A 20 años de una muerte manchada de impunidad
Han transcurrido veinte años del fallecimiento de Oscar Eduardo Romero. Se trataba de un remisero de nuestra ciudad, de 39 años de edad, quien el 22 de agosto de 1997 fue encontrado sin vida en el interior del Renault 19 que utilizaba para desarrollar sus actividades, rodado que apareció bajo las aguas del arroyo "El Gallo", en jurisdicción del partido de Pila.
Muchas versiones comenzaron a tejerse a partir del hallazgo, pero ninguna de las hipótesis permitió esclarecer lo que las evidencias dejaron al descubierto: el asesinato. En primera instancia se intentó hacer aparecer el hecho como un accidente carretero. Pero las graves lesiones que Romero presentaba en la zona craneana iban a certificar que se trataba de un hecho de sangre.
LA HISTORIA
De acuerdo a las informaciones que El Diario pudo recopilar en aquel momento, Romero había partido hacia la ciudad de Buenos Aires para cumplir con un viaje supuestamente contratado por un pasajero. Al prolongarse el retorno a su domicilio, la esposa radicó la denuncia ante la Policía por su imprevista desaparición. Un llamado telefónico anónimo de un presunto automovilista alertó a la Policía de Pila que momentos antes había rozado a un automóvil que fue a caer a las aguas de un arroyo, con el conductor en su interior.
La tarea policial permitió ubicar el automóvil, aunque para ello se contó con los datos que aportó Daniel Stédile, un allegado a la víctima, quien desde una avioneta divisó el Renault bajo las aguas del arroyo.
Romero tenía la cabeza prácticamente destrozada. El juez de Dolores, doctor Luis María Filomeno, caratuló el sumario "muerte dudosa". Llamó la atención de los investigadores que la caja de velocidades permanecía en "punto muerto" y la ventanilla del conductor estaba baja. El rodado no tenía daños que permitieran establecer que fue rozado por otro vehículo y las lesiones que presentaba Romero hacían presumir un choque de gran magnitud, pero el Renault estaba virtualmente intacto.
LA ACCION DE STEDILE
Con el paso del tiempo iba a tener mayor transcendencia la figura de Daniel Stédile quien, como se indicó, fue el que, según relató a la Policía, encontró el Renault dentro del arroyo. Stédile era el cabecilla de lo que se dio en llamar la "Banda de los seguros", una organización delictiva que contrataba seguros. Los beneficiarios morían en circunstancias dudosas y las pólizas las cobraban los integrantes de la organización. Stédile, el balcarceño Jorge Gugliermetti, fallecido; Héctor Noble, Marisa Espinosa y el abogado Osvaldo Mairal fueron detenidos en el 2000.
Por dos asesinatos, los del changarín Antonio Quiroga, en Chascomús, y el empresario Alberto Abulafia, en el Gran Buenos Aires, en el año 2003, Stédile, Gugliermetti, Noble y Mairal fueron condenados a prisión perpetua y Espinosa quedó en libertad.
La investigación permitió establecer que Stédile había sido la última persona que estuvo con Romero antes de su "desaparición", aunque los investigadores no pudieron encontrar los elementos suficientes para hacerlo responsable del homicidio. La pesquisa al parecer no tuvo la celeridad necesaria y los sospechosos nunca pudieron ser acusados.