Delincuente ingresó a una vivienda, redujo a sus ocupantes, los ató, golpeó y robó dinero
La inseguridad se cobró dos nuevas víctimas. Un malviviente ingresó a una casa de calle 20 entre 5 y 7, redujo a sus moradores y tras sustraer el dinero que los propios damnificados le entregaron huyó.
El hecho tuvo lugar en las últimas horas de la noche del pasado miércoles en la vivienda de Vicente Dimuro, jubilado, de 84 años, quien se hallaba acompañado de María Martinez, persona que se encarga de su cuidado.
En diálogo con El Diario, María narró lo sucedido, señalando que alrededor de las 22,30 cuando terminaba de ver televisión y se disponía a irse a dormir se encontró frente a una persona que con el rostro cubierto y guantes blancos la redujo exigiéndole que no hablara.
Desconociendo cómo y cuando ingresó este sujeto al domicilio, la mujer dijo que bien podía haber entrado antes de las 20, cuando ella llegó, aprovechando un descuido de Dimuro y había permanecido oculto en algún sitio hasta el momento en que consideró oportuno "actuar".
"LO UNICO QUE PEDIA ERA PLATA"
"Me agarró, me ató con un cable las manos y los pies y me amenazó de muerte exigiéndome dinero", explicó la damnificada señalando que el delincuente no exhibía arma alguna y que la agredió a golpes de puño exhibiendo un gran moretón en su omóplato izquierdo producto de la violencia ejercida por el ladrón.
Siempre de acuerdo a su narración, ante el insistente pedido de dinero del ladrón optó por entregarle la plata que tenía en su cartera, alrededor de $ 500, mientras el desconocido pedía "la plata del viejo" refiriéndose al propietario de la vivienda, quien se hallaba descansando en otra habitación.
"No tiene, la tiene en el banco, le dije, pero no conforme con esto se fue a la habitación donde descansaba Vicente, lo despertó, lo ató con un alambre y reiteró el pedido de plata", añadió.
Por otra parte, la mujer dijo que el desconocido la llamaba por su nombre, lo que evidencia que la conocía, por lo que estima, según precisó, que "seguro que son de por acá, del barrio "el sapito" de donde yo era antes", agregando que se trataba de un "chico joven".
El calvario, dijo, duró más de media hora en la que el desconocido actuaba con mucha tranquilidad.
Si bien en todo momento actuó solo, al hablar pluralizaba nombrando incluso a alguien, por lo que María no descarta que hubiese en el exterior de la vivienda algún cómplice actuando de "campana".
El malviviente se logró alzar con algo más de mil pesos, llevándose al huir la llave de la puerta principal de la vivienda.
Una vez liberada de sus ataduras, María logró dar aviso a la Policía, señalando que por su estado de nerviosismo no lograba entender que su llamado al 101 era derivado a otro sitio.
Cumplimentado dicho paso, minutos después arribaron al lugar efectivos de la Policía Comunal que a partir de entonces iniciaron su labor en procura de esclarecer el caso.