Matías «Pucho «Giulianelli, el jugador del pase preciso
El fútbol está de luto. Ni más ni menos. Es que el trágico fallecimiento de Matías «Pucho» Giulianelli en la madrugada del sábado todavía sigue calando hondo, cuando pasaron un par de días.
Todos los aspectos que rodean el deceso de este joven futbolista le agregan aún más condimentos a lo ocurrido. Pero no es la idea detenerse en ello, no porque no importe, sino porque la intención es recordarlo desde el lado del deporte, de lo que dejó en los campos de juego locales, de sus características, de las amistades cosechadas.
A lo largo de su trayectoria vistió las camisetas de Ferroviarios, El Riojano, Atlético San Manuel, Deportivo Los Pinos, Boca Juniors, San Lorenzo, Amigos Unidos y la Selección Juvenil de Balcarce.
Siempre iba al frente, a veces con algún que otro exceso, pero siempre leal. Cada tanto unos rezongos a los ocasionales árbitros, algunos de los cuales le valieron alguna tarjeta roja. Pero dotado técnicamente de una pegada exquisita, que le posibilitó convertir de media distancia en varias ocasiones o bien habilitar con precisión a sus compañeros de ofensiva.
Su lugar era el mediocampo. Podía desempeñarse como volante central, en otros años también supo incursionar por los costados y últimamente lo hacía como un doble cinco adelantado. Podía ser «enganche» también, porque las condiciones las tenía. Jugaba y hacía jugar, gambeteaba pero sin excederse, devolvía de primera y cuando la ocasión así lo ameritaba, la entretenía para pausar el juego.
Y además supo entablar muchas amistades dentro de la cancha, varias de las cuales trascendieron los límites de la misma y le quedaron para la vida. Por eso en las redes sociales se leyeron tantos mensajes, se multiplicaron a través de jugadores de distintos clubes, compañeros y rivales que tuvo «Pucho», cada uno enviando las respectivas condolencias a su familia.
Lo mismo sucedió en el concurrido velatorio. Una gran cantidad de personas se acercó a darle el último adiós, a tratar de contener a sus seres queridos, a sus padres y hermanos. Escenas típicas de una situación muy difícil de sobrellevar, tanto en el momento como en lo que sigue. Porque es verdad que la vida continúa, pero un golpe de estos es tremendo para cualquiera.
Se fue Matías «Pucho» Giulianelli. Y con él un montón de recuerdos, anécdotas y vivencias. En definitiva, se fue un pedacito del fútbol local.