En Balcarce la marcha por la universidad pública fue una concentración de escucha

En Balcarce la marcha por la universidad pública fue una concentración de escucha

En la tarde de este martes se llevaron a cabo en diferentes puntos del país marchas por la universidad pública en contra del desfinanciamiento de la educación pública.

Las manifestaciones se dieron principalmente en la Ciudad de Buenos Aires con una gran convocatoria de estudiantes universitarios.

En Balcarce se concretó una convocatoria pero no se realizó una marcha, sino que la concentración estuvo signada por el espacio para la escucha, para escuchar la historia de quienes se congregaron en la plaza Libertad y que contaron el por qué estaban allí.

Los presentes que también llevaron libros en una expresión más de defensa de la educación.

La concentración tuvo a docentes, médicos, estudiantes universitarios, del nivel secundario, trabajadores del sector público, del sector privado, de padres que bregan por la continuidad de sus hijos en el estudio, de instituciones de nuestro medio y más.

Quien ofició de moderador en el encuentro fue Juan Fraiz de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos quien señaló en el principio: «entendimos varios que no podíamos dejar a Balcarce ausente de esta situación. Balcarce también tiene que decirle que no a estas políticas de Javier Milei y todo su gobierno. Balcarce también tiene que estar presente frente a esto. Simplemente invito a que nos escuchemos, a que cada uno exprese lo que siente, lo que es tan difícil para nuestra República y para eso los convoco».

LOS TESTIMONIOS

En una concentración en la que no importó el quién, sino el qué y lo que tuvieran para decir comenzaron a aflorar los testimonios.

Un vecino «rompió el hielo» por decirlo así y expresó: «me siento orgulloso de las universidades. Yo pasé por las aulas de las universidades. No finalicé los estudios, pero mis hijos cursaron en la universidad y se recibieron. Hoy soy un padre orgulloso de ellos. Frente a este embate creo que una respuesta base es la que estamos haciendo todos hoy, hayamos pasado por la universidad o no lo hayamos hecho. No podemos dinamitar nuestro futuro. Tengo la esperanza de que mis nietos también sean chicos y chicas de la universidad. Pero no solamente porque van a tener un estándar de vida mejor, sino porque el conocimiento nos va a hacer más libres de los que lo son los que no tienen la posibilidad de ir a una universidad».

Otro vecino expuso: «siento la misma angustia que tiene gran parte del pueblo argentino. Tengo tres hijos universitarios a punto de terminar. Hoy están marchando en otros lados. Realmente creo que la educación pública y gratuita nos iguala a todos y es trasversal. En esto no hay diferencia política, es algo universal en nuestro país como la salud pública. Esperemos que sigamos todos apoyando a los jóvenes. Porque hoy son ellos, mañana son los trabajadores y pasado son los jubilados. Ojalá todos podamos tener el compromiso de defender los derechos que ya conquistamos para que no nos los vuelvan a sacar».

Otro de los que se congregaron en la plaza Libertad ponderó: «a la educación se la vende como la solución de los problemas y por otro lado la bastardean constantemente tratando a los docentes de ‘vagos’ e incluso se trata a los jóvenes de que ‘están perdidos’. Se habla desde ese lado para desprestigiar a la educación y poderse permitir una educación para pocos, para los privilegiados. Hay que pensar y ver como rompemos con esta construcción de sentido común, reforzar a los pibes en los aprendizajes. Sabemos las dificultades que hay en la educación, pero no vamos a salir de esas dificultades con la quita del presupuesto y bastardeando a la educación. Cuando nos proponen medirnos con parámetros de algunos países nórdicos, podríamos preguntarnos si las condiciones que tienen esos países son las mismas que tenemos en Argentina o las que tenemos los docentes cuando vamos a dar clases. De esa manera se puede plantear que la educación no está sólo dentro de la escuela, sino que trasciende esas paredes: cuando salimos a luchar y a pelear por el bienestar de nuestra comunidad también tiene que ver con la educación. No hay que olvidarnos que el conocimiento no sólo forma parte de lo cognitivo, sino con los sentimientos y lo emocional: necesitamos que los chicos estén en las aulas dispuestos  a aprender, pero que estén bien para que ese conocimiento pueda ser significativo».

Otro concurrente resaltó: «se están discutiendo cosas de hace 100 años, cosas que ya no se deben discutir, mientras venden el país, crean planes económicos que no existen. Hay que tener claro que la educación pública es nuestra, no se puede tocar, ni la van a tocar. La salud pública también tiene que ser nuestra y no la pueden tocar. Hay que pelear para que no se venda el país».

