"Es algo terrible lo que pasaba porque en la comisaría mandaba Federico Sasso"
Verónica Borelli, la mamá de Lucía Bernaola, la joven de 14 años que en junio pasado falleció tras ser atropellada por Federico Sasso (19 años), quien conducía un automóvil Renault Clío en la zona de Playa Grande, en Mar del Plata, con un grado de alcohol en sangre mayor que el permitido, afirmó que la desafectación del comisario Matías Ortelli, jefe de la Estación de Policía Comunal, como también de otros seis efectivos, está ligada directamente con la denuncia que hizo en noviembre último.
Su afirmación coincide con el informe oficial de prensa que ofreció el Ministerio de Seguridad bonaerense pocas horas después de que el auditor general de Asuntos Internos, doctor Guillermo Berra, resolviera separar de sus cargos, además del jefe Ortelli, al segundo jefe, subcomisario Jorge Daniel Coronel; al comisario Carlos Alberto Córdoba; el oficial inspector Guillermo Adrián Manuel (jefe de Calle), oficial inspector Cristian Omar Lalli; la oficial subayudante María Laura Coronel, y la oficial Giannina Daiana Maresca. En el escrito se dice que la desafectación obedecía a que los policías "cobraban dinero a cambio de dejar salir por algunas horas a presos alojados en ese establecimiento".
El hecho se ve gravado aún más porque los responsables de la auditoría hallaron en las celdas de la sede policial elementos de corte y cuchillos, e incluso había dos presos que no estaban anotados en los libros de guardia. Borelli, conocida la novedad de la separación de los uniformados de sus funciones, reveló que "Asuntos Internos nos ayudó mucho", por lo que destacó la labor del doctor Berra y del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, y además agradeció a la gobernadora María Eugenia Vidal y también lo hizo para con su marido, padre del corazón de Lucía.
LA INVESTIGACION DE LA MADRE DE LUCIA
"Durante dos meses lo estuvimos investigando (a Federico Sasso). Era normal para él jugar a la play station pero no debe ser así. No debe ser normal que juegue a la play station, no es normal que mate a una adolescente, que ande manejando a alta velocidad un automóvil. Si hacés eso, tenés que estar preso en un penal desde el día uno", subrayó.
La punta del ovillo que impulsó a Borelli a llevar a cabo la investigación y hacer posteriormente la denuncia fueron los datos aportados por el familiar de uno de los detenidos junto con Sasso, quien le contó que éste, producto del poderío económico del que goza su familia, accedía a distintos beneficios, incluso a "salidas transitorias".
"Es algo terrible lo que pasaba porque en la comisaría mandaba Federico Sasso porque la familia tiene plata. Es el nieto del dueño del shopping Los Gallegos de Mar del Plata", reveló la madre de la víctima.
Enfrentando poderes
La angustia y el dolor invaden a la mamá de Lucía. No obstante, no bajó los brazos y sigue adelante con su lucha. Asegura que debe enfrentarse contra el poder político, las leyes y la Policía. "Me mataron una hija. ¿Es poco eso? ¿Yo me tengo que defender por cuenta propia? Resulta que acá pisás un perro y se arma un quilombo. ¿Y esto qué es? ¿Sabes lo que me costó estar en Balcarce veinte días, vestirme con peluca (ver aparte), desplazarme en autos diferentes y estar escondida para poder investigar esto?", reveló.
Más adelante, fue muy crítica contra Asuntos Internos de Mar del Plata. Recordó que cuando hizo la denuncia sobre los "beneficios" de los cuales gozaba Sasso, el papel "fue a parar al cesto de la basura. Berra (el auditor general) se enteró por mí sobre lo que estaba ocurriendo. Si se hubiese enterado antes, dudo de que a Sasso le hubieran dado la prisión domiciliaria. Sin embargo, los jueces hicieron otra cosa. Ahora, qué tienen para decirme".
A pesar de su indignación, Verónica sigue adelante con la causa, acompañada por su abogado, Maximiliano Orsini. "Nosotros, que tenemos que estar tranquilos, pasar un duelo, entender lo que significa la pérdida de un hijo, estamos continuamente peleando. A mi me tocó ir contra la Policía de Balcarce. Y encima el señor (por Sasso) cumple su prisión domiciliaria con una pulsera magnética. Es tan bizarro que lo cuento y me da más bronca", agregó.
Por último, aseguró: "Dejé a mis hijas para salir a investigar yo misma la muerte de Lucía. Fue muy triste. Esto es todo muy difícil".
Disfraz
Para tratar de aportar pruebas sobre el dato que había recibido acerca de los "beneficios" de Federico Sasso en la sede policial local, entre ellos las salidas transitorias, la propia mamá de Lucía, Verónica Borelli, se involucró en la investigación. "Me tuve que disfrazar de varón y ponerme pelucas. Tuve que estar detrás de árboles, dejar a mis hijas solas en mi casa (en Mar del Plata) para estar en Balcarce. Yo tuve que estar ahí para engancharlo y pude descubrir muchas cosas que las presenté a la Justicia en contra de la comisaría", contó al canal América.
"A mi me decían que el auto blanco con el que sacaban a Sasso era de la comisaría y pertenecía a un policía. Yo misma pude investigar y ver como el auto salía y entraba a la dependencia con varias personas. El auto siempre iba para Mar del Plata", agregó.
