«Cuando mejor rendís, más te sonríe la gente»
La temporada 2018 resultará imborrable en su trayectoria musical, porque además de lograr cierta consolidación artística en la faz individual le permitió otras cosas tal vez impensadas o poco imaginables años atrás.
De visita en Balcarce y en charla con El Diario, Daniel Chappet, talentoso y reconocido armoniquista, contó que «tuve un año interesante musicalmente. Comencé con Marcos Archetti, un bajista con el que anduvimos girando bastante por la provincia de Buenos Aires, y después con Diego Romero, un guitarrista de Tandil que vive en Capital Federal y con el que estuvimos recorriendo por más tiempo el interior como por caso las provincias de Corrientes y Santa Fe. Son grupos que tengo fijos. Después estoy en una compañía de danzas. Somos tres músicos con los que también fuimos a distintos festivales. Y más recientemente, a fines de octubre, estuve de viaje por Rusia trabajando. A mí regreso hice algunas cosas más, acompañando cantantes y participaciones generalmente en Capital Federal y La Plata».
En ese derrotero, Chappet tuvo el gusto de tocar con Hugo Rivas, a quien sindicó como «El guitarrista» del tango. Gracias a él pudo entablar relación con el reconocido guitarrista, cantante y compositor Luis Salinas, que inclusive lo invitó a su cumpleaños. «Así que tuve el placer de tocar con los maestros», añadió con orgullo.
GÉNEROS MUSICALES
Si bien tiene una predilección, con el tiempo logró inclinarse por determinados géneros musicales. Pero en la actualidad Chappet milita más en el ámbito de la improvisación.
Según relató, desde pequeño incursionó en muchos estilos tales como el blues y el jazz, entre otros, aunque siempre consciente que «saber tocar un estilo de música es diferente. Es complejo asimilar un estilo y asegurarlos sobre todo rítmicamente, que es a lo que uno le cuesta más».
Primero fue el tango, después se abrió a la improvisación, algo más referido al lenguaje del jazz y de la música brasilera, que le apasiona realmente. Y también aborda los ritmos argentinos desde otro punto de vista. Apela más a la improvisación, con partes más libres y no tanto con la estructura convencional de las canciones.
«Descubrí a Hugo Díaz como referente nacional de la armónica y a Toots Thielemans, que falleció hace dos años, un armoniquista belga y también guitarrista, músico extraordinario, que puso el instrumento a un nivel superlativo. El me apasionó cuando era chico. No le di mucha importancia porque estaba más metido en el tango y un poco en el folclore. Y con el tiempo me sentí seguro de lo que estaba haciendo. Siempre pensé que tenía que tener en mi cabeza un estilo dentro del abanico argentino al cual pueda recurrir en cualquier momento, ejecutar y sentirme cómodo. El tango fue eso hasta que llegué a cumplir esa meta. Entonces empecé a ir por otro lado y ahí me abrí a la ‘impro’, a tocar música brasilera y a conocer otros compositores de distintas partes del mundo, otros ritmos», señaló.
DE FORMA PROFESIONAL
«Hace poco que me estoy sintiendo conforme, después de seis o siete años de estudiar. Por eso digo que los procesos son largos», comentó quien se dedicó a este instrumento casi por azar.
Cuando finalizó sus estudios en la localidad de San Agustín se vino a la ciudad. Recordó que le costó adaptarse hasta que encontró un grupo de amigos apasionados por la música. Uno era pianista y el restante tocaba la guitarra. Chappet quería formar parte de ese grupo así fue como le pidió a uno de ellos una armónica que tenía y no usaba, iniciando de esa manera el camino en la música.
«Empecé a estudiar. Caí a lo de Omar Cerono que fue quien realmente me dio una mano grande. Luego con el tiempo fui a lo del recordado ‘gringo’ Melucci, que me habló de otra armónica que tenía un botón al costado y que la usaba Hugo Díaz para tocar tango y folclore. Descubrí que era la armónica cromática. Cuando tuve el dinero suficiente me compré una y volví a lo del ‘gringo’, a quien le dije que quería aprender, Así lo hice hasta que le pude agarrar un poco la técnica», manifestó.
