La Fe manifestada en misión
Cada año, Balcarce recibe la visita de distintos grupos misioneros, que profesan su propia fe y recorren las calles de nuestra ciudad, visitando a los vecinos, charlando con ellos y generando, tal vez, un espacio de reflexión, de escucha y también, por qué no, de transformación.
Este, como tantos otros, es el caso de los jóvenes que misionan, venerando a la Virgen de Schoenstatt.
Estuvieron en nuestra ciudad desde el 26 de diciembre pasado, hasta el miércoles 4 del corriente, fecha en que se despidieron, ya que el próximo verano misionarán en otro lugar.
Pero en la experiencia de misionar, del contacto con los vecinos y la convivencia entre este grupo numeroso, Facundo Garat y Mercedes Gunning, hablaron con El Diario sobre lo que significa para ellos la misión y las actividades que llevan adelante en ese plan.
"Los días fueron muy lindos, el pueblo de Balcarce nos ha recibido muy bien, así que estamos muy contentos. Conocimos a la gente que vive acá, que es un poco a lo que vinimos. De a poco fuimos llegando a nuevas casas, nuevos lugares, conociendo más personas y compartiendo, la verdad que es un placer", relató Facundo.
Parte del "sacrificio", de la experiencia, es pasar de alguna manera, las fiestas de fin de año, lejos de casa. Con respecto a lo que sienten, Mercedes, señaló que "es algo único y es muy lindo vivirlo en comunidad. Charlando con los otros chicos, decíamos qué es no estar con nuestras familias, pero que de alguna manera la Virgen nos une, es de alguna manera una familia que tenemos unida por ella. Es algo diferente, pero tiene su toque especial por estas fechas del año".
Los jóvenes misioneros recorren gran cantidad de kilómetros para acercar la fe a los vecinos, en lo que tiene que ver con su propio camino y la interacción con los vecinos, Facundo manifestó: "con la Virgen venimos hace muchos años, cada uno desde su lugar y la verdad es que llegamos para ser instrumentos de ella, para llevarla a las casas, que pueda entrar y transformar a las personas, a los corazones de cada uno. Como decía antes, venimos para ser instrumentos de ella y a la par, también recibir un montón de la gente de Balcarce, pero es ella la que transforma y la que llega a cada casa y a cada persona".
La logística
Según comentaron, los misioneros se repartieron en 6 capillas, tres ubicadas en nuestra ciudad (San Pantaleón, San Cayetano y Luján) y las restantes de Los Pinos, San Agustín y Mechongué. "En total, somos alrededor de 160 misioneros, es una flor de logística, pero la venimos preparando hace mucho tiempo, estuvimos muy bien organizados y le pusimos mucho amor y dedicación", agregó Facundo.
Lo que se llevan
Según explicaron los jóvenes, llegaron a nuestra ciudad a acercar la fe, pero en contraposición y ante la pregunta de qué se llevan de Balcarce, Mercedes manifestó: "nos llevamos mucho amor, mucha entrega y mucha apertura de la gente a recibirnos, a escucharnos, a compartir con nosotros. Hicimos distintas actividades durante las tardes acá (Capilla "San Pantaleón"), a la mañana salimos a las casas a visitar a la gente, salimos a misionar también con el grupo de misioneros de acá, nos juntamos a la noche a comer. Hay mucha apertura y mucho agradecimiento tanto de ellos como de nosotros".
En lo que concierne a la misión y a su experiencia, Mercedes opinó: "a mí me encanta misionar. Creo que a todos, sino no lo hubiésemos hecho. Es algo que llena mucho el corazón. Por ahí nos sentimos cansados por lo que hacemos, pero claramente la Virgen y Jesús nos terminan dando las fuerzas extraordinarias para poder salir, visitar las casas y siempre termina siendo más lo que uno recibe que lo que uno puede dar.
Nosotros decimos que la Virgen obra milagros en cada casa y en cada lugar y claramente lo vivimos así. Tanto en nuestros corazones como a los lugares que vamos", finalizó.
Obispo Gabriel Mestre: "El mismo misionero siempre termina siendo misionado"
El pasado miércoles, los misioneros que veneran a la Virgen de Schoenstatt, finalizaron sus actividades en la ciudad con una misa de despedida que fue oficiada por el Obispo de la diócesis, Monseñor Gabriel Mestre, que minutos antes realizó declaraciones a la prensa: "siempre es una alegría visitar la ciudad de Balcarce con sus dos parroquias y de manera particular sumarme para acompañar en la tarea de los misioneros. Enero es un mes fuerte de misiones en toda la zona de Balcarce. En este caso se trata de un grupo importante, de casi 200 jóvenes que vienen de Buenos Aires, concretamente de San Isidro, de AMBA podríamos decirle y que han misionado no sólo en la ciudad, sino también en San Agustín, Los Pinos, Mechongué que incluso pertenece a otra parroquia.
