Respetando el protocolo, la feligresía católica rindió tributo al Santo Patrono del pan y del trabajo

Respetando el protocolo, la feligresía católica rindió  tributo al Santo Patrono del pan y del trabajo

La celebración de San Cayetano tuvo en el día de ayer connotaciones particulares ajustadas al protocolo impuesto como precaución ante el acecho del coronavirus.

No obstante, fue muy importante el número de feligreses que a lo largo de toda la jornada se acercó al templo de avenida Eva Perón y calle 118 para, respetando permanentemente las medidas impuestas, venerar al Santo de la Providencia, Patrono del pan y del trabajo.

La agradable jornada permitió que mucha gente se reuniera en las inmediaciones de la capilla y formar fila para ingresar a la iglesia que permaneció abierta de manera ininterrumpida desde las 7 y hasta las 18.

Fue constante el peregrinar de la gente que tras cumplir con los pasos de higienización correspondientes ingresó al santuario para venerar la imagen de San Cayetano sin tocarla y respetando el distanciamiento social.

MISAS

Hubo dos oficios religiosos, el primero a las diez de la mañana y el restante a las 17, siguiéndose en ambos el protocolo con el cupo autorizado y respetando la disposición de lugares dentro del templo .

En ambas oportunidades el numeroso grupo de fieles que se congregó en las inmediaciones del santuario pudo participar de las ceremonias dado que se colocaron parlantes externos para tal fin.

A la vez las misas se transmitieron también por el Facebook «Parroquia San José» para quienes optaron por escucharlas desde sus hogares.

PROCESION

La tradicional procesión por las calles del barrio también fue adaptada a las actuales circunstancias y en vez de hacerse a pie se llevó a cabo en vehículos encabezados por el auto de la parroquia que llevó sobre su techo la imagen del Santo.

En varias casas en las que sus ocupantes habían montado pequeños altares externos la peregrinación detuvo su marcha y el Padre Pablo Etchepareborda se acercó a bendecir a las familias.

A lo largo de la jornada en uno de los salones linderos a la Capilla estuvo habilitada la Santería, , mientras en otro sector se vendieron empanadas, pasteles y tortas fritas, ya envasados. Lo recaudado se destinará a la mantención del templo.

La comunidad vivió de este modo particular una celebración diferente pero con la habitual carga de fe en San Cayetano.