Angustiante búsqueda con final feliz
Fueron 36 horas interminables, de mucho sufrimiento y una constante angustia que el paso del tiempo se encargaba de profundizarla aún más. En definitiva, ahora es un recuerdo de un mal momento con final feliz.
En la tarde de ayer, y después de caminar -se estima- más de 50 kilómetros entre el barro y el agua, soportando el frío y la falta de alimentos, un peón que dejó a su familia en la madrugada del lunes en el interior del automóvil en el que se transportaban en un camino rural y que quedó "atrapado" por el barro, apareció sano y salvo. Estaba agotado producto del esfuerzo realizado cuando decidió ir en busca de ayuda.
LA HISTORIA
Esta historia tiene como protagonista a Felipe Rubén Casal, de 30 años, empleado del establecimiento rural "Las Taperas", ubicado en cercanías a la localidad de Ramos Otero.
A unos quince kilómetros de allí, sobre un camino vecinal denominado ruta provincial 50, cerca del deslinde con el partido de Mar Chiquita, el automóvil quedó encajado. Las adversas condiciones climáticas hicieron que el hombre, su mujer y sus cuatro hijos decidieran quedarse dentro del rodado y esperar hasta el día siguiente por ayuda.
Casal, alrededor de las 5, en plena oscuridad y bajo una persistente lluvia, decidió emprender la caminata rumbo al campo en el cual trabaja para buscar auxilio.
El paso de las horas generó preocupación en su mujer ya que la ayuda que fue a buscar su esposo no llegaba. Y tampoco tenía noticias de él.
Un productor de la zona fue el que anteayer pudo retirar el auto encajado de la familia en problemas.
Cuando finalmente regresaron a "Las Taperas", la angustia se acrecentó aún más porque Casal no había llegado al lugar. Y además era imposible comunicarse telefónicamente al celular debido a que en esa zona hay problemas con la señal. Fue entonces cuando la mujer decidió dar aviso a Patrulla Rural de la Policía Bonaerense y a los bomberos voluntarios de Balcarce y Ayacucho.
Se montó un amplio operativo en medio de condiciones climáticas desfavorables. Hubo un amplio rastrillaje entre la tarde del lunes y ayer.
APARECE SANO Y SALVO
Según se informó, Casal se desorientó cuando en plena oscuridad decidió ir en busca de ayuda. Eso lo llevó a que caminara aproximadamente unos 50 kilómetros sin una dirección determinada. Sin alimentos, mojado y con frío, pasó la noche en una precaria construcción abandonada, tapándose con un par de frazadas que allí encontró.
Ayer por la mañana continuó caminando sin rumbo fijo. En esa circunstancia un trabajador advirtió su presencia en la zona de la estancia "La Corina", en el deslinde con Ayacucho, a más de 20 kilómetros de "Las Taperas". De inmediato dio aviso a la Policía y de esa manera se puso fin a la angustiante búsqueda.
En buen estado de salud estaba Casal más allá del lógico agotamiento por el esfuerzo realizado. No obstante, la Policía lo trasladó anoche al Hospital Municipal Subzonal donde fue sometido a un chequeo preventivo.