Difícil situación atraviesa un joven balcarceño varado en Cuzco (Perú)
Esteban Iribarren salió en septiembre de 2019 rumbo a la aventura. Un viaje soñado para vivir una experiencia única mezclando paseo y trabajo para subsistir recorriendo desde el norte de nuestro país Bolivia, Perú y Ecuador.
Pero el idílico recorrido tuvo un giro inesperado cuando encontrándose en el corazón de Perú la cuarentena impuesta por el Coronavirus lo obligó a permanecer en Cuzco (o Cusco) sumiéndolo en una serie de padecimientos y complicaciones, alejado de su familia y con la imposibilidad de salir de allí desde hace más de 70 días.
Lo que en principio imaginó, como la inmensa mayoría, sería una medida de aislamiento por unos pocos días fue dilatándose y agravándose.
Comenzó por la falta de trabajo lo que derivó en la carencia de dinero y la imposibilidad de recibir ayuda de su familia.
Hoy Esteban, junto a un compañero de viaje, está alojado en un hostel cerrado en el que ni agua caliente tienen.
«La única ayuda que tenemos es un lugar para dormir» comentó agregando que buscan «obtener una garantía que nos permita regresar a país, o en caso de no ser posible recibir el amparo del gobierno para acceder a una estadía digna en Perú mientras nos encontramos lejos de casa en este contexto de pandemia mundial», relató.
Esteban había iniciado su viaje con Jujuy como primer destino (de allí es su compañero de andanzas), pasaron a Bolivia donde trabajaron para juntar dinero para poder seguir viaje, de allí llegaron a Perú y en Cusco se alojaron en un hostel que alberga hasta 1.500 personas trabajando como voluntarios mientras éste funcionaba a pleno con el turismo.
Un puesto en una heladería le permitía a Esteban tener el dinero necesario para la subsistencia; pero el Covid 19 obligó al cierre total.
Sin turismo con aislamiento estricto (en Perú hay toque de queda) dejó de funcionar la heladería y el hostel cerró sus puertas. Quedaron solo él y su amigo dentro. Los dueños no pudieron seguir pagando los servicios y eso derivó en que hoy no tengan ni siquiera agua.
Su familia desde Balcarce le hizo llegar dinero hasta que cerró el comercio exterior y la ayuda quedó frenada. Recién ahora se pudo retomar el envío de fondos lo que por supuesto significa un gran alivio.
«Desde que se decretó la cuarentena obligatoria el pasado 15 de marzo hemos intentado ser repatriados en los vuelos humanitarios que salieron desde Cusco sin lograrlo» comentó agregando que una persona ajena al Gobierno argentino decidía a su criterio quien viajaba y quien no en los vuelos de repatriación, quedando él y su amigo, como otros muchos argentinos relegados.
Para aumentar el sombrío escenario, explicó que «la situación es cada vez más vulnerable y hostil hacia ellos», por considerar que los extranjeros han sido los responsables de que el virus llegara a su país.
LA INCERTIDUMBRE DE LA FAMILIA
La familia de Esteban vive desde nuestra ciudad una situación tan angustiante como la que él padece en Cusco.
Así lo señaló su madre, la docente y concejal María Pajín.
«No es nada fácil. Solo una madre puede entender la angustia que se siente ante esta situación» dijo para añadir que el alivio lo tienen dado que pueden mantener videollamadas a diario «lo que permite contenernos mutuamente, pero lógicamente la preocupación está».
Concientes de que Perú está atravesando el pico de la pandemia lo que por el momento mantiene distante la posibilidad de repatriación, sus familiares no dejan de recurrir a todos los contactos posibles solicitando la «mano» necesaria como para que Esteban y su amigo puedan volver.
«Enviamos cartas a la embajada, a la cancillería, nos comunicamos con Cafiero, con funcionarios de Provincia», narró su madre, dispuesta a agotar todo hasta lograr el resultado esperado, el reencuentro.