La llama de la tradición no se extingue
Escuelas rurales y jardines de infantes protagonizaron un emotivo acto en el SUM de la Primaria N° 5. Hubo mensajes, símbolos patrios, danzas, música y un fuerte llamado a sostener los valores que forjan la identidad del campo argentino.
El paraje La Brava vivió una jornada profundamente significativa, cuando la comunidad educativa rural conmemoró el Día de la Tradición en el SUM de la Escuela Primaria N° 5 "José Hernández", ubicada en el Cuartel II. La celebración reunió a estudiantes, docentes, familias, autoridades y organizaciones tradicionalistas, en un acto atravesado por la identidad, la historia y el sentido de pertenencia que caracteriza a la ruralidad bonaerense.
Participaron del encuentro las Escuelas Primarias N° 28 "Sargento Cabral" y N° 32 "Armada Argentina", junto a los Jardines de Infantes Rurales y de Isla de Matrícula Mínima N° 3 y N° 8, además del Jardín de Infantes N° 914 "Florencio Molina Campos". La jornada se desarrolló en un marco de integración entre instituciones educativas del mismo territorio, reforzando el sentido comunitario que identifica a los establecimientos de la región.
La apertura formal tuvo lugar con el ingreso de las banderas de ceremonia Nacional y Provincial, portadas por estudiantes de las escuelas participantes. El respeto y la solemnidad del momento se combinaron con el acompañamiento de la Agrupación Gauchos de Balcarce, que aportó el marco tradicionalista indispensable para una fecha que evoca las raíces más profundas de la cultura argentina.
El acto estuvo encabezado por la presidenta del Consejo Escolar, María Teresa Cerono, acompañada por los consejeros Patricia Píngaro y Pablo Fioriti. También formaron parte de la ceremonia la inspectora Jefa Distrital, Lic. Juana Benítez, junto a las inspectoras de Nivel Inicial, Lorena Ramón y Claudia Pedraza, quienes compartieron la jornada junto a directivos, docentes, auxiliares, estudiantes y familias de la zona.
LA LLAMA DE NUESTRAS RAÍCES
El primer discurso estuvo a cargo de la directora de la institución anfitriona, Sandra Fernández, quien ponderó el valor de sostener vivas las tradiciones como puente entre generaciones. Con emoción, remarcó que la memoria colectiva es un acto cotidiano que se encarna en gestos simples, pero significativos.
"Celebrar la tradición no es mirar al pasado, sino mantener encendida la llama de nuestras raíces. En cada palabra, en la música, en una danza o en el mate compartido se expresa nuestra identidad como pueblo", expresó ante el auditorio, visiblemente conmovida.
Asimismo, Fernández ponderó el intercambio y el trabajo articulado entre las escuelas rurales, y subrayó el espíritu de unidad del encuentro: "hoy nos unimos con un mismo propósito: fortalecer la comunidad educativa, encontrarnos y rendir homenaje a quienes forjaron nuestra historia con esfuerzo y compromiso".
Sus palabras reforzaron el concepto de ruralidad como valor cultural, donde la educación no solo se enseña en las aulas, sino que se construye colectivamente, entre vecinos, familias, docentes y estudiantes que comparten un mismo paisaje social y cultural.
LOS PILARES QUE SOSTIENEN LA IDENTIDAD
Luego fue el turno de la inspectora Jefa Distrital, Juana Benítez, quien aportó una reflexión cargada de sensibilidad y simbolismo. Al dirigirse a la concurrencia, confesó sentirse movilizada por lo que estaba presenciando. "La verdad es que estuve reflexionando sobre el significado de esta fecha y al mirar a esta comunidad educativa me emociona verlos reunidos junto a las agrupaciones gauchescas que tanto me gustan", indicó.
Su mensaje se apoyó en la figura del escritor que da nombre a la escuela anfitriona y al mayor símbolo literario de la tradición gaucha, a través de una mirada que vinculó historia, identidad y presente:
"Cuando pienso en José Hernández y en el Martín Fierro, en esa obra tan bella de nuestra literatura, me impresiona cómo desde 1872 seguimos pensando y celebrando nuestras costumbres gauchescas. Siempre imagino la tradición como un triángulo, formado por tres pilares: la tradición, los valores y la cultura del esfuerzo. Son tres aspectos que han permitido que, en este paraje y en todo el campo argentino, se mantengan vivas las raíces culturales que tanto nos identifican como país", aseveró.
La inspectora también remarcó la dimensión humana y social que la obra de Hernández aporta a la comprensión de la historia rural: "El Martín Fierro refleja no solo las picardías del gaucho, sino también sus penurias y el esfuerzo que implicaba vivir en el campo. Por eso quisimos acompañar este acto para reconocerlos y homenajearlos", sostuvo.
Antes de cerrar, dedicó un saludo especial a quienes cotidianamente sostienen la educación en contextos rurales, recordando una fecha muy significativa: "Aprovechó para saludar de manera muy especial a todos los maestros rurales, que celebraron su día el pasado sábado ¡Feliz día y muchas gracias por su dedicación y compromiso!"
ARTE, MÚSICA Y BAILES
Tras los discursos, la jornada se trasladó al lenguaje universal del arte. Los protagonistas fueron los estudiantes, que ofrecieron distintas representaciones preparadas con dedicación y creatividad.
Los más pequeños subieron a escena para interpretar "El cumpleaños de José", una propuesta lúdica que combinó actuación, vestuario y espontaneidad, arrancando sonrisas y aplausos entre las familias presentes.
Uno de los momentos más emotivos se vivió con la participación de Mercedes Fruto, niña del paraje e hija y nieta de vecinos históricos de la comunidad. Su interpretación musical logró un silencio absoluto en el salón, seguido de un aplauso prolongado, testimonio del orgullo que despiertan los nuevos talentos locales.
El cierre artístico estuvo a cargo de las parejas del ballet de la Agrupación Gauchos de Balcarce, que desplegaron una muestra colorida de danzas tradicionales, reforzando el espíritu festivo y la identidad cultural que el encuentro buscó celebrar.
EL CAMPO COMO ESCUELA VIVA
El acto culminó con aplausos compartidos, miradas cómplices y el calor propios de las celebraciones que nacen del arraigo. Docentes y estudiantes fueron reconocidos por el público, que celebró la organización, las presentaciones y el sentido comunitario de la propuesta.
La jornada dejó una certeza colectiva: en espacios como el de La Brava, la tradición no es un concepto estático ni una efeméride aislada, sino un lenguaje vivo que se sostiene en el encuentro, la educación y la transmisión cultural. Una vez más, quedó demostrado que la tradición sigue viva y se proyecta con orgullo hacia las nuevas generaciones.
