El Taller Protegido aún mantiene el compromiso con la inclusión y el trabajo
El Taller Protegido de Producción Balcarce cumplió 36 años, desde su fundación brindó servicios a la comunidad y sostuvo el deber de ofrecer a personas con discapacidad la oportunidad de trabajar. Susana Testa, su coordinadora, habló con El Diario acerca de la historia de la entidad, el motivo de su creación, el trabajo diario de los operarios y la relación que mantienen entre compañeros y miembros del staff.
La razón de
su fundación
El Taller se creó el 13 de agosto de 1986 por una inquietud de un grupo de padres, alumnos y maestros de la Escuela de Educación Especial N°501. Los chicos con discapacidad salían de la escuela y no encontraban un lugar para seguir formándose u ofertas de trabajo, sin otra alternativa que quedarse en sus hogares. Se hizo un relevamiento para tener conocimiento de cuantas personas con discapacidad había en Balcarce porque no todos iban a la escuela, tenían registro de los números de alumnos, pero no en la ciudad. "Se encontraron con una sorpresa, había muchos más de lo que creían. El Taller se inaugura con 8 operarios, que son los que pudieron empezar, los que la familia quiso y los que le permitió el convenio que en ese momento armaron con el Ministerio", reveló Susana Testa, la coordinadora del Taller Protegido. El terreno fue cedido por la Municipalidad y el edificio fue una donación del Rotary. Desde entonces, fueron muchas las personas que encontraron en ese ámbito una posibilidad de trabajar y así poder desarrollar sus habilidades en una comunidad que los reconoce y les permite integrarse. "Con el tiempo se fue ampliando el cupo hasta hoy, que llegamos a tener 31", agregó Testa.
Producción y
trabajo diario
Actualmente el Taller cuenta con dos personas que están en periodo de entrenamiento para que en un futuro sean posibles operarios. Testa explicó que el taller se basa en dos pilares fundamentales, que son las bolsas de residuos para consorcio y los sobres de papel. "Después se incorporaron muchos tipos de papel, todo a pedido de la gente, nosotros intentamos cubrir las expectativas. Con las bolsas lo mismo, ahora se hacen desde las más chicas, que sirven para meter botones, hasta las bolsas de óbito. Si no tenemos el material tratamos de pedir y ver si se puede hacer, nunca le decimos que no a nada, primero decimos que sí y luego vemos cómo hacemos", afirmó la coordinadora.
Hace unos años se incorporó una reventa de productos de embalaje, entre ellos bandejas descartables, rollos de papel film, de arranque, incluso bolsas camisetas, que se hicieron en el Taller durante un tiempo. "Después se empezó a complicar porque las que traían a los negocios eran muy baratas, acá se hacían una por una, entonces se encarecía todo, por eso hubo que dejar de hacerlas", confesó.
Señaló por otra parte, que el Taller tiene un gasto fijo de 700 mil pesos y que del Ministerio llega un ingreso de 214 mil pesos por mes, el resto son subsidios de parte de la Municipalidad, donación de particulares y eventos. "Siempre se están haciendo cosas, porque es la única manera de poder llegar a fin de mes. En el Taller hay una Comisión que la componen 15 personas ad honorem, que trabajan y hacen eventos para que esto funcione, como por ejemplo la rifa anual o las cenas. La Comisión está en reuniones para organizar un desfile de modas y el domingo tenemos un encuentro comunitario que nos ofreció el Club de Leones. Gracias a Dios hay mucha gente que colabora con nosotros, la gente de Balcarce es súper solidaria, lo que puede te lo da", expresó Testa, y a su vez agregó: "nosotros contamos por ejemplo con el apoyo de Transporte Serrano, que nos trae toda la mercadería gratis, desde que se inauguró el Taller, eso es invalorable".
El Taller adquiere una estructura de carácter empresarial que garantiza una verdadera inclusión y mejora en la calidad de vida de todos los que forman parte. El mismo se apoya en un plantel técnico profesional a cargo de la coordinadora Susana Testa, tres supervisoras, una administrativa, la terapista ocupacional, un profesor de educación física y una cocinera.
