Alumnos del "San José" participaron de una cosecha de zapallos con fines solidarios
En el marco del programa "Sembrando Solidaridad" comenzó la cosecha de zapallos, una iniciativa que reúne a alumnos de la Escuela Agraria "San José" y distintos actores públicos y privados con el objetivo de producir alimentos con fines solidarios. Dicho programa es impulsado por la Asociación Agricultores Unidos, la Escuela Agraria "San José", la Agencia de Extensión Rural Balcarce y el INASE. Se trata de un programa para ayudar todas las familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad social con la finalidad de entregarlos a comedores, hogares de ancianos, Desarrollo Social y distintas instituciones que lo necesiten.
VALORAR EL TRABAJO DE CAMPO
Al igual que en años anteriores, los alumnos del "San José" tienen una participación muy activa en la siembra y cosecha de zapallos. Esta vez, estudiantes de los tres niveles educativos realizaron trabajos de cosecha junto a sus docentes en un espacio de dos hectáreas, similar a las anteriores cosechas. El Diario se acercó hasta el establecimiento educativo para dialogar con sus directivos acerca del programa solidario y la experiencia de los chicos durante la cosecha. "Muchos de los chicos de primaria participaron de la siembra del año pasado y estaban expectantes con lo que iba a pasar. Creo que es importante que valoremos el trabajo que hace la gente de campo a diario y hacerles saber a los chicos que lo que están haciendo es por un fin solidario. Esta iniciativa te deja dos valores, que los chicos aprendan lo que es el cultivo de zapallo y que a su vez puedan ayudar al prójimo", señaló Julieta Rojo, directora del nivel inicial y primario de la Escuela "San José".
Por su parte, el director de secundaria del establecimiento, Pablo Vergara, indicó que "lo importante, más allá de la parte productiva, es que se asocia lo solidario con lo que ven durante su cursada en la escuela. Ahí es donde empiezan a mirar al costado, muchos de los chicos que tenemos en la escuela quizás no están con necesidades, pero sí ven que pueden ayudar a alguien que sí lo necesita. Es un pequeño granito de arena, hoy es la cosecha, la vez pasada fue la siembra, y además están colaborando con mucha gente. En definitiva ellos se llevan este aprendizaje que después se va replicando con los años, esa es la idea como institución".
APRENDER A TRAVES DE LA EXPERIENCIA
Alumnos de sexto año de primaria del "San José" se acercaron a dialogar con El Diario y comentaron su experiencia en la cosecha. "Nosotros ya estuvimos en la siembra del año pasado, en época de primavera, así que ya más o menos sabíamos cómo era el trabajo. En esta cosecha pasamos bastante frio la verdad, pero nos gusta hacer lo que hacemos, fue una linda experiencia y lo disfrutamos", dijeron entre risas. Los estudiantes de primaria también realizaron otros trabajos de campo durante su cursada, como faena de lechones y trabajos de apicultura.
A fines de abril, los alumnos del "San José" empezaron a cosechar y almacenar la variedad del zapallo coreano debido a los pronósticos de heladas. Esta vez, fue el turno de las otras dos variedades. "La idea fue comenzar con los que estaban a punto antes, de hecho los chicos se llevaron uno cada uno para probar. Esta última cosecha estuvo a punto de postergarse por el temporal del fin de semana, había mucho barro y eso complicaba las cosas, pero no podíamos sacarles la expectativa a los chicos por venir con sus botas a cosechar al campo", puntualizó Julieta Rojo.
En la cosecha estuvieron presentes todos los alumnos de primaria, de Jardín y 1er año de secundaria del "San José", quienes colaboraron junto a Agricultores Unidos peinando el lote y cargando los carros con bolsas de zapallo. El proceso de siembra arrancó entre los meses de octubre y noviembre del año pasado. "Cada una de las variedades de zapallo tiene su tiempo de maduración y depende de la condición climática para mantenerse en el campo. En abril se cosechó la primera variedad, el zapallo coreano, debido a las heladas es un zapallo que si no se cosecha a tiempo puede pudrirse. En cambio, la variedad del zapallo brasileño dura mucho más en el tiempo, lo cual permite cosecharlo sobre esta época. Del mismo modo, la familia puede tenerlo en su casa por un tiempo más prolongado, entre cuatro y cinco meses", sostuvo Vergara.
"Esta es una actividad más que forma parte de un proyecto, la idea es que los chicos, que son los protagonistas, puedan vivirlo en primera persona y aprender a través de la experiencia", agregó Andrea Silva, representante legal de la Escuela "San José".