Posteriormente otro de los presentes expresó: «vengo principalmente por mi hijo que finaliza la secundaria el próximo año y tiene la ilusión de estudiar. Es hacer un poco de fuerza para asegurarle una oportunidad para su formación».

Seguidamente otro sostuvo: «la educación es nuestra, es el bien más valioso que puede tener una nación. No sé por qué estamos discutiéndolo. Me cuesta imaginar cómo llegamos a esta situación. Ya vivimos varias de estas. Estamos volviendo a un sendero que no tiene meta. Me duele que nos quieran arrebatar, que nos quieran dejar sin este bien público al igual que la salud que nos potencia a todos. Todos somos universidad pública, educación pública».

Una vecina expresó: «traje mi libreta de estudiante. Yo fui la primera generación en mi familia en poder acceder a la educación pública en la Universidad Nacional de Mar del Plata. La universidad pública me formó como profesional y me llenó de herramientas, de empatía y no vamos a dar marcha atrás con los derechos que hemos conquistado durante todos estos años».

Otro de los vecinos que se acercó a la Plaza Libertad remarcó: «yo soy un empleado de un organismo estatal del cuál no sabemos si el mes que viene la oficina estará abierta o no. Así sucede con un montón de cuestiones. El retiro del Estado significa menos servicios para la gente, que haya menos educación, menos salud. La educación es la fibra que han tocado, ha hecho que nos reunamos sin ningún tipo de bandera política y hay personas de todos los aspectos de la política. Eso ha generado este gobierno al tocar la educación, pero hay otros problemas que seguirán surgiendo a partir de eso. Hay que estar atentos y resistir los embates».

Otra asistente que cursa el nivel secundario expresó: «la educación es de las cosas que nos hacen poder salir adelante todo el tiempo. No estaría bueno atrasarse 100 años».

Un vecino señaló: «gracias a la educación pública yo pude terminar la escuela secundaria a través del Plan FINES. Para mí fue lo más maravilloso que me pasó. Hoy ya no se discute si los chicos tienen que ir o no a la escuela. Directamente se intenta sacar la educación y no lo podemos permitir. Es lo único que nos puede hacer un país libre. Ojalá superemos esto. Abramos las escuelas a todo el mundo y ayudemos a quien lo necesite».

Una de ls mujeres que llevó a cabo la convocatoria relató: «yo soy hija de docentes de la educación pública, fui estudiante del nivel inicial hasta universitario de las aulas de las escuelas de la educación pública. Soy paciente oncológica de médicos que estudiaron en la universidad pública. Hoy estoy curada gracias a esos médicos que tuvieron la oportunidad de estudiar. Tuve profesores, familiares que son profesionales gracias a la educación pública y universitaria. Balcarce es una ciudad muy próspera, de un poder socioeconómico muy bien acomodado y en parte es gracias a la universidad pública. Balcarce tiene a la Facultad de Ciencias Agrarias que pertenece a la Universidad Nacional de Mar del Plata. Tiene profesionales que llegan desde la ciudad de Tandil con su universidad pública y científicos que han trabajado en el CONICET y otras universidades del país. Balcarce no es lo que es sólo por el campo, sino por el conocimiento. Por familias que quizás no tenían otra oportunidad que estudiar en la universidad pública».

Otra vecina señaló: «este encuentro supera la decisión político-partidaria que cada uno puede tener. Es superador porque nos demuestra que las políticas públicas son la base para el desarrollo de un país. Nos demuestra que la gestión del conocimiento no sólo se da en la universidad sino también que lo genera. Todo esto es base de democracia, de igualdad. En las universidades públicas no se pregunta el nivel socioeconómico para poder estudiar, por el contrario, se gestionan incluso recursos económicos para que esas familias puedan estar presentes. Este encuentro permite seguir peleando por eso donde todos nos encontramos. No hay que dejarlo pasar. Ni dejar que nos digan lo que es nuestro país. Tenemos mucho para dar».

Una joven que se encuentra estudiando expresó: «gracias a los derechos puedo ir a una escuela pública gratuita y cuando termine la secundaria quiero ir a la universidad».

Otra vecina visiblemente emocionada relató: «quiero que mi hija tenga las posibilidades que mi familia no tuvo. Soy docente, estudié un terciario y sé que es algo importante. Estamos discutiendo esto porque somos una generación que nació con muchos derechos y nos parecía que no se podían perder. Hoy estamos viendo que hay que salir a pelearlos. Comparto el sentimiento de todos».