La clave del éxito, el trabajo en equipo
Cuando el 25 de septiembre del año pasado el cura Pablo Boldrini recibió el llamado del obispo diocesano, monseñor Antonio Marino, pensó que el motivo único obedecía a que lo hacía para saludarlo con motivo de su cumpleaños. Era así pero además tenía otra connotación, trascendente para la comunidad de la Iglesia Santa María, ya que recibía el ofrecimiento para convertirse en sede de la "Invasión de Pueblos 2016".
A partir de ese entonces comenzó a escribirse esta historia en la cual decenas de manos se unieron para trabajar en la organización de esta "gran cita con la fe", que fue disfrutada por más de mil jóvenes de nueve distritos de la región que forman parte de la Diócesis de Mar del Plata.
EQUIPOS DE TABAJO
Un paso primordial fue la conformación de los equipos de trabajo abocados a atender cada una de las cuestiones inherentes a la "invasión" tales como alojamiento, gastronomía, logística, ambientación, limpieza, capacitaciones, etc.
Alrededor de 150 personas se vieron involucradas en la organización a partir de principios de este año para tener aceitado cada uno de los engranajes de un movimiento de semejante trascendencia para la comunidad balcarceña.
En materia de alojamiento, unos 300 jóvenes fueron alojados en casas de familia y el resto se distribuyó en las sedes de las escuelas de Educación de Enseñanza Media Nº 3, en la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº 1, en la Escuela Nº 502, Escuela Nº 6, el Centro Educativo Complementario y el Colegio Santa Rosa de Lima.
En materia de alimentación se dispuso de un amplio despliegue para atender la demanda. La familia Chiocarello, respaldada por un grupo de colaboradores, valiéndose de su capacidad y aportando los elementos necesarios, ofreció distintos menús en el gimnasio cubierto del "Industrial". En tanto, en la cocina de la parroquia "Santa María" se servían los desayunos y meriendas.
En definitiva, el trabajo en equipo rindió sus frutos. Después de seis años, Balcarce fue "invadida" por jóvenes llenos de alegría y de transmitir los valores del Evangelio, que se fueron agradecidos del trato recibido.
Pero también en toda esta tarea tuvo mucho que ver alguien que hace unas pocas semanas no está más físicamente pero que fue recordado a cada instante por el empeño que puso para que todo esto fuera un éxito, como finalmente ocurrió: José Rastelli.