Sebastián Pinilla: "El rugby no tiene nada que ver con la violencia"

Sebastián Pinilla: "El rugby no tiene nada que ver con la violencia"

El crimen de Fernando Báez Sosa asesinado el 18 de enero del 2020 en Villa Gesell y el reciente inicio del juicio por su muerte, donde se acusa a un grupo de ocho jóvenes: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23); volvió a despertar una conmoción en todo el país. Asimismo colocar en las primeras planas los términos: rugbiers, deporte, violencia, alcohol, muerte, drogas y en consecuencia a la "cultura y los valores" del deporte que en este caso es el rugby.

Durante todo el caso, la forma más común en la que los acusados son llamados por la prensa y la sociedad es la de "los rugbiers", ya que ellos eran jugadores del club Náutico Arsenal de Zárate. En consecuencia el "apodo" o denominador para llamarlos e identificarlos generó puntos encontrados en el ambiente del rugby, ya que muchos señalan que nada tiene que ver con el juego.

Justamente para conocer una mirada más amplia de lo que está pasando y cómo repercute en lo deportivo, El Diario habló con el ex jugador, entrenador y referee de rugby Sebastián Pinilla, quien además es concejal del bloque de Juntos por el Cambio e integra la Comisión de Seguridad del Concejo Deliberante, siendo también padre de adolescentes.

"Primero me surge pensar en los padres de Fernando, en sus seres queridos, amigos y de quienes presenciaron su asesinato y eso me genera un profundo dolor y tristeza, y eso superó el rol que uno puede tener como ex rugbier, entrenador, referee o dirigente político, porque lo que primero hago es ponerme en el rol de padre. Tengo hijos adolescentes y no alcanzo a dimensionar por el dolor que deben estar pasando", aseguró en primera instancia Sebastián Pinilla.

¿UNA MIRADA ERRADA? ¿POR QUÉ ESE MOTE?

Con respecto a qué piensa él como parte del mundo del rugby, que se identifique a los ochos acusados bajo un término que se utiliza para nombrar a quienes juegan dicho deporte, Pinilla apuntó a que "catalogar que "los rugbiers" son violentos en general es una significación muy barata y simple que no tiene razón de ser y sería más o menos decir que todos los basquetbolistas son ladrones o que todos los futbolistas son violadores. Para mí no pasa por ahí, sino que es una forma muy fácil de poner la culpa ahí" expresó, quien en esa misma línea profundizó en que "es importante ver el rol que ocupamos si somos padres, qué contención les estamos dando, educación, cariño, límites y ver hasta donde dejamos que avance una conducta que es indebida en nuestros hijos".

Asimismo, indicó que "como entrenador y jugador de rugby, porque desde los 13 a los 30 años jugué y he sido referee de los 25 a los 48, me consta, porque pasa en todos los clubes y divisiones, cuando uno detecta una conducta inapropiada uno tiene que poner los límites desde ese rol y educarlos e inclusive derivar a profesionales cuando se ve que hay un problema que es nocivo".

También Pinilla corrió de lugar al deporte y explicó que no es violento y enfatizó que la violencia está dentro de cada uno. "El rugby es un deporte, como cualquier otra disciplina de equipo, que utiliza el juego como excusa para educar a los jugadores, porque se le enseña al practicante un respeto a la autoridad, a acatar las normas y leyes, solidaridad con el compañero, el respeto hacia el adversario porque no es un enemigo, el trabajo en equipo, el entender que tanto dentro como fuera de la cancha cada uno ocupa un rol distinto y que sin ese compañero yo no puedo hacer mi tarea y por lo tanto el rugby no tiene nada que ver con la violencia. Porque la violencia es una deformación o una conducta indebida a la que se llega por no haber tenido una educación, contención y límites. Eso es lo que falla y se ve en toda la sociedad y va más allá del rugby, del fútbol y del deporte que sea".

