El Rally de los Incas homenajeó a Fangio
Medio centenar de verdaderas joyas mecánicas de entre los años 1925 y 1973 está participando del Rally de los Incas, que comenzó anteayer en Capital Federal y concluirá el 9 de diciembre en Lima, Perú.
La caravana de autos arribó ayer por la mañana al Museo del Automovilismo Juan Manuel Fangio en visita de cortesía. Las tripulaciones, provenientes de Inglaterra, Austria, Estados Unidos, Bélgica, Dinamarca, Nueva Zelanda, Francia, Canadá y Chile, entre otros países, recorrieron el centro tecnológico cultural. Por espacio de algo más de una hora el público pudo disfrutar de estas reliquias de varias marcas, entre ellas Aston Martin, Ford 40 B Tudor, Chevrolet Fangio Cupé, Volvo, Peugeot 404 y 504, Porsche 911 y 912, Mercedes Benz 220 S, 230 SL, 219 y 300 SE, Triumph TR250, Datsun Robert, Ford Mustang, Chevrolet ImpalaMorgan Plus 8 y Jaguar.
Luego en caravana se dirigieron al autódromo Juan Manuel Fangio donde giraron a velocidad de carrera, debiendo sortear tres chicanas. Fue invitado especialmente por la organización para dar el banderazo de largada a cada una de las unidades el hijo del quíntuple campeón del mundo de Fórmula Uno, Juan Rodríguez Fangio.
Posteriormente se realizó una prueba bajo la modalidad "Endurance" en el kartódromo para luego seguir viaje rumbo a Bahía Blanca, adonde arribaron ayer por la tarde.
El rally recorrerá también las zonas de Península Valdés, Puerto Madryn, Esquel y Bariloche, para seguidamente dirigirse hacia los lagos chilenos. Por esa vía, la travesía subirá por el sector cuyano y cordillerano: San Juan, La Rioja, Tucumán y Salta. Bordeará por el norte de Chile (Atacama, Iquique, Arica), ingresando por Puno a Perú, siendo Lima el destino final.
Fred Gallagher, director del rally, contó que en esta edición se transitará por los caminos de la competencia Buenos Aires - Lima que Fangio con su Chevrolet ganó en 1940.
PLAQUETA DE RECONOCIMIENTO
Por su parte, la subsecretaria de Turismo, Dolores Teijeiro, le entregó al mencionado Gallagher una plaqueta como testimonio de su paso por Balcarce.