"Normita", la representante de Balcarce en el Agility Regional
El domingo pasado Viviana y su perra “Normita”, participaron de un torneo regional de “Agility”, celebrado en el Club Once Corazones de Ciudadela, representando a “La Jauría”, una escuela de destreza canina. Esta actividad es un deporte donde se evalúa la destreza y la inteligencia del animal, junto con la habilidad del amo para adiestrar y dirigir a su perro. Desde las distintas escuelas buscan reforzar los vínculos entre el guía y su mascota, y mejorar la calidad de vida del animal.
De qué se trata
esta disciplina
El “Agility” o pruebas de agilidad, nació en Inglaterra entre 1977 y 1978. En esta actividad, el perro debe superar una serie de obstáculos que requieren distintas cualidades. En ellas se destacan la sincronización, que consiste en saltar vallas o atravesar un slalom; la confianza del animal, en donde se trata de desarrollar la capacidad de que el perro pase por un túnel donde no ve la salida a simple vista, pasar por un sube y baja o atravesar un puente angosto; la fuerza, que se trabaja con ejercicios de trepar a una rampa; y por último la obediencia, que consta de responder a comandos del adiestrador.
Todo esto a través de un recorrido que el perro no conoce y debe efectuar siguiendo las instrucciones de su guía, sin cometer faltas y en el menor tiempo posible. El hecho de que los perros compitan contra reloj, le agrega el elemento de velocidad, que lo hace aún más divertido. Este deporte exige una buena armonía entre el perro y su amo, que culmina en un perfecto entendimiento entre compañeros. Ambos disfrutan practicándolo, en un contexto de diversión.
El Agility ha ganado rápidamente el favor del público, porque posee todos los ingredientes para que sea una disciplina atractiva. En Argentina, se empezó a practicar en 1991, y fue presentado oficialmente en junio de 1993. Con posterioridad, se difundió en otros países latinoamericanos como Uruguay, Brasil, Perú, México y Colombia. Estas pruebas de habilidad pueden ser practicadas por todos los perros, cualquiera sea su raza o tamaño.
Primeros pasos
Viviana relató cómo se introdujo en el mundo del agility y los primeros pasos de "Normita", su perra de 5 años, en la disciplina. “Decidí iniciarme porque veía que "Normita" fue siempre muy receptiva y con mucha habilidad para ciertos juegos que hacíamos en casa, como por ejemplo los juegos con pelota. Quien nos inicia en esta actividad es un compañero de trabajo de mi marido, Santiago Delgado, él practica en una escuela de Agility de Mar del Plata, “`La Jauría`”, señalo la balcarceña. La escuela tiene tres sedes, la principal en Ciudadela, que es donde compitieron el domingo pasado, otra en Saavedra y la tercera en Mar del Plata.
“En 2020 Santiago nos habla de unos cursos online que brindaba esta escuela y decidí anotarme” reveló Viviana. Fueron dos cursos a distancia que hice con Pablo Behrendt. En el primer curso se prepara al perro en la fundamentación: consiste en aprender las reglas y habilidades básicas, como por ejemplo que el perro tome un objeto y te lo devuelva o perfeccionar el luring” indicó. El luring es la técnica de guiar a un perro a realizar una acción directamente con algún reforzador primario, usualmente comida, para que después solo tenga que seguir su mano.
“En el segundo curso aprendimos la fundamentación en valla: cuáles son los movimientos; cómo saltar la valla; cómo esquivarla, si desde la izquierda o la derecha; etc. Hay diferentes movimientos, outs, giros ciegos, front cross (saltos de vallas), todo depende de donde venga la perra y hacia donde tenga que ir y qué obstáculo tenga que sortear. Los obstáculos que se sortean son generalmente vallas, túneles, el sube y baja, el puente y el slalon” detalló la guía.
"Normita" es grado 0, el primer nivel de progreso, los perros en esa categoría aprenden lo básico del deporte: sortear vallas y pasar túneles. “Empieza con el entrenamiento de contacto, aprenden a pasar el puente, el slalon y el sube y baja, que por lo general se asusta mucho por el golpe final. El progreso que tuvo la perra desde que empezó fue enorme, al principio de los cursos online no sabía ni pararse” confesó Viviana. También señaló que en la competición tuvieron que sortear 16 obstáculos. “Es todo un recorrido de pista que te arman y tanto el guía como el perro deben memorizarlo. Mi cabeza va a mil, porque tengo que aprenderme el recorrido” confesó entre risas.
“La Jauria”
"La Jauría" nació en diciembre de 2003, Pablo Behrendt (Director Nacional de Agility Federación Cinológica Argentina Juez Nacional e Internacional de Agility) junto a su mujer Mara Morales Signori son adiestradores Caninos UBA. Juntos comenzaron a practicar agility para educar a su primer perro, "Bruce", y terminó siendo un estilo de vida. El objetivo de la escuela es que cada vez más personas puedan disfrutar de un mejor vínculo con su perro. Compartir con ellos momentos de calidad les trae mucha felicidad y su anhelo es que todos puedan sentir lo mismo.
