Argentina, ante el desafío de una reactivación sostenible

Argentina, ante el desafío de una reactivación sostenible

Escribe María Paula Lombardo (*)

La gestión de la pandemia de Covid-19 profundizó la situación en que se encontraba la economía argentina e intensificó la pobreza. La necesaria reactivación económica nos presenta varios desafíos.

Por una parte, los ya existentes sectores vulnerables, en muchos de los cuales el otorgamiento durante mucho tiempo de planes sociales no ha contribuido a la cultura del trabajo lo cual profundizó la pobreza, que en el segundo semestre de 2020 llegó a un 42% de la población y la indigencia a un 10.5%. Por otra parte, la cantidad de desempleados sólo en los grandes conglomerados urbanos asciende a más de 1.400.000 personas.

De modo que resulta imperante la necesidad de generar fuentes de trabajo decente con verdadera inclusión social. Para ello será necesario -entre otras cuestiones- revertir obstáculos económicos, financieros, laborales, normativos e institucionales que han contribuido a esta situación.

Desde otro ángulo, en lo que respecta al cambio climático, la asunción por el gobierno argentino en 2020 de un compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que modifica el compromiso anterior planteando una meta bastante más ambiciosa, requerirá que esta transición sea necesariamente justa para no seguir profundizando la pobreza ni dificultando la recuperación de los distintos sectores.

Asimismo, será necesario un uso racional y eficiente de los recursos naturales de modo que no sólo no afecte la calidad de vida de las personas, sino que además contribuya a recuperar beneficios ambientales. También será necesario avanzar en políticas públicas orientadas a construir resiliencia, esto es la capacidad de enfrentar o recuperarse exitosamente de los impactos del cambio climático.

ACTIVOS Y FORTALEZAS

Así como tenemos estas debilidades y desafíos, contamos con importantes activos y fortalezas, tales como técnicos y profesionales calificados, un sector agroindustrial equipado con tecnología de vanguardia y de avanzada en la preservación de los recursos y su utilización sostenible, con una producción actual como para alimentar a cuatrocientos millones de personas y gran potencial para seguir creciendo; MiPyMes pujantes y con espíritu emprendedor, desarrolladores de software en un mundo cada vez más 4.0, una ciudadanía cada vez más consciente de la preservación del ambiente; desarrollo sostenible dotado de jerarquía constitucional desde 1994; gran biodiversidad que no solo contribuye a mitigar el cambio climático y fortalecer la resiliencia sino que también es proveedora de fuentes de trabajo.

Por otra parte, un contexto internacional sumamente propicio: el compromiso y las políticas activas respecto a la neutralidad en carbono para 2050, el liderazgo que han tomado los Estados Unidos con su bienvenido impulso al combate contra el cambio climático, el crecimiento de las finanzas sostenibles de las que Argentina no debería quedar rezagada y una cada vez más contundente conciencia ambiental.

En la medida que se remuevan los obstáculos mencionados, se aprovechen las fortalezas con las que cuenta Argentina, el sector público convoque a los distintos sectores productivos, al sector científico, a las instituciones educativas, a las organizaciones no gubernamentales y se adopten políticas públicas en un marco de sostenibilidad donde conviven los tres pilares: el económico, el ambiental y el social, podremos iniciar un camino de prosperidad donde nadie quede atrás.

(*) Abogada balcarceña, especialista en Derecho

Ambiental y exdiputada

nacional por Cambiemos