El municipio cobra insólitos impuestos por cada "jueguito" y crece la polémica entre comerciantes
En Miramar, comerciantes y operadores de entretenimientos volvieron a encender las alarmas: la Municipalidad de General Alvarado mantuvo para 2025 un esquema impositivo que aplica un tributo fijo a cada juego, aparato o estructura recreativa instalada en salones, parques o espacios privados. La tasa -incluida en el ARTÍCULO 55° de la ordenanza fiscal e impositiva- no considera facturación, uso, rentabilidad ni tamaño del negocio: simplemente se cobra por unidad.
El modelo, vigente desde hace años, volvió a generar polémica cuando se hizo público el detalle de los montos actualizados para la próxima temporada. En varios casos, las cifras resultan significativas y afectan de manera directa a pequeños emprendimientos. Desde el municipio defendieron la medida como parte del "derecho a los Espectáculos Públicos", mientras que especialistas la califican como regresiva y ajena a la dinámica real del sector.
CÓMO FUNCIONA LA TASA: UN PAGO FIJO POR CADA JUEGO
La ordenanza establece valores mensuales específicos para una amplia variedad de dispositivos recreativos. Un metegol, por ejemplo, tributa 3.500 pesos por mes durante enero, febrero, marzo y diciembre, considerados meses de temporada alta. En el resto del año, ese monto se reduce a 1.750 pesos, pero sigue siendo uniforme sin importar el nivel de uso o si el local trabaja a pérdida.
La lógica se replica en cada rubro: una calesita paga 9.800 pesos en temporada; una mesa de billar, tejo o pool tributa 13.930 pesos anuales; y los dispositivos de música o fotografía que funcionan con monedas abonan 4.900 pesos en los meses de mayor actividad turística. El esquema no diferencia entre un gran salón recreativo y un pequeño comercio de barrio: la carga es idéntica.
Tener un tejo, mesa de billar o pool cuesta casi 14 mil pesos anuales tanto para los grandes como pequeños emprendimientos.
LOS MONTOS MÁS ALTOS: AUTITOS CHOCADORES, MINI-GOLF Y PELOTEROS
Entre los aparatos más castigados se encuentran los autitos chocadores, que deben enfrentar un tributo de 73.780 pesos por pista durante la temporada alta. También destacan los juegos de fuerza o destreza, con tarifas de 13.930 pesos, y las canchas de mini-golf, que rondan los 12.670 pesos. Todos, sin excepción, pagan la mitad durante los meses restantes.
Los peloteros tienen un tratamiento según tamaño: las estructuras de hasta cuatro metros tributan 12.670 pesos, mientras que las de mayor dimensión ascienden a 24.570. Las camas elásticas, en tanto, pagan 6.160 pesos hasta los siete metros, pero las más grandes alcanzan un monto que puede llegar a los 77.280 pesos por unidad en plena temporada.
CRÍTICAS Y ADVERTENCIAS: "UNA DECISIÓN ECONÓMICAMENTE REGRESIVA"
Desde el sector comercial, las reacciones no tardaron en acumularse. El consultor económico Damián Di Pace, director de Focus Market, aseguró que aplicar una tasa fija por cada aparato "sin considerar su nivel real de actividad es técnicamente pobre y económicamente regresivo". Según explicó, se trata de un costo fijo que impacta de igual manera en grandes operadores y en pequeños emprendedores que apenas logran sostenerse.
El especialista también señaló que la matriz fiscal "desconoce la disparidad entre negocios con alta demanda estacional y aquellos con dinámicas más modestas". En su análisis, sostener este tipo de cargas termina desincentivando la inversión, afectando el empleo local y empujando a muchos locales a la informalidad para sobrevivir.
UN ESQUEMA SIN ESCLAS NI BONIFICACIONES
La ordenanza no prevé beneficios por cumplimiento, por categoría ni por volumen de actividad. Tampoco incorpora mecanismos que atenúen el impacto sobre comercios más pequeños. Se trata de un sistema uniforme que se centra en el objeto -el juego, la pista, el aparato- como base imponible, dejando afuera cualquier variable económica.
Para dispositivos como mini-golf, bowling o la denominada "caminata lunar", el monto es idéntico independientemente de cuántas personas los utilicen o de su rendimiento comercial. En los comercios con inventarios más amplios, el impacto puede ser considerable, ya que cada ítem se suma de forma individual al cálculo mensual.
Según los expertos, la medida empuja a muchos locales a la informalidad para sobrevivir.
IMPACTO EN COMERCIOS LOCALES: COSTOS ALTOS EN TEMPORADA Y POCO ALIVIO EN INVIERNO
Los valores más elevados se aplican en los meses de mayor turismo, cuando la ciudad recibe miles de visitantes. Pero incluso en la etapa de baja actividad, la reducción del 50% no siempre alcanza para equilibrar la cuenta de gastos, sobre todo para locales que funcionan todo el año y deben afrontar costos fijos independientemente del flujo de clientes.
Los comerciantes deben calcular la cantidad exacta de juegos y estructuras para proyectar lo que pagarán de tasa, lo que añade complejidad a la planificación operativa. Además, cada vez que incorporan un nuevo aparato, automáticamente se suma un nuevo cargo, algo que desalienta la diversificación de la oferta de entretenimiento.
El municipio sostiene que se trata de un "derecho a los Espectáculos Públicos" y confirma que el cobro se hace también a operadores históricos como Pibelandia y Sacoa durante la temporada. Para los expertos, sin embargo, la lógica detrás de la legislación apunta más a maximizar la recaudación que a acompañar la actividad económica local. (Fuente: El Bonaerense)