Las distintas escuelas de agility tienen como objetivo crear momentos de optimismo y felicidad con sus perros, ayudar a mejorar el vínculo con su mascota, lograr que los caninos tengan mayor estabilidad emocional y promover el bienestar de los perros en todos sus niveles.
“Luego de los cursos online, con Santiago hicimos cinco o seis prácticas en el Cerro ´El Triunfo´, llevamos nuestras propias vallas y un túnel. Ahí hicimos algunas prácticas, luego Santiago se va de Balcarce y nos quedamos con las ganas de continuarlas” contó Viviana. Recién a mediados de abril de este año, la balcarceña se contactó con Carolina Frutos, una de las instructoras de “La Jauría” de Mar del Plata. “Le mandé algunos videos de "Normita", para ver si podía ingresar a la escuela, cuando la vio me dijo que iban a tomarla, es más, me confesó que ya estaba para competir” manifestó, quien junto a su perra viaja a la ciudad costera para entrenar todos los sábados a las 10 de la mañana.
LA PERRITA QUE ROMPIÓ LAS NORMAS DE LA CASA
“A "Normita" la encontró mi marido en un camino rural cuando volvía de INTA, el venia en la moto y vio una cosita que se movía entre una polvareda y un par de camionetas. El paró para ver qué era lo que se movía, ahí es cuando ella se acercó a la rueda de atrás de la moto. Cuando él me comentó y me mostró una foto decidimos ir a buscarla en el auto. La llevamos a nuestra veterinaria porque la encontramos muy desnutrida, con garrapatas, sarna, estaba muy descuidada. La veterinaria la puso en condiciones y decidimos dejarla en casa” relató Viviana.
Comentó además que en su casa siempre estuvieron acompañados de animales. “Llegó una época en que tuvimos demasiadas mascotas juntas en casa, y como vivimos en una planta alta llegamos a un acuerdo, dijimos que no íbamos a tener tantos animales. Era como una norma que pusimos en casa, hasta que apareció ella. De hecho de ahí viene su nombre, un día una de mis hijas me dijo `bueno, pónganle "Norma" porque rompe las reglas de la casa` reveló.
“Dicen que los animales te eligen, y ella desde el primer momento fue muy receptiva con nosotros. "Normita" es una genia” contó orgullosa, y agregó: “que ella me mire a los ojos cuando practicamos el agility o simplemente cuando damos un paseo para mi es impagable”. También comentó sobre como el agility refuerza el vínculo con nuestras mascotas. “Ellos se conectan con vos, y los profes me dicen `siempre tenés que mirarlos`, porque para que ella sepa lo que tiene que hacer, yo la tengo que estar mirando, es fundamental esa conexión. Es un deporte de a dos, si yo giro mal o no la veo, ella se confunde y no podemos tomar juntas el camino a seguir”.
Hay un detalle que yo noté en los demás adiestradores y es que ellos cubren a sus perros con sus piernas mientras los llaman al grito de “casa”, es una manera de darles protección. El tema con "Normita" es que esa palabra la usamos cuando tenemos que volver a casa, ella ya lo asimiló de esa forma hace tiempo, entonces decidí cambiarla por “cucha”, cada vez que me escucha pronunciarla se cubre con mis piernas.
Uno de los objetivos que busca alcanzar “La Jauría” y todas las escuelas de agilty es reforzar la relación con los animales. “Esto del vínculo es fundamental porque ella corre conmigo y yo con ella, es fantástico” comentó. “Es una sensación hermosa, nunca hubiese pensado que a los 54 años estaría haciendo esto” confesó emocionada. Viviana, asegurando que una vez que el perro empieza a aprender no tiene límites, “cualquier cosa que le enseñes la aprende”.
Indicó además la importancia del deporte para la calidad de vida de las mascotas. “Para ellos los paseos, la destreza y los juegos de olfato estimulan muchísimo la inteligencia. En estas competencias tenés perros de cualquier raza y no importa si vienen de la calle, si vos les das la posibilidad todos pueden aprender, y no hablo de aprender como en un circo, sino de aprender con una intención de mejorar su calidad de vida” aclaró.
Por último confesó su amor por los animales y en particular por su perrita. “Los animales son lo más, gatos, perros, lo que sea, porque son puro amor. No te van a traicionar, ni a juzgar, no te piden nada a cambio. Nosotros tenemos que brindarles lo mismo, tenemos que darles amor y nuestro tiempo, no hay que invadir su espacio y hay que respetar sus horas de comida y descanso” indicó. Y además agregó: “yo creo que desde el momento en que "Normita" se detuvo atrás de la moto supimos que era especial, todos pueden aprender, solo hay que darles la oportunidad”.