San Patricio por sobre San José y un buen negocio para pocos
San Patricio es el santo patrono de Irlanda, fallecido el 17 de marzo del año 493 de nuestra era. La figura mítica de este líder cristiano del siglo V se conmemora en Irlanda con rituales religiosos y paganos. Aunque fue perseguido y apresado por sus opositores, se considera que fue su obra la que provocó la conversión de esa nación al catolicismo.
La celebración de San Patricio ganó popularidad en el resto del mundo y más allá de los ámbitos religiosos se aprovecha la efemérides para realizar eventos vinculados a la cerveza por la tradición de Irlanda en la fabricación de esa bebida y coincide con la cuaresma.
San José es uno de los personajes bíblicos con mayor trascendencia en el cristianismo. Se lo recuerda como custodio de la Sagrada Familia, al ser una de las figuras bíblicas que tuvo más cercanía con Jesús, siendo su padre. Hace más de 500 años, el Papa Sixto IV se encargó de oficializar el 19 de marzo, el día para honrar la figura del santo.
Y para Balcarce tiene una especial significación, porque es el patrono de la ciudad. Ello da lugar cada año a la realización de actividades religiosas, culturales y artísticas organizadas desde el ámbito de la Parroquia San José.
Esta reseña histórica sobre San Patricio y San José permite realizar la introducción para analizar lo que ocurrió en nuestra ciudad el pasado viernes, sábado y domingo, en el ámbito de la plaza Libertad.
Las autoridades municipales decidieron dar curso a una solicitud de un privado para llevar adelante en un sector de la plaza Libertad a lo largo de tres jornadas la «Fiesta Fest de San Patricio», donde la cerveza fue el gran protagonista. El evento congregó a varios food truck, donde los asistentes pudieron consumir cerveza y comidas rápidas, al tiempo que disfrutaron de espectáculos artísticos con presencia de bandas locales. Una «movida» que benefició a quienes tuvieron un vínculo directo con la realización, probablemente con gente que llegó desde otras ciudades.
Aquí cabe preguntarle a quienes rigen los destinos de la ciudad, qué análisis hicieron al momento de darle a un privado el manejo de parte del paseo más importante de la ciudad, otorgándole el desarrollo de una actividad comercial que iba en detrimento de negocios locales, vinculados al ramo del esparcimiento gastronómico que «bancan» la parada todo el año pagando sus impuestos y que vieron mermada su actividad durante esos días. Seguramente debe haber quedado un canon que se pagó para poder habilitar esa actividad, que tampoco se podrá justipreciar si alcanzó para cubrir, por caso, los gastos de energía que demandó toda la estructura de locales, escenarios, etc. y de lo que quedó en cuanto a la infraestructura del paseo, pasto, plantaciones, que más allá de que no se hayan producido desbordes el tránsito del público y la instalación de las casillas de por sí causan daños.
Además, el corte de calles durante muchas horas incomodó a los automovilistas que debían buscar arterias alternativas para avanzar y también afectó el normal funcionamiento de los comercios.
Como dato de color se puede señalar en ese sentido que el viernes un funcionario de tránsito iba a cortar a hora temprana el paso de vehículos por calle 18, a la altura de la avenida René Favaloro, pero ante la inquietud planteada por comerciantes se puso en contacto con una funcionaria de rango superior y se decidió dejar sin efecto la medida hasta varias horas después. Un poco de sentido común.
Por qué no se utilizó el anfiteatro del cerro «El Triunfo». La respuesta rápidamente será porque en ese ámbito se desarrolló el domingo una competencia de mountain bike. Se podría haber cambiado la fecha de la fiesta de la cerveza, para evitar los inconvenientes apuntados y además para no molestar a los vecinos con el volumen de la música durante tres días, aunque se había impuesto el límite de la hora 2.
Y San José quedó detrás de la cerveza. Es que desde el ámbito de la Iglesia se había pensado llevar adelante las actividades en honor del Santo Patrono el sábado 16, con las actividades religiosas y posteriormente con un evento musical, con presencia de figuras locales y el funcionamiento de un buffet con el objeto de recaudar fondos. El proyecto sucumbió porque tuvo prioridad San Patricio y todo pasó para el martes 19, con una actividad meramente religiosa.
Utilizando el mismo criterio, a partir de ahora cualquier particular que lo desee y reúna los requerimientos que es posible se le exijan desde el Municipio, podrá llevar adelante la fiesta que le parezca. Y si ello perjudica a terceros, no es problema. Parece que sólo es cuestión de números, esos números que hoy estarían en rojo y hay que buscar ingresos para equilibrarlos, sin medir las consecuencias.