Balcarce fue sede de una jornada vitícola clave para el desarrollo del sector
Con una nutrida participación de productores, profesionales del agro y estudiantes vinculados al sector, se desarrolló el martes 29 de abril en el Centro Cultural Salamone una jornada técnica centrada en la vitivinicultura, organizada por el Sistema Chacras INTA-Aapresid. El evento, de carácter gratuito, tuvo como objetivo brindar herramientas de actualización técnica, compartir experiencias prácticas en el manejo de viñedos y analizar el potencial productivo de la región en torno al cultivo de la vid.
La jornada abrió a las 8:30 con la presentación institucional del programa Sistema Chacras, una iniciativa conjunta entre INTA y Aapresid que promueve la investigación aplicada en territorios productivos, articulando saberes científicos y experiencias del sector privado. En este contexto, el Ingeniero Agrónomo Rodolfo C. Gil -extécnico del INTA y actual director académico del programa- brindó una exposición en la que destacó la importancia de los sistemas colaborativos para el desarrollo de tecnologías sustentables adaptadas a cada región.
Gil remarcó que el Sistema Chacras se basa en la validación de prácticas en campo y en la integración de actores con distintos perfiles: «Trabajamos con productores, asesores y organismos públicos para generar conocimiento situado, que responda a los desafíos locales», explicó durante su presentación.
Luego fue el turno de Matías Lucas, técnico enólogo y vitícola, y asesor de la Bodega Cordón Blanco con base en Tandil. Su intervención estuvo enfocada en aspectos concretos del manejo del viñedo en la región sudeste: elección de variedades, análisis del suelo, planificación de la implantación y cuidados sanitarios. Lucas compartió experiencias de campo y realizó un repaso sobre las principales dificultades que enfrentan los productores en zonas donde el cultivo de la vid aún se encuentra en etapa de desarrollo.
En un tramo de su exposición abordó también el proceso de vinificación y resaltó la importancia de vincular la producción con estrategias de diferenciación y puesta en valor territorial. «No se trata solo de hacer vino, sino de construir identidad y comunicar un origen», sostuvo. En ese sentido, valoró la obtención de la Indicación Geográfica (IG) Tandil como una herramienta para posicionar a la vitivinicultura bonaerense a nivel nacional.
El encuentro cerró con una ronda de preguntas e intercambio entre asistentes, donde se discutieron temas como el impacto del cambio climático en el manejo de la vid, los desafíos de la comercialización en pequeña escala y las oportunidades que se abren con el crecimiento del enoturismo en la región.
La jornada dejó en evidencia el interés creciente por el desarrollo de una vitivinicultura adaptada a las condiciones del sudeste bonaerense, donde productores y técnicos apuestan por un modelo sustentable, tecnificado y con fuerte anclaje territorial.