Llamas: "La situación es caótica y muy triste"
El parate por la pandemia del Coronavirus ha generado una suspensión en todos los deportes, afectando no solo en el calendario deportivo sino también en lo económico ya que muchas personas y familias viven de cada una de estas actividades tanto de forma profesional como amateur. El fútbol reducido o también conocido como fútbol 6, fútbol 5 o "papi-fútbol" se encuentra atravesando una situación muy complicada ya que lleva más de siete meses sin abrir sus predios, siendo para algunos una fuente principal de trabajo.
En consecuencia, el pasado viernes los dueños de las canchas se reunieron con el secretario de gobierno, Ricardo Stoppani para pedirle la reapertura de los establecimientos lo antes posible.
"La reunión se basó exclusivamente en el pedido para que reactiven nuestra fuente principal de trabajo. Son siete meses sin trabajar y con cero ingresos, estamos acumulando deudas no solo del sector propio de la actividad sino que también las personales. En muchos de nuestros casos la actividad es la única fuente de ingreso entonces es una situación crítica", afirmó Llamas a El Diario, quien además indicó que entre hoy y mañana recibirán alguna respuesta por parte del Municipio. "Entre hoy y mañana tenemos una nueva reunión donde ellos quedaron en analizar el protocolo y ver si podemos reactivar".
El protocolo de seguridad que es de carácter nacional, cuenta de 28 páginas y ya fue entregado en el mes de junio a los funcionarios municipales, tiene como objetivo reabrir todas las canchas, a partir de un estricto control sanitario para poder normalizar el escenario actual de trabajo que se encuentra totalmente deteriorado por la pandemia que afecta a todo el mundo.
"El protocolo nosotros lo presentamos en junio y es un escrito a nivel nacional en el cual todas las canchas del país manejan la misma línea, después cada Municipio agregará o sacará cosas. Es un protocolo que ni bien lo obtuve se los pasé a todos los propietarios del resto de las canchas, al igual que el resto de la información que se recibió de forma nacional", indicó Llamas.
UNA REALIDAD DESESPERANTE
Los dueños de las canchas llevan casi medio año sin poder abrir sus puertas y para muchos se está volviendo algo muy complicado de sostener a lo largo del tiempo.
"La situación es caótica y muy triste. Estamos a la espera de ver qué resolución toman. Quedaron en analizar el protocolo y nos iban a llamar, pero la verdad es que ya no se resiste más, es mucho tiempo sin la fuente principal de trabajo y es imposible sostenerse".
En el caso de que en los próximos días la respuesta desde el Municipio sea positiva, Llamas indicó que se deberán preparar con todos los elementos para prevenir los contagios y poner en óptimas condiciones la cancha. Pero en el caso de que la respuesta sea negativa manifestó que teme por el cierre definitivo.
"No tenemos nada preparado porque por ejemplo en otros rubros tenían por lo menos un panorama de cuándo podrían llegar a resolver su situación, el nuestro es incierto, entonces por ejemplo ponernos a realizar refacciones en la cancha que se nos ha venido abajo no se puede porque no hay ingresos. En el caso de que la respuesta sea positiva se tendrá que preparar ni bien nos den el ok. Estimo que nos darán una semana para realizar todo que no es mucho pero la realidad es tener los elementos sanitizantes y de prevención.
Y si es negativa ya no sabemos qué hacer porque hemos quedado aislados de cualquier ayuda económica. Estamos ausentes y nos sentimos marginados totalmente porque no hay ningún tipo de ayuda para la situación nuestra. Algunas tarifas las hemos podido frenar porque decidimos que corten el suministro pero la deuda sigue. Sacando una cuenta de la cancha nuestra tenemos 250 mil pesos de deuda y todavía no arrancamos a trabajar. Imagínate si esto se extiende para más… la verdad es que vamos rumbo al cierre definitivo", señaló.
PUNTOS IMPORTANTES DEL PROTOCOLO
Con respecto al uso de los vestuarios se remarcó que será limitado, respetando el máximo de personas dentro de cada uno con una distancia de 1,5 metros. Los jugadores deberán venir ya cambiados para jugar ya que el complejo no proveerá de las clásicas pecheras. Los baños permanecerán abiertos para evitar contactos con los picaportes que son una posible vía de contagio del virus y entre turnos habrá una desinfección total de los mismos con agua y alcohol o lavandina.
Las canchas contarán con la venta de bebidas y snacks al paso, no podrán quedarse y la permanencia en el local solo será de tránsito ya que la ocupación será reducida en un 50% y las mesas solo podrán ser usadas con reserva previa y estarán a una distancia de dos metros.
Los horarios de comienzo y finalización de los turnos serán estrictos: se exigirá puntualidad para evitar esperas y aglomeración y no se permitirá el ingreso de personas mayores de 65 años. El comienzo de cada partido será escalonado, para evitar que el ingreso y la finalización sea en simultáneo, por eso se pensó un tiempo de 10' entre cada uno de los equipos para evitar el cruce en el complejo. Por último remarcaron que no se permitirán espectadores en los partidos.