El «Club después del Cole» pone el foco en el desarrollo sano de los niños
El programa municipal «Club después del Cole» realizó en el Cerro «El Triunfo» su cierre de actividades de las vacaciones de invierno. El cronograma consistió en juegos pensados para los más chicos, talleres de arte y una barrileteada para cerrar la jornada junto a sus familiares. La propuesta comenzó alrededor de las 15:30 en el sector de la cancha de básquet y se extendió hasta las 17. Como todos los años, tanto los profesionales que trabajan en el programa infantil, como los chicos y sus familiares disfrutaron de una tarde de recreación. Para el próximo sábado, el Club después del Cole celebrará el inicio del mes de las infancias en la rotonda de la plaza Libertad de 14:30 a 17:30.
«Es una jornada destinada tanto a los chicos como a las familias, es una propuesta lúdica que desde que inicia hasta que termina tiene la misma lógica, que es divertirse y aprender, y vamos a cerrar con un mensaje muy lindo. Para nosotros agosto es un mes que nos permite poner el foco en las niñeses y el cuidado adulto para con los niños. La idea es bajar un mensaje que tiene que ver con mayor presencia adulta en el niño. Entendemos que es un mes comercial y aprovechamos la oportunidad para decirle al adulto que si te tomas el tiempo para comprarle un regalo a tu hijo también te tomés el tiempo para jugar», enfatizó Fara Amado Cunqueiro, licenciada en Psicología y coordinadora del programa municipal.
LA VOCACIÓN DE PROTEGER LA INFANCIA
Desde el momento en que Fara comenzó su camino como psicóloga siempre tuvo claro que su vocación estaba en acompañar a los niños en el desarrollo de su infancia. «Me encontraba cursando una maestría sobre infancias y venía trabajando de manera ad honorem en el CIC 2, ahí veía muchos chicos y chicas de corta edad jugando en la calle, que para ellos resultaba divertido pero si uno lo mira desde un lugar más adulto veía los peligros que eso traía. Porque si bien en muchos barrios los adultos cuidan de los suyos, la mayor parte del tiempo los chicos estaban solos, hasta altas horas de la noche y no tenían un espacio físico para jugar, a raíz de eso presenté en el CIC el proyecto del club.
El nombre «después del cole» surge porque los chicos no iban mucho a la escuela y quería insistir en lo instituyente que es el escenario educativo para acompañar la importancia de este espacio que es el programa. Los primeros años de vida de un niño son fundamentales, a partir de ahí se van asentando todos los recuerdos y vivencias para tomar decisiones en el futuro. No es que la infancia nos define, porque siempre podemos cambiar, pero sí nos va pintando un escenario de lo que puede pasar.
EN QUÉ CONSISTE EL PROGRAMA
El «Club después del Cole» es un programa municipal que depende de la secretaría de Desarrollo Social. Nació en el año 2016, empezó con una sede y año tras año se fueron agregando más. Dichas sedes son espacios físicos donde esperan y reciben a jóvenes, de seis a doce años de edad, en horario post escolares, de 17 a 19 todos los días de la semana. El programa cuenta con cinco sedes en la ciudad, distribuidas en: el CIC 1 y los barrios «Integración», «San Martín», «Sapitos», «Colón» e «Hipólito Yrigoyen», además de dos espacios fuera de nuestra localidad, como San Agustín y Los Pinos. Hoy cuenta con más de 300 chicos entre todas sus sedes.
Fara reconoció que formar el equipo de trabajo costó mucho tiempo, casi tres años. «Dentro del equipo tenemos desde trabajadores sociales, psicólogos, psicopedagogos, profesores de educación física, diseñadores gráficos, profesores de danza, nutricionistas. Tenemos un grupo muy ecléctico y completo que responde a las vicisitudes que pasan las niñeses», señaló. Todos los profesionales que forman parte del programa trabajan mancomunadamente con los familiares de los chicos. Además se vinculan con distintas instituciones, como las escuelas públicas y privadas, el área de Desarrollo Social, el Hospital Municipal, Salitas Municipales, el servicio local, el área de Justicia, la Subsecretaría de Deporte y la Casa de la Cultura. «El programa tiene cuatro pilares, el trabajo con los chicos en los distintos espacios de recreación, con familiares en las herramientas para el desarrollo de la crianza, entre nosotros para capacitarnos y el trabajo con las demás instituciones. Tratamos de abarcar la mayor área posible porque entendemos que los chicos se vinculan en todas ellas», añadió.