Además de todo lo que ingresa por la producción en el taller, se deduce la compra de la materia prima y el IVA, lo que queda es lo que los operarios cobran a fin de mes. Obviamente también se tiene en cuenta la carga horaria que tiene cada uno, algunos operarios trabajan 8 horas, otros 5 y otros 4. Testa afirmó que los trabajadores también reciben de Provincia y Nación otro ingreso por ser operarios del Taller Protegido. "El operario que tiene posibilidades de entrar primero se anota en una lista de espera. Mariana Diorio, nuestra terapista ocupacional, es quien los evalúa y determina si es un posible operario. Desde el sentimiento querés que entren todos, pero a veces no se puede, porque no tienen lugar en el Taller Protegido, son para otra institución, o tienen otro tipo de discapacidad. Pero los que pueden, se incorporan y se les empieza a dar tareas sencillas para que se familiaricen con el trabajo" relató.
También mencionó el proceso de entrenamiento de los operarios. "Hay gente que el primer día empieza con labores sencillas y después notás que da para otra cosa. Las máquinas son como el último paso, porque trabajan con electricidad, porque es riesgoso, por eso vamos llevando a todos los operarios de forma lenta, cuando vemos que está instalado, se va viendo como es el proceso, ganando experiencia y si su discapacidad le permite hacerlo. Porque necesitan trabajar con las manos para tirar la bolsa y los pies para los pedales, trabajar con una Gillette, no es para cualquiera", expresó.
El trabajo post pandemia
En plena cuarentena, los operarios no concurrieron por lo que el personal afectado a las áreas de coordinación y administración asumió el compromiso y le dio continuidad a la confección de los productos. Testa destacó que es importante que la gente "venga a verlos trabajar, para ellos, sobre todo, pero para nosotros también". Por otra parte, habló de las dificultades que se le presentaron en los meses de pandemia. "Estuvimos prácticamente un año y medio sin trabajar. En marzo de 2020 tuvimos que cerrar, después arrancamos en junio, pero nosotros solos, los chicos no. Tuvimos que aprender a trabajar nosotras, ahí nos dimos cuenta de la complejidad del trabajo que hacían. Acá les explicamos y los capacitamos para el trabajo, ¿pero llevarlo a la práctica? Lo aprendimos ahí. Hoy tenemos muchos clientes gracias a Dios, los que vienen a comprar acá, y los comercios. En casi todos los lugares que entrás en Balcarce vas a encontrar un sobre con nuestro sello, lo mismo con las bolsas. En la Municipalidad, el Hospital o el Museo por ejemplo también te encontrás con productos nuestros y por supuesto los comercios" reveló Susana.
María del Carmen Aguiar
María, una de las operarias con más experiencia en el Taller Protegido, se acercó a dialogar con El Diario. "Yo tenía 16 años cuando empecé a trabajar acá, te puedo decir que vas creciendo en el día a día y vas aprendiendo cosas nuevas. En todos estos años fui ganando experiencia y progresando" señaló la operaria. María trabaja en el taller desde las 8 de la mañana hasta las 12 del mediodía, cuando está en casa pasa el tiempo con su hija de 13 años, apoyándola en todo lo que necesite.
María confesó que la convivencia es buena, el Taller es como si fuese su casa, allí pasa mucho tiempo con sus compañeros. "Hay que aprender a llevarse bien, uno va conociéndolos y se va convirtiendo en una familia. Cada uno tiene sus cosas, sus problemas, pero siempre tratamos de dejarlos en la puerta, una vez que estamos acá adentro nos olvidamos. Cuando salimos los agarramos de nuevo", agregó con una sonrisa.
Expresó que todos en el Taller comparten sus problemas. "Yo sé por lo que está pasando Susana, y ella lo mismo. Nos preguntan cuándo nos pasa algo y tratamos de estar lo más unidos posibles. Si tenemos algún problema personal y lo podemos charlar, lo hacemos, si nos pueden dar una mano, lo hacen. Hay cosas personales que quizás las charlás acá en la oficina, depende la confianza que tengas con cada persona" afirmó María. Por último habló de la carga horaria de los operarios. "Cuando el trabajo es de 8 horas por ejemplo tratan de rotarte, para que no te aburras estando permanentemente en un lugar. Un día te ponen a doblar sobres, otro día a pegar, otro a cortar bolsas. El trabajo es bueno, dignifica, acá las chicas siempre nos repiten eso", finalizó.
Para Susana es importante que se sepa que quienes trabajan en el taller no van a pasar el rato. En cuanto a las ofertas laborales fuera del taller explica que no es sencillo. "Quizás les dan otras tareas donde no se sienten tan cómodos, además tienen que tener una supervisión por un tiempo de la terapista ocupacional porque se recomienda un seguimiento y un proceso previo" cerró la coordinadora, que el sábado pasado celebró, junto a miembros del staff y operarios, los 36 años del Taller Protegido.