El blanqueo de Milei y Caputo en la mira por favorecer el lavado
Mientras el Gobierno promociona el llamado “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos” como una solución a la informalidad, las dudas crecen incluso fuera del país. Este jueves, el Fondo Monetario Internacional advirtió que el nuevo blanqueo impulsado por Javier Milei y Luis Caputo podría entrar en contradicción con las normas internacionales antilavado y contra el financiamiento del terrorismo.
La advertencia llegó desde Washington, durante la conferencia de prensa habitual que brinda la vocera del organismo, Julie Kozack. Consultada sobre el tema, la funcionaria sostuvo que el FMI está “siguiendo muy de cerca los acontecimientos” y que analizarán la medida “a su debido tiempo”. Pero fue más allá: recordó que Argentina se comprometió a “alinear su marco antilavado y contra el financiamiento del terrorismo con los estándares internacionales”.
“Cualquier nueva medida, incluso aquellas que puedan estar destinadas a fomentar el uso de activos no declarados, debe ser coherente con estos importantes compromisos”, sentenció Kozack en una frase que se interpretó como una advertencia directa al oficialismo.
Paradójicamente, la declaración del Fondo llegó minutos antes de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, y el ministro de Economía, Luis Caputo, anunciaran el nuevo blanqueo en una conferencia desde Casa Rosada. A tono con la retórica libertaria, lo presentaron como una forma de “reparar el daño causado por el Estado a los ahorristas”.
Pero el propio acuerdo técnico (staff level agreement) firmado por el Gobierno con el FMI en abril establece de forma explícita que “fortalecer los marcos de lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo es fundamental” para la reforma económica en marcha. Incluso se detalla que el país deberá priorizar “acciones destinadas a mitigar los riesgos transfronterizos” y publicar un informe con los avances en esta materia.
El sitio oficial del FMI también lo deja claro: los blanqueos mal diseñados pueden generar “dinero especulativo desestabilizador, crisis bancarias, recaudación ineficaz de ingresos, debilidades de gobernanza y pérdida de relaciones financieras internacionales”.