Estamos con la alegría de que pasado el tiempo más duro, por el contexto de pandemia, la tarea misionera vuelve a darse fuerte en esta querida porción de la diócesis de Mar del Plata.
El rol de las misiones
Para Mestre el rol de las misiones "son siempre religiosas, espirituales. Cuando uno misiona se encuentra con situaciones de enfermedad, de división de familias, con problemas de carácter laboral y la fe, Dios, en definitiva, es la respuesta a todas estas problemáticas.
Bien presentado el mensaje del Evangelio, realmente fortalece y esperanza para que cada persona y cada familia, ahí donde esté, Dios nos da la fuerza y la gracia para poder continuar adelante".
La repercusión
La tarea de los misioneros, de visitar casa por casa llevando la fe, ha sido muy bien aceptada, incluso de aquellos que quizás no profesan la misma religión. Respecto de esta situación, Mestre consideró: "esto habla muy bien de Balcarce, que tengan el corazón y las puertas abiertas de sus casas para recibir a los misioneros. Habla bien también de los misioneros que saben también tener un lenguaje adecuado a nuestro tiempo. Cristiano-católico no es sólo el que viene a misa los domingos, sino que también hay un formato de religiosidad popular, cristiana-católica de personas que realmente están identificadas con la fe, pero que quizás no participan todos los domingos y en este sentido, hoy la Iglesia tiene una perspectiva de apertura, en la línea de que el Papa Francisco nos invita a vivir y a tener, es la que llevan los misioneros, el Padre Pablo (Etchepareborda) y la comunidad de Balcarce para vivir la fe en estos formatos que están justamente adecuados a la realidad concreta de nuestro tiempo".
Si bien hay personas que no asisten religiosamente a misa, pero que reciben frecuentemente a los misioneros, llevan adelante un acercamiento hacia su propia fe. Respecto de esta valoración, Mestre puntualizó: "creo que hay expresiones de religiosidad popular que tanto en Balcarce, lo compartimos con la Marcha de la Esperanza, hace unas semanas atrás, lo ve uno en las ciudades más grandes como Mar del Plata, Buenos Aires, La Plata y hay formatos de pertenencia en la fe, que no quedan reducidos a la misa dominical, en aquel que arma el pesebre, que coloca al niño, en aquel que participa, que va a la gruta en Mar del Plata, el que va caminando a Luján o a San Nicolás, eso es tener fe, entonces, insisto, hay que aprender a tener una mirada más amplia, más abierta y lo importante es que Dios y la Virgen puedan calar en el corazón de cada persona, para hacernos mejores. Si a partir de esto, participamos más de la vida de la fe, vamos a la parroquia, a misa, rezamos, recibimos los sacramentos, obviamente que muchísimo mejor, pero en una perspectiva abierta y dinámica.
Misionero misionado
En lo que atañe a la experiencia, tanto de los misioneros sino también de los referentes religiosos, Mestre expresó: "lo típico, es que cuando visito una misión, aquí en Balcarce o en cualquier punto de la diócesis, lo que uno descubre es que el mismo misionero, termina siendo misionado, porque el testimonio de una familia que con pocas cosas tiene que llevar adelante su vida, que pasa por una situación de enfermedad o la pérdida de un ser querido, termina siendo un testimonio para los mismos jóvenes que por ahí tienen otro marco de realidad y que realmente experimentan, impactados y misionados, evangelizados, por Dios, a través del testimonio de estas familias".
Misiones rurales
Ya han finalizado las misiones de la Virgen de Schoenstatt, pero arrancan en nuestro Partido, las rurales y el Obispo Gabriel Mestre, dejó su mensaje: "recalcamos el tema de la apertura, que cuando los misioneros golpeen las puertas de las casas o las manos en la entrada de una zona rural, que se abran para dialogar, que no es proselitismo religioso, que el mensaje de las familias, de los jóvenes, de los adultos que misionan, acompañados por el Padre Pablo y los seminaristas, que puedan abrirse con generosidad, porque la actitud es de profundo y total respeto de compartir la fe en la medida que cada familia y cada persona lo quiera hacer", cerró.