Liberaron por falta de mérito al acusado por el crimen de Luciano Burgos
El hombre de 40 años acusado del crimen de Luciano Burgos (43) en enero pasado en Balcarce, fue liberado por falta de mérito tras estar dos meses en la cárcel y la defensa buscará su sobreseimiento por entender que se trató de un caso de «legítima defensa».
La jueza de Garantías Lucrecia Bustos había ordenado la prisión preventiva de Enzo Soto por el delito de «homicidio agravado», tal como lo había imputado el fiscal Rodolfo Moure, quien había solicitado que siguiera detenido en la Unidad Penal 44 de Batán mientras avanzaba con la investigación.
Esta medida había sido apelada por el abogado defensor de Soto, Mauricio Varela, quien desde un principio sostuvo -y así había declarado el imputado- que su defendido había actuado en legítima defensa, al defenderse de Burgos, quien había ido al lugar a atacar a su expareja y a Soto.
Los jueces de la Sala 2 de la Cámara de Apelaciones fallaron en la línea planteada por Varela. En la resolución se apoyaron en las declaraciones de dos grupos de testigos: allegados de la víctima y allegados del victimario, que coincidían en sus relatos.
Los allegados de Burgos declararon que el 8 de enero, estaban reunidos y la víctima manifestó su intención de volver con su expareja, a pesar de que ahora estaba en una relación con Soto y que había terminado «todo mal» entre ellos. Los amigos de Burgos intentaron frenarlo, pero no pudieron, y en plena madrugada el hombre subió a su bicicleta y fue hasta la casa donde estaba la mujer.
Por su parte, los allegados de Soto que estuvieron presentes en la casa cuando ocurrió el crimen, contaron que ese 8 de enero a la madrugada apareció de golpe en el lugar Burgos: golpeó la puerta y entró de manera «agresiva», extrajo un cuchillo que llevaba en la cintura y se abalanzó contra Soto, a quien le provocó diferentes cortes y, en pleno forcejeo Soto agarró un revólver calibre 38, le disparó y mató a la víctima.
Al analizar la situación, los jueces de la Sala 2 de la Cámara remarcaron la notoria «situación de conflictividad» que existía entre Burgos y su expareja y destacaron que los relatos de los testigos son coincidentes en que el «desencadenante» de lo sucedido fue la «violenta» llegada de Burgos a la casa donde estaba Soto.
«Los elementos de cargo valorados resultan indicativos de un eventual accionar amparado bajo una causal justificante, por lo que no debe mantenerse la medida de coerción impuesta», consideraron los jueces, quien dispusieron revocar la prisión preventiva y ordenar la inmediata libertad de Soto por falta de mérito.
En la causa que lleva el fiscal Moure, Soto sigue imputado por «homicidio agravado» y el abogado Varela buscará que desestimen el caso por tratarse de «legítima defensa».
EL CASO
El homicidio de Burgos se registró el lunes 8 de enero, en una casilla ubicada en las calles 3 y 8 en nuestra ciudad. Allí Burgos recibió un disparo en el tórax. La policía llegó al lugar poco después y lo encontró tendido en el piso, con un cuchillo en una mano, y sin signos vitales.
Rápidamente, comenzaron las averiguaciones y personal del Centro Operativo de Monitoreo (COM) observaron imágenes que habían tomado las cámaras de seguridad de la zona. Así fue como descubrieron que, a 200 metros del lugar del hecho, en la esquina de las calles 5 y 10, el asesino se había descartado de un arma de fuego.
De inmediato, fueron hasta el lugar e incautaron un revolver calibre 38. Mientras la Policía Científica avanzó en la realización de los peritajes de rigor en la escena del crimen, efectivos de la Sub Delegación Departamental de Investigaciones (Sub DDI) en conjunto con sus pares de Mar del Plata allanaron un inmueble de Rivadavia, entre 234 y 236, de la vecina localidad, donde finalmente fue atrapado Soto. (La Capital)