«La propuesta inicial que le da vida al programa tiene que ver con el derecho a jugar, así como los chicos tienen derecho a tener una familia, recibir amor, salud, educación, etc, también tienen el derecho a recrearse sanamente. Estos derechos son resguardados por diferentes instituciones pero el derecho a jugar no está enmarcado en un espacio institucional definido, ahí es donde aparece el Club como institución y como centro comunitario de niñez y adolescencia con nuestro programa. Entendiendo el derecho a jugar como un espacio vincular donde dos o más personas se unen, a los fines de meterse en una escena lúdica, con todo lo que eso implica. A partir de ahí vamos tomando diferentes cosas que vemos que son importantes para trabajar porque también hacen al proceso de identidad de desarrollo de un niño y adolescente. El marco de la ESI nos ayuda a trabajar con qué cosas me identifico, con cuáles no, cómo cuido mi cuerpo, cómo empiezo a vincularme, etc. A partir de ahí empezamos a meternos con los medios de comunicación virtual, la imagen que busco tener a través de las redes sociales», manifestó la psicóloga.
VACACIONES DE INVIERNO CARGADA DE ACTIVIDADES
«Aprovechamos las vacaciones para descansar de la rutina que tenemos en el Club, como los chicos vienen con más energía al no tener escuela llegan más dispuestos a hacer cosas nuevas. Eso nos gusta porque nos permite crear y salir un poco de la rutina. Principalmente hacemos un cambio de horario, para que ellos puedan juntarse desde más temprano y aprovechar el día, y además hacemos más actividades, y variadas, porque tenemos más tiempo para estar juntos. En estas dos semanas hicimos distintas actividades como salir a merendar, ir caminando hasta la plaza Libertad y juntarnos con todas las sedes. Una de ellas hizo una fiesta de invierno, otra una recorrida al Museo Histórico en donde crearon sus propias máscaras, otras se juntan a ver películas. Tratamos que todo el tiempo sea de disfrute y de compartir cosas distintas y se guarden recuerdos, es lo que más queremos», indicó la coordinadora.
«El viernes pasado hicimos una obra de teatro y nos sorprendimos con la concurrencia, más de 500 personas estuvieron presentes y nos puso muy contentos. La obra la hicimos nosotros, tanto el guión, como la actuación, el vestuario y la escenografía, ¡y lo preparamos en tres días!. Fue una obra para toda la familia que habló del miedo a crecer, de las emociones y la importancia del acompañamiento adulto en el registro de las emociones. Tuvimos devoluciones muy lindas, fue una obra preciosa. Nos gusta mucho proponer cosas distintas, con «Nito» Lezcano hicimos un ejercicio de teatro con los chicos en donde pudimos teatralizar experiencias que tuvimos en el Club y vernos desde otro lugar. Creo que eso nos despertó un poco las ganas de hacernos los actores y actrices, de ahí surgió la obra y las ganas de repetirla el año que viene con una propuesta más grande», agregó.
LA EXPOSICIÓN DE LOS NIÑOS A LAS REDES SOCIALES
Desde hace un año, las sedes en Balcarce del «Club después del Cole», llevan a cabo un programa basado en el uso responsable de las redes sociales. «Es algo en lo que venimos trabajando hace tiempo porque resulta algo muy cotidiano en la vida de los chicos, vemos cosas que están relacionados con la escena lúdica y no implica un riesgo, pero hay otras que nos damos cuenta que se están exponiendo a discursos adultos que ellos no están preparados todavía para escuchar y para ver. Ahí es donde nos metemos para trabajarlo con ellos y con las familias, sobre todo en cómo poder estar presentes desde el ‘no’. Creemos que no hay una puesta de límites por parte de los adultos, estamos inmersos en un marco normativo que tenemos que aceptar para vivir con otros. Es por eso que trabajamos en brindar tiempo de calidad desde el adulto para con el niño, entendiendo que tanto el sí como el no son dos mensajes importantes; sobre todo desde la negativa al momento de poner límites. Haciendo énfasis en el uso de las redes, estamos expuestos a tanta información que es abrumador incluso para el adulto, y eso puede nublar el juicio de decir cuando se permite algo y cuando no, por eso es importante que se trabaje en conjunto con ellos para construir un vínculo sano con los niños desde el si y el no», expresó.
«Todos los que formamos parte del equipo entendemos que la infancia es muy vulnerable y no están preparados para absorber todo lo que el mundo les da. En los primeros años de vida, tanto en lo biológico, cognitivo y actitudinal, los chicos están preparados para absorber todo del mundo y a partir de lo que observan son las decisiones que van a tomar más adelante. Nuestro objetivo es dejarles buenos recuerdos, lindos mensajes y un camino más allanado para que vean al mundo de la forma más linda posible», concluyó Amado Cunqueiro.