Se hizo realidad el sueño de la sede propia
No era fácil afrontar el desafío cuando comenzó a tomar forma la posibilidad de que la Asociación Cooperadora de la Facultad de Ciencias Agrarias pudiera contar con su propia sede. Hace una década atrás, no eran tiempos fáciles para emprender ese camino.
Hubo innumerables reuniones y debates que llevaron bastante tiempo hasta que hace cinco años, la comisión directiva encabezada por el ingeniero agrónomo Miguel Pereyra Iraola decidió asumir el compromiso de convertir en realidad aquel anhelo.
Los miembros de la comisión asumieron en su totalidad la responsabilidad de cumplir con la palabra empeñada. Fue factor decisivo además para encarar la iniciativa el respaldo ofrecido por el Banco de la Nación Argentina a través del gerente de la sucursal local, Alberto Levy.
Al arribar a su vigésimo sexto año de su creación, la celebración tuvo un sabor particular. «Concretamos un gran anhelo y ahora la casa propia es una realidad», dijo feliz el presidente de la Asociación Cooperadora, ingeniero agrónomo Miguel Pereyra Iraola, cargo que ocupará hasta fin de este mes ya que el 1 de diciembre asumirá como vicedecano de la casa de altos estudios, acompañando al decano elegido José Luis Bodega.
Este anuncio fue acompañado por otro hecho trascendente como lo fue la entrega de los premios Agrarius a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Agrarias con el mejor promedio general. La máxima distinción recayó en Clara Moisés Domínguez, de Pehuajó.
Desde que la Asociación comenzó a funcionar en el inmueble de calle 24, hace unos cuatro años, el espacio estuvo disponible para múltiples servicios que involucraban no solo a la casa de altos estudios sino también a otras instituciones, entre ellas la Asociación de Ingenieros Agrónomos que allí funciona.
Pereyra Iraola no dejó pasar por alto el gesto de quien era dueño del edificio, Jorge Scorziello, quien al tomar conocimiento de nuestra inquietud nos propuso llevar a cabo el negocio.
OTROS OBJETIVOS
Pero más allá de este hito trascendente, el presidente de la Cooperadora remarcó que también se avanza en otros objetivos trazados, independientemente del que le dio vida a su nacimiento para sostener el funcionamiento de la facultad en su conjunto, como lo son el de interactuar con las instituciones e integrarnos en la comunidad.
Desde el año 1991, en que nació la Asociación Cooperadora, se han mantenido relaciones institucionales con más de 500 organismos públicos y privados de nuestro país pero también de Chile, Brasil, Francia y Nueva Zelanda. «Esto fue producto -indicó- del aporte de directivos y docentes de la Facultad de Ciencias Agrarias como también de los técnicos del INTA Balcarce».
«El sentido que le da existencia a la Cooperadora es la propia Facultad», sostuvo Pereyra Iraola, quien próximo a concluir su mandato señaló que «ahora viene un cambio. Se contará con la experiencia de los que quedan y las ganas de los que vienen».
Pero aquel sueño de los visionarios no termina con la compra del edificio. Siguen imaginando obras para seguir alimentando el deseo de crecer como, por ejemplo, construir más aulas y sanitarios y hasta dotar al lugar de un gimnasio.
También se sumó con sus palabras al feliz momento la decana Virginia Hamdan, quien hasta antes de asumir esa función en 2009 integró distintas comisiones de la Cooperadora. Por eso, conociendo el trabajo desde adentro, reconoció el invalorable aporte para con la casa de altos estudios. «Siempre que hemos necesitado ayuda por múltiples razones, han brindado su colaboración. También han posibilitado desarrollar proyectos propios y de becarios cuando la Universidad no responde en los tiempos necesarios. Los felicito y los insto a que sigan adelante para cumplir con muchos otros objetivos», expresó.