Monseñor Gabriel Mestre pidió «no relajarnos y mantener el equilibro» frente a la pandemia
Como es de público conocimiento en las últimas horas de la tarde del viernes se realizaron los actos conmemorativos de la festividad de San José, patrono de nuestra ciudad, los que fueron encabezados por el Obispo Diocesano.
En el transcurso de su breve visita, monseñor Gabriel Mestre dialogó con El Diario explicando el significado del día de San José, en el año del Santo, decretado por el Papa Francisco y también abordó aspectos relacionados con la pandemia, el modo en que afecta a la diócesis y las acciones que desde la iglesia se están llevando adelante para ayudar a los más necesitados.
En principio, refiriéndose a la festividad del «Patrono de la Iglesia Universal» explicó que
«en el contexto del año dedicado a San José que nos pide y anima el Papa Francisco, en diálogo con él y con los equipos pastorales decidimos comenzar formalmente el año de San José en la diócesis desde acá, la parroquia matriz de Balcarce, con una historia tan rica, tan importante no solo para Balcarce sino para toda la diócesis de Mar del Plata», resaltando que «desde acá, espiritualmente, de alguna manera abrazamos a toda la diócesis para comenzar formalmente el año de San José».
En cuanto al significado de la apertura de la Puerta Jubilar, comentó que cualquier año particular tiene signos concretos, uno de ellos es el de la puerta, como ocurrió en el jubileo del año 2000, en el año de la Misericordia.
«Siempre que hay un año santo particular lo compartimos para que todos los miembros del pueblo de Dios que peregrinen a esta parroquia entren por ella para recibir la gracia de Dios, en este caso concreto a través de la intercesión del patriarca San José», detalló agregando que la puerta que va a permanecer habilitada durante todo el año de San José que concluirá formalmente en diciembre y va a ofrecer la posibilidad de que todos peregrinen y celebren a Dios a través de este signo particular.
LA PANDEMIA
En otro orden, se le pidió a Monseñor Mestre una reflexión sobre el azote de la pandemia en particular en nuestra diócesis, a lo que respondió manifestando que basa su análisis en dos palabras que considera fundamentales: cuidado y equilibrio.
«La primera, el cuidado, es esencial porque seguimos en pandemia. No tenemos que relajarnos en este sentido. Hay muchos casos. Lo experimentamos incluso en carne propia el Padre Pablo y yo. La pandemia es parte de nuestra vida, tenemos que cuidarnos.
A la vez, tener el equilibrio de que en todo lo que podamos tenemos que abrirnos a la presencialidad ya que también es algo inherente a nuestra vida. La afectividad, las emociones, el contacto, la escuela, los servicios pastorales, con todos los cuidados nos tenemos que abrir porque tenemos que acostumbrarnos a vivir el tiempo que nos toque con la pandemia y así llevar la vida adelante con la mayor normalidad».
Al preguntarle qué opinión le merece el hecho de que para muchos esto que estamos viviendo es una especie de «castigo divino», rechazó de plano esa apreciación sosteniendo que «esto tiene que ver con la realidad. Situaciones de enfermedad, de terremotos de cataclismos, de pestes hubo, hay y habrá hasta el final de los tiempos, como parte de la dinámica de la vida y no tiene que ver con un castigo divino sino con la realidad propia de la historia, que nos desafía sí a crecer y a ser mejores. El Papa insiste en esto: o salimos mejores o peores. Desde la fe cristiana católica convencidos por la fuerza y el poder de Dios en nuestras vidas queremos y vamos a salir mejores.
LA SITUACIÓN EN LA DIOCESÍS
Con respecto a la situación, especialmente en lo económico que se vive en la diócesis a raíz de la pandemia y las acciones que está llevando adelante la Iglesia como para acompañar y ayudar a los más necesitados, dijo que «el tema de la caridad, el servicio de Cáritas y ustedes son testigos aquí en Balcarce, pero ha pasado a lo largo y a lo ancho de toda la diócesis, es lo único que se ha mantenido desde el momento cero. Hubo en principio dos o tres días hasta que nos acomodamos un poco y luego la caridad se mantuvo a lo largo de todo el tiempo y se va a seguir manteniendo por la generosidad de mucha gente, por la creatividad de las comunidades cristianas y por el servicio desinteresado, donde claramente las personas siguen invirtiendo su tiempo arriesgándose incluso. Y se va a seguir manteniendo por la creatividad de los laicos y laicas, por la animación de los pastores y por la gracia de Dios que nunca abandona a su pueblo.
Por último, remarcó que se está pudiendo dar respuesta a esa creciente demanda, »En diálogo con otras instituciones de la iglesia y fuera de ella, en diálogo con el Gobierno en los estamentos municipales, provinciales y Nacional cada parroquia, cada localidad va buscando llevar adelante los servicios necesarios para dar esas respuestas».