El debate del proyecto de Ley de despenalización del aborto fue un tema de inevitable consulta al conductor de nuestra iglesia diocesana.

Estando por demás clara la postura de la Iglesia sobre el tema y ante la "grieta" que se abrió entre los que apoyan y quienes están en contra de la Ley,

El Diario le consultó si imaginaba que el tratamiento del tema podía llevar a una situación de enfrentamiento, en algunos casos feroz, como se puede ver frecuentemente durante los últimos meses.

"Las grietas están en la vida de las personas y las comunidades siempre. Este es un tema casi inevitable. Lo que uno tendría que tratar de generar es que las grietas no nos enfrenten de manera negativa y violenta. Creo que ante distintas opiniones y ante temas tan serios y delicados como es el cuidado y la defensa de la vida, tenemos que seguir manteniendo nuestra postura, la postura de la iglesia es absolutamente clara, no nos tiene que llevar a una actitud de violencia con el otro", respondió.

En relación a la "grieta" agregó que "hay grieta cuando hay dos que quieren que haya grieta. Como hay pelea cuando hay dos que quieren que haya pelea. Uno puede disentir y no estar de acuerdo con el otro sin pelearse. Ese es el desafío y lo que intento cada día".

"En mi trajinar cotidiano he tenido que dialogar en las últimas semanas con personas de espacios y partidos políticos donde de pronto en un tema compartimos la misma realidad como por ejemplo rescatar a los jóvenes que están en situación de droga . Pero de pronto esos espacios políticos tienen una postura de carácter abortista. Y yo dejo bien en claro que en ese tema no estamos de acuerdo aunque en otros temas sí lo estemos y en la medida en que podamos colaborar y llevar adelante tal o cual tarea lo haremos. Creo que esa tiene que ser la actitud", comentó.

A la vez remarcó que la defensa de la vida no nacida, en el seno de la madre, para la fe cristiana católica "es absoluta y va a ser siempre absoluta. Eso no va a cambiar nunca", a lo que añadió que "la forma de defenderla debe ser clara, apasionada y decidida, pero siempre con actitud pacífica. Ese es el gran desafío, lo que nos dice el papa Francisco y lo que buscamos hacer".

El panorama de cara a la etapa definitoria de este debate es complejo: Son parejas las posturas a favor y en contra de lo que propone la ley y si bien desde la iglesia se abriga la esperanza de que el resultado sea favorable a la postura indefensa de las dos vidas y rechazando la despenalización del aborto, no se puede descartar que la ley sea aprobada.

Con respecto a la postura que tomaría la Iglesia en caso de que así ocurriese, Monseñor Mestre dijo que "El camino es el que tiene que haber estado siempre. La catequesis fundamental sobre nuestros fieles. El que es cristiano católico tiene que tener claros los motivos por los que nosotros no aceptamos esta ley del aborto que corre el riesgo de hacerse cultura y pensar que está bien . O estos planteos que quieren de alguna manera presentar esta realidad solo como un problema de salud pública, que en parte lo es, pero que es algo mucho más serio. Y la postura de la iglesia será seguir catequizando , seguir anunciando que defendemos y cuidamos las dos vidas, la vida inocente en el seno de una madre , la vida no nacida y la de la mamá, sobre todo cuando esa mamá es víctima de algún tipo de violencia o situación de marginalidad o vulnerabilidad particular".