La presentación en la Fiesta Nacional del Automovilismo de "Mala Fama" estuvo cargada de todo tipo de conjeturas.

Desde el hecho de que al conjunto le sienta al dedillo su nombre hasta la preocupación sobre la posible llegada de micros con hordas de adictos al espectáculo que el grupo presenta dieron lugar a un clima "preocupante" por lo que podía suceder en torno a la presentación que se anunciaba para pasada la medianoche del sábado.

Todo lo mencionado dio lugar a que se extremaran las medidas de seguridad no solo en la plaza y su entorno sino también sumando controles en la zona del cruce de rutas 226 y 55.

La presentación del show se hizo sin mayores inconvenientes, salvo algún que otro incidente normal en lugares donde se aglutina tanta cantidad de gente como la que se dio cita en el centro de la ciudad durante todas las noches de la Fiesta.

Pero hubo un hecho particular que se registró durante la presentación de dicho grupo musical del que surgieron diferentes versiones, muy dispares unas de otras.

Ocurrió en proximidades del sector "Vip", detrás del escenario central de la fiesta donde un grupo de jóvenes visiblemente exaltados (quizás por efectos del exceso de alcohol u estupefacientes) comenzaron a generar desorden.

De esto tomó conocimiento El Diario que procuró interiorizarse de lo que estaba o había ocurrido.

Las versiones que al respecto se pudieron recoger son en eso coincidentes, pero a partir de ahí las lecturas de lo sucedido difieren y de manera notable.

Por un lado se pudo conocer que hasta el propio Intendente que se hallaba en las inmediaciones se acercó para tratar de apaciguar los ánimos y fue tomado por el cuello por uno de los enfervorizados participantes del incidente, dando lugar a la inmediata intervención de efectivos policiales que lograron frenar el accionar de los violentos, rescatar al jefe comunal de un momento tenso y trasladar a la Comisaría a unos 16 "alterados" comprobando que se trataba, en todos los casos de individuos de nuestro medio, siendo varios de ellos poseedores de amplios antecedentes delictuales.

Otra de las versiones da cuenta de que la tarea de los uniformados para lograr calmar a la horda de rebeldes tuvo que ser acompañada por al menos un par de disparos de balas de goma.

Desde la Policía en tanto no se desmiente el hecho pero sí se lo minimiza indicando que fue una situación de desborde rápidamente controlada evitando que pasara a mayores, sin aportarse precisiones al respecto.

Esteban Reino, por su lado, también reconoció que "algo hubo" aunque su versión fue, al igual que lo manifestado desde las fuerzas de seguridad, restando importancia al acontecimiento. Según lo comentado por el titular del Ejecutivo, mientras se encontraba detrás del escenario notó un disturbio y se acercó con la intención de ayudar a calmar los ánimos. Cuando estaba intentando hablar con los revoltosos, uno de ellos intentó tomarlo de un brazo, lo que, según sus palabras no alcanzó a concretar, mientras efectivos de la Policía pusieron rápidamente fin al forcejeo.

"Fue un hecho insignificante", sentenció el Intendente para desestimar que la situación hubiese llegado a tener ribetes mayores.

Claro está que por más "insignificante" que se lo pueda o quiera considerar, debe ser tenido en cuenta para posibles hechos de similar tenor, dado que (por su propia voluntad) estuvo en juego la integridad física del jefe comunal, que no es un detalle menor.

Lo concreto es que el momento de desborde existió, las versiones de lo que sucedió son muy disímiles, cuando lo esperable sería que las autoridades hubiesen dado a conocer un informe certero de lo ocurrido.