De igual modo reafirmó que "si fuera solo la violencia inherente del rugby es fácil de erradicar, suspenden de por vida al rugby y no hay más violencia. Para mí no pasa por el deporte que practicas, por eso no entiendo porque se pone el "mote" estigmatizante a una disciplina que es de contacto físico fuerte y en la cual está firmemente penado cuando ese contacto pasa a ser violencia indebida. Pero también entiendo que solo una mínima parte tiene una reacción indebida y que no tiene nada que ver con el espíritu del deporte, pero bueno, es más fácil ponerle el "bonete" a un deporte y echar la culpa afuera".

Por otra parte y en relación a que no es la cultura del rugby ni la de ningún deporte, tiene intrínsecamente comportamientos patoteros o criminales, sino que son los resultados de una sociedad que se degrada producto de sus propias carencias, Pinilla opinó "va ser difícil sacarle el "bonete" de violento al rugby, porque la forma de sacárselo es hacer lo correcto. Y lo correcto es que no haya violencia, es difícil, pero espero que de todo esto salga algo que nos haga ser un poco mejores y ojalá esto sirva al deporte para seguir mejorando".

LA POSTURA DE ACTUAR EN MASA

Ante la pregunta si le sorprende la postura que tomaron los adolescentes junto a su representante legal y familiares, de no hablar y mostrarse como "sólidos", Sebastián Pinilla comentó que no lo puede entender. "Me parece que son enfermos mentales, maquiavélicos y un psicólogo-psiquiatra puede entender más que uno, pero yo no puedo entender cómo tienen esa cara de piedra mirando hacia adelante con la vista perdida, sin ningún gesto de dolor o arrepentimiento".

Los ocho acusados de haber matado a Fernando Báez Sosa, en todo momento se mostraron y actuaron bajo una conducta de masa, desde el modo en que operaron para matarlo hasta los términos que usaron para referirse a la muerte: "Caducó", "La vida nos jugó una mala pasada", así como también hablaron de llevarse un "trofeo" y de que para que una noche sea memorable debe haber golpes.

Ante esto Pinilla reconoció que "es aberrante, creo que tiene una patología psicológica que supera la masificación, porque por más que algo no te guste no poder ir a matar. Indudablemente no pasa por la juventud, sino que en esa horda primitiva de inadaptados, tienen un líder enfermo absolutamente negativo, que con el resto de esa masa mentalmente débiles y enfermos, no sólo no supieron frenar lo que estaban haciendo, sino que también festejaron". Asimismo, resaltó que "pienso en la familia de esos "locos" que no han sabido educarlos, darles límites y contención. Ahora ellos también tienen que cargar con la mochila de la culpa. Porque uno como padre y ante el error de un hijo, por más mínimo que sea, se replantea que hizo mal y en estos casos extremos la culpa y el dolor también la deben tener, que no tiene nada que ver con el dolor inconmensurable de los padres de Fernando".

Por otra parte, opinó que "este caso que es emblemático, tiene que servir para no solo replantearse lo social de la violencia, sino que también en cómo actúan los patovicas, porque si hay violencia no podés sacar a los dos grupos a la calle, en la actuación de la Policía que no da abasto y más en una ciudad costera donde en el verano le aportan más policías con el Operativo Sol, aún así no dan abasto, qué pasa en los pueblos donde nos sacan los policías para llevárselos a otros lados. Por eso creo que estos casos aberrantes nos tienen que servir para corregir y que no vuelvan a pasar y para pensar qué hacemos cada uno desde el rol que nos ocupa. La enseñanza que nos tienen que dejar casos dolorosos como este, es que no tiene que volver a pasar".

PENA EJEMPLIFICADORA

En cuanto a cómo tiene que ser la pena para los ocho jóvenes, el concejal apuntó a que "tiene que ser ejemplificadora, porque acá falla la prevención, la educación, la contención cuando se llega a un acto así de aberrante. La Justicia tiene que ser lo más firme posible, porque por más drogado que estés o por más descabellado que sea, tiene que quedar claro que el que traspase los límites, la pena va a ser dura. También tenemos que replantearnos que vivimos en una sociedad en la que vamos corriendo los límites todos los días un poquito y que es lo mismo hacer las cosas bien, mal o que no hacerlas. Si no tenemos premio, si no tenemos castigo, los límites se corren y pasan estas cosas".

