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Una granja abierta hace apenas dos meses fue el objetivo sobre el que centraron la mira los delincuentes.

El ilícito se perpetró en la madrugada de ayer en el negocio propiedad de Diego Bibbó al que desconocidos ingresaron por un ventiluz que da al fondo del terreno para una vez en el interior del local dirigirse directamente a la caja registradora de donde se apoderaron de algo más de siete mil pesos, dinero que Bibbó tenía reservado para el pago a proveedores, sin ocasionar daños ni apoderarse de otros objetos, salvo una caja de vino.

De acuerdo a lo que manifestó Bibbó, el ventiluz utilizado para entrar y salir del local es de pequeño tamaño lo que indica que quien ingresó debe ser de contextura física chica. Por otra parte, indicó que en el patio habían sido apilados ladrillos de una obra vecina para permitir a los delincuentes acceder al ventiluz.

La desagradable novedad fue conocida por Diego y su esposa, Karina en la mañana de ayer cuando se dispusieron a abrir el local para iniciar la actividad.

De inmediato dieron aviso a la Policía que, una vez en el lugar, se abocó a obtener elementos de prueba que puedan permitir avanzar en el esclarecimiento del hecho.