Con equipo propio para ganarle a los poderosos

Con equipo propio para ganarle a los poderosos

Santiago Lantella y su equipo merecían otra definición para en definitiva quedarse con el título de la Clase 2 del Turismo Pista. Un galardón ampliamente merecido, que no se pudo obtener en la pista por circunstancias de las carreras que derivaron en el abandono, pero le quedaba un capítulo a esta historia y era la cuestión técnica. Una denuncia, la correspondiente revisión y un sistema de seguridad del Fiat Uno Way de Agustín Martín, ganador y eventual campeón, fuera de reglamento. Exclusión y el título que por medio punto va a manos de Lantella, por sobre el tandilense Joaquín Melo.

Párrafo aparte para los responsables técnicos de la divisional respecto de la situación del auto del cordobés Martín, porque queda flotando la pregunta desde cuándo estuvo corriendo con esos elementos antirreglamentarios que a punto estuvieron de hacerlo llegar a la coronación.

MADE IN CASA

Tras el primer certamen en la categoría, donde Lantella fue protagonista alcanzando el subcampeonato, el grupo entendió que estaban en condiciones de afrontar el desafío con un auto propio. Así fue como a comienzos de este año Sebastián Valenti puso manos al armado del Chevrolet Corsa y detrás de él se encolumnó todo el Jack Competición, con la motorización de Juan José Cassou, el trabajo de Franco Cipollone en las cajas de velocidades y el aporte de Escapes Miguelito colaborando con su labor.

Estuvo también a lo largo del año el respaldo de los seguidores de Lantella, quienes acompañaron con su presencia en la peña, al estilo del histórico automovilismo argentino.

El desafío era fuerte, había que luchar contra estructuras económicamente más importantes, pero se contaba con una jerarquía profesional tanto en los que estaban bajo el auto como en el piloto, reconocido por su capacidad en cuanta categoría le tocó transitar.

MENOR A MAYOR

Se sabía que el comienzo no iba a ser fácil, ya que se afrontaba el campeonato con un auto totalmente nuevo que estaba sometido a prueba carrera tras carrera, en una categoría que se sabe no otorga ventajas y nada se perdona en pugna de mejorar un lugar en el clasificador.

Comenzó con un 10° puesto en Concepción del Uruguay y en La Plata en la segunda fecha parecía estar todo dado para un gran resultado, con victoria en la serie, pero todo se derrumbaría con el abandono en la final. El paso por Concordia terminaba con un 8° puesto, para sostener el protagonismo en San Jorge (8°), Paraná (5°) y Rosario (7°).

Pero Lantella se iba a meter de firme en la lucha por el campeonato luego de la octava fecha, cuando en el autódromo de Buenos Aires se llevó a cabo la carrera con pilotos invitados. Todo jugó a favor del balcarceño: sus rivales directos se vieron envueltos en diversos inconvenientes que los relegaron, por el contrario Lantella y su piloto invitado, Martín Chico, ganaron ambas finales y la gran sumatoria de puntos depositó al representante local en la cima del torneo.

Estaba demostrado que el potencial del auto y la capacidad de manejo de Lantella, apuntalado en este caso por el necochense Martín Chico, armaban un equipo con aspiraciones de título.

La penúltima fecha en La Plata dejaba a Martín y Lantella igualados en puntos en el primer lugar del torneo, un dato irrefutable de la paridad mostrada por la categoría.

POR ETAPAS

Lo que ocurrió en San Jorge en el cierre del torneo es digno de un guión cinematográfico. Abandono en la carrera, frustración, denuncia, exclusión y de tener las manos vacías, al campeonato casi sin escalas.

El mérito adquiere mayor significación porque se sabe del esfuerzo que significa poner en pista un auto de competición en los tiempos que corren, donde hay mucha gente detrás que aporta su grano de arena en busca de ese objetivo. Al comenzar el año seguramente proyectaban tener una actuación digna, en esta nueva etapa de auto propio, sin embargo las cosas se hicieron tan bien que derivaron en un campeonato, ganado con total merecimiento, más allá de la definición fuera de la pista. Con humildad, sacrificio, trabajo y profesionalismo.

Ayer el equipo fue recibido en las primeras horas de la mañana en «El Cruce» por allegados, familiares y vecinos, que se sumaron al festejo por la obtención del campeonato en el TC Pista.

Otra vez Balcarce aparece al tope en el automovilismo nacional. Una muestra más de la capacidad y calidad de quienes aquí ponen manos a la obra en el automovilismo deportivo. Felicitaciones a todos los que aportaron algo para este logro que los balcarceños disfrutan.