En unos días más, concretamente a partir del inicio del 2025, el Padre David Ochoa, continuará su oficio religioso lejos, pero a la vez cerca de Balcarce. Fue trasladado a la Parroquia «San Cayetano» de la vecina localidad de Mar del Plata. Con esta acción, pondrá fin a 6 años de estadía en nuestra ciudad siendo el titular de la parroquia «Santa María», ubicada en Av. Cereijo (31) y calle 30.

Con la nostalgia un poco a flor de piel, pero sabiendo que en cada lugar, los dedicados de esta forma a la profesión de la fe están de paso, el Padre David, realizó un balance, nunca mejor dicho, de su paso por Balcarce.

En un balance de su labor en Balcarce Ochoa expresó su gratitud por la cálida acogida que recibió desde el primer día: «Me recibieron como uno más, tanto en la comunidad parroquial como en distintos ámbitos de la ciudad. Pude compartir con mucha gente y, sobre todo, llegar como sacerdote, que es lo más importante, porque desde la fe es lo que nos une y nos ayuda».

El pasado sábado, una gran cantidad de personas se reunió en Los Pinos para brindarle una emotiva despedida. Sobre este evento, el sacerdote comentó: «No es motivo de tristeza ni angustia que se vaya un sacerdote. Si hicimos bien nuestra tarea, lo principal es que la gente se acerque a Dios, no que se apegue a nosotros. Somos puentes para facilitar ese encuentro personal con Jesús. Fue una fiesta hermosa, llena de amigos y personas con quienes compartimos momentos difíciles y grandes alegrías. La convocatoria no depende de mí, sino del crecimiento de todos como comunidad».

AQUELLO QUE DEJA Y LO QUE SE LLEVA

El Padre Ochoa compartió algunas de las experiencias que marcaron su paso por la ciudad: «Me llevo recuerdos hermosos, desde conocer el Museo Fangio hasta participar en actividades folclóricas, tradicionales y deportivas. También quedarán en mi corazón los paisajes de Balcarce y el trabajo en las capillas de Tres Esquinas, San Agustín, Los Pinos, San Pantaleón y, por supuesto, Santa María. Hemos logrado muchas cosas, y eso fue posible gracias al corazón generoso de la gente de Balcarce».

Reconoció que dejar la comunidad no es fácil, pero lo asume como parte de la misión que Dios le encomienda: «Nos cuesta el desarraigo, pero sabemos que es para el bien de la comunidad. Ahora en San Cayetano (Mar del Plata) también hay un propósito, y confío en que Dios quiere llevar parte de mi sacerdocio a esa comunidad. A veces pienso en las valijas llenas de tantos recuerdos y experiencias, y solo puedo agradecerle a Dios por su generosidad. Él nunca se deja ganar en generosidad».

Además, recordó con cariño su participación en la travesía de la Fragata Libertad: «Fue una experiencia única, recorrer distintos países, conocer las embajadas argentinas y ver cómo los argentinos en el extranjero se acercan a la Fragata como un pedacito de su patria. Esas vivencias también me enriquecieron y me las llevo en el corazón».

UN LEGADO DE FE Y UNIDAD

Durante su tiempo en Balcarce, Ochoa no solo fue guía espiritual, sino también un ejemplo de trabajo en equipo y compromiso con la comunidad. Su labor como capellán de Gendarmería Nacional continuará, permitiéndole visitar la ciudad periódicamente. «Seguiré viniendo cada 15 días o una vez al mes. Además, seguramente me encontraré con balcarceños en el Santuario San Cayetano, especialmente los días 7 de cada mes y el 7 de agosto. Será una alegría volver a verlos y recibirlos», expresó.

LO QUE VIENE

Antes de partir definitivamente el 1 de enero, el Padre Ochoa estará al frente de las celebraciones navideñas en la ciudad. Las misas de Nochebuena serán el 24 de diciembre a las 17 en San Agustín, a las 18:30 en Los Pinos y a las 20 en «Santa María». Asimismo, habrá villancicos el 21 de diciembre en «San Pantaleón» y el 23 en «Santa María», ambos a las 20. «Queremos preparar nuestro corazón para el nacimiento del Niño Jesús, mediante la música y la oración», invitó.

En relación con las confesiones, detalló: «Los horarios estarán publicados en la cartelera de la parroquia y en las redes sociales, para que todos puedan acercarse a vivir la Navidad con el corazón en paz».

UN AGRADECIMIENTO ESPECIAL

El Padre David Ochoa no quiso despedirse sin destacar el apoyo que recibió de los medios de comunicación locales y de toda la comunidad. «Siempre me sentí parte de ustedes. Gracias por acompañarme y ser parte de esta misión. Cuando necesitábamos difundir algo, siempre estuvieron ahí. Eso no pasa en todos lados, y aquí en Balcarce me sentí muy apoyado», aseguró.

Ahora, Balcarce se prepara para embarcarse en una nueva etapa en «Santa María», mientras el Padre David Ochoa comienza su propia nueva etapa en su vida pastoral, llevando consigo el cariño y las experiencias de una comunidad que siempre lo recordará con afecto.