A pesar de la lluvia fue total la devoción por San Cayetano
San Cayetano genera una devoción particular, por lo menos en nuestro país. Es que quizás los vaivenes de la vida que atraviesa nuestra nación hacen necesitar de una ayuda extra, de creer en que lo que vendrá será más próspero y que nos permitirá valernos por nosotros mismos. Y en cuestiones laborales, la entrega a San Cayetano el patrono de la paz, el pan y el trabajo, es total.
Como dijera días atrás el Padre Pablo Etchepareborda, cura párroco de la Iglesia «San José», la devoción por San Cayetano hace que los días 7 de cada mes se lo visite en su capilla ubicada en Av. Eva Perón y 116 bis.
Pero este 7 de agosto como cada fecha particular anual del santo, la entrega, la devoción, la fe y la esperanza se hacen presentes en su espacio, su lugar.
Ayer una gran cantidad de feligreses se hicieron presentes en la capilla en una jornada que particularmente por las fiestas patronales de San Cayetano son debidamente extensas.
La actividad religiosa comenzó a las 7 con la apertura del templo que estuvo abierto durante todo el día.
El primer oficio religioso se desarrolló a partir de las 10 de la mañana, donde un gran grupo de personas escuchó la misa oficiada por el Padre Pablo. Los fieles se acercaban a la imagen de San Cayetano para realizar un agradecimiento o tal vez para hacerle una petición particular.
Con un día nublado y lluvioso, lo lógico sería pensar que el volumen de fieles sería menor, pero la devoción por el santo hizo que su templo se llenara de personas.
Debido a las circunstancias climáticas que hacían muy difícil llevar adelante la procesión estipulada para las 15, se decidió suspenderla. El santo por el momento no recorrería las calles del barrio ante un clima tormentoso, pero que no importó dada la veneración de los feligreses.
A las 16 se llevó a cabo el segundo oficio religioso en el que más personas se acercaron al templo en búsqueda de cumplir un deseo, realizar un pedido o agradecer el haber recibido pan, paz y trabajo. Además se realizó la bendición de los ramos de trigo, común en la festividad de San Cayetano.
Por último y para finalizar la jornada, llegó el oficio religioso final a las 20. En la oportunidad los fieles que no pudieron asistir por diferentes motivos, formaron parte de la misa nocturna para coronar una nueva muestra de fe al santo patrono.
Hubo como es habitual venta de santería y comestibles varios elaborados por miembros de la comunidad de la capilla. Lo recaudado permitirá el sostenimiento de las múltiples actividades que allí se brindan.