Pasó el tiempo y el músico balcarceño se trasladó a La Plata, donde reside actualmente. Trabajaba paralelamente como vendedor de galletitas para una fábrica de San Miguel del Monte mientras estudiaba de modo particular con pianistas o armoniquistas, además de acompañar los fines de semana en sus shows a cantantes de tango.
«A los 25 ó 26 años dije: no laburo más de otra cosa. Y me la jugué. Dejé el laburo para dedicarme a lo que yo quería hacer, que era la música. Pero siempre estoy en los inicios. La música laboralmente para un armoniquista resulta algo complicado. Quizás para un guitarrista o un pianista tiene salidas alternativas como, por ejemplo darles clases a alumnos. Lo mío es un instrumento más de color, no se requiere tanto al momento del armado de una banda. Igual tengo algunos alumnos, pero cuesta, siempre la estás remando», explicó.
ORGULLO PERSONAL
A sus 34 años continúa con la misma preocupación de siempre por seguir estudiando, capacitándose permanentemente para poder mejorar en lo suyo. Y a pesar que económicamente hasta el momento la profesión no le permitió realizar una diferencia, existen otras cuestiones que le posibilitan avanzar y lo recompensan desde otro lugar.
Sobre ello, dijo que «una de las cosas por las cuales sigo en esto es ese orgullo, esa sensación de decir lo estoy haciendo bien, con algunas falencias, pero a nivel artístico me siento bien. Voy consiguiendo cosas como lo de Cosquín hace algunos años, tocar con Raúl Lavié varias veces en la televisión y en unos shows, compartir escenarios con grandes músicos como Nahuel Pennisi, quien es un amigo y nos conocemos mucho antes de que se haga tan popular. Todo eso te va llenando, te va haciendo estudiar porque querés rendir mejor y cuando mejor rendís, más te sonríe la gente y las devoluciones te hacen ver que estás haciendo las cosas bien. Ese es el orgullo que uno tiene. Por ahí no tengo auto, llego con lo justo pero tenés otras cosas».
Rusia, una experiencia sencillamente inolvidable
Hace casi tres años, Daniel Chappet acompañaba a su amigo guitarrista Diego Romero en la compañía «Los Potros Malambo», de los hermanos Isaac y Javier Gardella, reconocidos bailarines en el ambiente folclórico, trabajando junto a ellos el percusionista Lucas Muñoz y un bandoneonista que por entonces decidió dar un paso al costado.
«Le poníamos el hombro a la compañía, lo hacíamos con mucho sacrificio. Por ahí salían festivales en las provincias. El productor Cristian Tateossian, que trabajó con artistas como Julio Bocca y Mora Godoy, les dijo a los chicos qué cosas iban a salir pero que tenían que ser pacientes porque a lo mejor tardaban dos años ó más. Y a los dos años y medio se dio lo de Rusia, a fines de octubre pasado», contó.
VEINTE DIAS, ONCE CIUDADES
Estuvieron veinte días en territorio europeo, recorriendo once ciudades rusas, trasladándose de un lugar a otro en diferentes medios de transporte: micros, trenes y aviones. Entre otras, estuvieron en Moscú, Kazan, Cheliábinsk, Omsk y Surgut.
¿Y cómo respondió el público de esas latitudes? «Una cosa es el tango. Está asumido a nivel mundial pero un show de folclore de una hora y media era ver qué pasaba. En el primero, con todos los nervios, la gente respondió magníficamente. La verdad que después nos fue bárbaro en todos y en Moscú, que fue la última ciudad en la que estuvimos, fue tremendo. La gente en todos los lugares nos recibió muy bien. La experiencia de tocar en un lugar tan lejos de la casa de uno fue buenísima, Yo he estado tocando en Brasil y en Uruguay, pero es casi como en casa», deslizó Daniel Chappet.
Como aspecto saliente mencionó el frío que en algunas ciudades, y sobre todo en la región de la Siberia, era de alrededor de 20º bajo cero, cuando estaba entrando el otoño.
Más allá de esto, la gira por esos lares fue sumamente positiva y eso abrió otros mercados. Al respecto, el músico sanagustinense mencionó que «no hay nada confirmado. Se agregaron países después de este viaje de prueba, lo cual resultó bárbaro. Está la posibilidad de volver a Rusia, de ir a Turquía, Israel y los Estados Unidos, pero hay que dejar trabajar tranquilo al productor. Cuando haya novedades, ya las subiré al Facebook».