Sobre el rol de la Justicia Pinilla fue claro y marcó su postura. "Creo que los jueces tienen que tener presión porque hay una condena social que me parece lógica, los jueces también están dentro de esta sociedad y tienen que buscar castigos ejemplares para un futuro. Por eso creo que está bien que entre a jugar la presión, porque tiene que ser riguroso y justo; porque la Justicia tiene un máximo y un mínimo, pero nos hemos estado acostumbrando al mínimo, pero creo que para revertirlo realmente, acá tiene que estar lo máximo más los agravantes".

Por último aseguró que "creo que se va a hacer justicia más allá de que nadie le va a devolver a esos padres su hijo, nadie les va a quitar el dolor. Pero la justicia tiene que hacerse, solamente para que de acá en adelante aquel que quiera hacer una locura como esta, sepa lo que se le viene. A veces la Justicia queda chica y no resuelve todo. La Justicia cuando es lenta no es justa, pero seguramente en este caso en especial hubo mucho que investigar. Yo tengo esa sensación de la Justicia ineficiente, ciega, pero espero que en este caso esté a la altura", declaró.

En cuanto a si la condena tiene que ser la misma para todos, el funcionario destacó que "no lo sé, con eso quiero ser respetuoso pero lo que sí quiero es que sea muy dura y justa", cerró.

¿QUE PASA EN BALCARCE?

Tras lo que sucedió con el caso de Fernando y observando lo que sucede en la noche de Balcarce, donde no hace mucho se han registrado casos de violencia a la salida de boliches o enfrentamiento entre bandas, o con la Policía tal como sucedió hace unas semanas en los festejos de año nuevo, el edil resaltó que "no estamos lejos de que se repita este caso, porque somos parte de la misma sociedad. Lo que pasó en Villa Gesell puede pasar en Balcarce, pero a veces creo que es cuestión de suerte. Uno como dirigente político trata de hacer las cosas bien y colaborar acercando herramientas, pero las drogas, el alcohol, la gente sin contención, sin límites en un acto de bloqueo mental puede hacer que todo el trabajo de una sociedad se venga abajo por tratar de ser todos los días un poco mejor".

En cuanto a los trabajos que se llevan a cabo, Pinilla manifestó que "se trabaja continuamente en varias líneas a la vez y desde varios ámbitos. El trabajo que se hace desde los clubes en la captación y adaptación no solo de jugadores, sino que también de entrenadores, dirigentes y padres, respecto al consumo de sustancias es importante. Por eso en las giras se observa mucho sus comportamientos, como pasa también en las escuelas y en instituciones sin fines de lucro como la iglesia, son fundamentales para esto y desde la política lo hacemos brindando las herramientas para tener esos espacios donde los jóvenes entiendan que hay que convivir y la forma tiene que ser de la mejor manera, por eso se realizan actividades recreativas, se acondicionan espacios, se realizan charlas con empresarios de la noche mediante las distintas áreas del Departamento Ejecutivo.

UN BUEN EJEMPLO: "Lo que pasó con el UPD (Ultimo primer día) hace unos años, es un claro ejemplo de que las cosas pueden cambiar. Una banda tomo a la escuela y la destrozaron: primero actuaron las autoridades educativas, después las autoridades judiciales y policiales, hubo castigo de la ley y social y después nosotros comenzamos a analizar todo eso para buscar una solución y que no siga pasando. Por eso empezamos a hacer reuniones con la Policía, Departamento Judicial, vino un fiscal a explicar las consecuencia, autoridades de la educación, porque lo que para ellos era una fiesta no tiene que ser un calvario para el resto: desde los vecinos que quieren dormir tranquilos, los padres, la escuela y hoy el UPD es una fiesta donde participa toda la comunidad educativa, donde los chicos se juntan en una casa, luego van al boliche hasta una determinada hora, después van todos juntos a la escuela y desayunan ahí, pero no es lo que fue".