El violento asalto a matrimonio balcarceño y la huella por la que cayó el "Chanchi" Becerra

Las huellas dactilares en un vaso delataron a Iván"Chanchi" Becerra, peligroso delincuente que estaba prófugo
Una huella dejada sobre un vaso de vidrio fue la evidencia indudable que confirmó la participación de Iván "Chanchi" Becerra en un asalto perpetrado el 7 de noviembre pasado en el que resultaron víctimas José Luis Rodríguez, de 78 años, y su esposa Olga Zubillaga, de 72, en la zona rural.
El hecho fue de características violentas y se emparenta con otros ocurridos en cercanías de Mar del Plata, siempre en estancias o quintas, aunque por el momento no se le pudo acreditar la autoría a este delincuente que fue recapturado anteayer en la vecina ciudad balnearia a partir de una investigación llevada a cabo por la Sub DDI local que conduce el subcomisario Maximiliano Blanco Río.
El asalto
El caso ocurrido en la vivienda que el mencionado matrimonio posee en un establecimiento rural ubicado en el paraje "Juan Vincenty", en el kilómetro 70 de la ruta 55, se produjo en horas de la tarde. Ambos fueron sorprendidos por Becerra y tres cómplices.
La maniobra para engañar al hombre fue sencilla. Había sol y los perros vagaban por el lugar. De pronto comenzaron a ladrar y el morador salió a observar qué estaba sucediendo. Entonces vio a dos hombres apostados en la entrada que le preguntaron sobre el precio de los corderos. También uno de ellos le solicitó un vaso con agua. Cuando el hombre se dispuso a entrar a la casa para satisfacer el pedido de quien imaginaba como un potencial cliente, fue sorprendido desde atrás. Los dos individuos lo sujetaron y le colocaron un cuchillo a modo de amenaza. Luego aparecieron otros dos delincuentes.
Durante los siguientes 25 minutos los ladrones cargaron con todo lo que pudieron: dinero en efectivo, un arma de fuego tipo escopeta calibre 12/70, una carabina calibre 22, un poncho salteño de color rojo, un rebenque con cabeza de plata con las iniciales DL, dos cuchillos de fabricación artesanal de plata de unos 25 cm de hoja, un televisor de 32 pulgadas marca Samsung, un reloj de bolsillo de plata marca Invicta y un cuchillo tipo daga de alpaca.
Para poder sustraer todo sin problemas, encerraron a la mujer en una habitación y ataron a una silla al hombre, a quien además castigaron con golpes en el rostro y la cabeza.
La huida se materializó a bordo del automóvil en el que habían llegado, pero no logró ser distinguido por las víctimas.
LA INVESTIGACION
Horas después del atraco, según revela el diario LA CAPITAL de Mar del Plata, personal de Policía Científica trabajó en la casa en busca de rastros y se enfocó en un vaso de vidrio que estaba sobre una mesa. Los peritos descubrieron una triple impresión, de dedo índice medio y anular de una mano izquierda. Al comparar estas huellas con el sistema AFIS se estableció que pertenecía a Ricardo Iván Becerra.
La imputación no tardó en llegar por dos razones: la primera de ellas fue la infalibilidad de la identificación y la otra que Becerra no tenía ninguna relación con las víctimas, de modo que no había manera de justificar su presencia allí salvo que hubiera sido uno de los cuatro asaltantes.
Incluso, a partir de su identificación se sospecha que el automóvil empleado para escapar del lugar fue un Chevrolet Cruze, el mismo con el que Becerra, Fernando Busto y Lucas Giménez Pazos usaron para fugarse de la cárcel de Viedma en el mes de octubre del año pasado. Precisamente, Giménez Pazos fue recapturado en Miramar a bordo de ese vehículo.
Becerra, además, fue mencionado en otras investigaciones por asaltos similares en la zona.