especies más chicas”, contó.

En ese desprendimiento de tosca aparecieron parte de la cola, el tubo caudal y los anillos caudales, aspectos que pudieron recuperarse. Y días atrás ocurrió una situación similar y pudieron hallarse restos de placas de caparazón del mismo animal, pudiendo rescatar ese material que había caído a la parte inferior de la cava.

DE ERAS Y GÉNEROS

Los gliptodontes pertenecieron a la era cenozoica -posterior al período mezozoico que comprendió a los dinosaurios- y también en el plioceno y pleistoceno, por lo cual se estaría hablando de entre diez mil a dos millones y medio de años de antigüedad.

“En la familia de los gliptodontes hay distintos géneros, lo que más se ha encontrado en lo que es provincia de Buenos Aires es el gliptodon, que pesaba más de una tonelada y por eso se lo conoce como mega mamífero. Después estaba el Doedicurus, el panochthus y aparece luego el neosclerocalyptus, que es este que se encontró y que pesaría entre trescientos y cuatrocientos kilos, midiendo unos dos metros y medio de largo desde la cola hasta el hocico”, destacó Martín.

Ampliando su explicación, hizo saber que en sus análisis dividen a los gliptodontes que tenían coraza rígida y los amarrillos, con banda movible solapada una con otra. En ese sentido y con dichas características, a los paleontólogos se les facilita la labor para determinar la especie y otras características.

HALLAZGO QUE SUMA

Este descubrimiento producido en el sector serrano balcarceño suma para el trabajo que se viene cumplimentando en la materia, no sólo en la ciudad sino en distintos ámbitos.

A opinión del experto en el tema, es muy positivo el hallazgo: “para Balcarce esto es muy importante porque no hay mucho registro de fósiles, ya que lo único que podemos encontrar en esta zona cuando se hace una cava o una perforación, son restos fósiles muy diferentes a los que aparecen en las barrancas de la costa, porque el mar está golpeándolas constantemente y van apareciendo fósiles. Nosotros no, en estos lugares tiene que ser con una cava o con los hornos de ladrillos cuando sacan este tipo de sedimentos, que aparezca algún fósil. Y esto es importante para Balcarce porque tenemos algunos de estos animales prehistóricos que podemos conservarlos acá para que luego la gente los pueda conocer”.

INTERÉS Y ESPACIO

Pasaron varios años ya desde cuando Oscar Martín comenzó a interesar al Municipio sobre una colección arqueológica y paleontológica, con la firme intención de encontrar resguardo y posterior exhibición del material para que pueda ser admirado por los ciudadanos locales.

“Nunca tuve la oportunidad de que se entusiasmaran para poder donárselas, hasta que un día una persona me acercó a Esteban Reino, que en ese momento era presidente del Concejo Deliberante, le mostré en fotografías lo que tenía y en quince minutos se entusiasmó y me dijo que si llegaba a ser Intendente algo íbamos a hacer con esa colección. Y cumplió, porque ya como Intendente hizo una Ordenanza municipal y pedimos permiso al CREPAP (Centro de Registro de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico) de La Plata porque hay una ley nacional que protege todos esos patrimonios. Eso fue donado al Municipio, está en depósito y de alguna manera es de todos los balcarceños”, explicó.

La idea principal es encontrar o construir un espacio para poder mostrar en vitrinas todo el material reunido. Se está trabajando en este tema y se aguarda que pronto haya novedades sobre ello.