Un sólido equipo. Integrantes del Centro a lo largo de sus tres décadas posan junto a su padrino Ricardo Cirese y su hijo Nicolás

Hace 30 años nació tímidamente la idea de dar vida a un espacio destinado a la estimulación temprana de niños desde su nacimiento y hasta la edad escolar.

La iniciativa comenzó a cobrar fuerza y sus impulsoras se contactaron con Ricardo Cirese, titular de la empresa Frigopap a quien le propusieron ser el padrino de dicha agrupación. Compenetrado de todo lo inherente a lo que se apuntaba, no dudó en sumarse.

Fue así como en 1988 nació el Centro de Estimulación Temprana, como servicio agregado de la Escuela Especial N° 501.

Desde entonces fueron muchas las personas que se fueron sumando a los equipos de trabajo. Y no en vano se habla de sumarse, ya que todos y cada uno de quienes han pasado por el CET, no solo ha dejado su impronta sino que ha estrechado un lazo inquebrantable que con el paso del tiempo es cada vez más sólido.

Y eso quedó reflejado el pasado jueves cuando, en un evento organizado por los padrinos Ricardo Cirese y su hijo, Nicolás, se reunieron para celebrar el cumpleaños.

No faltaba nadie, hasta la primera "paciente" estuvo presente en lo que fue un verdadera FIESTA, así, con mayúsculas. Estuvieron también presentes miembros del Ejecutivo, Consejo Escolar y Hospital.

No faltaron los recuerdos, las anécdotas y los reencuentros.

La actual directora del hoy denominado CEATDI (ex CET), Teresa Lloret, en diálogo con El Diario dijo que el festejo era una culminación de una serie de acciones abiertas a la comunidad difundiendo todo lo que desde dicho ámbito se hace actualmente.

"Trabajar con esta temática que es la atención temprana llena de satisfacción porque atendemos niños que presentan algún tipo de discapacidad y poder ayudar y trabajarlo de manera integral en todas las etapas de su desarrollo y a la vez trabajar con la familia, con su entorno y además por el hecho de ser parte de la educación y estar en contacto directo con los alumnos es sumamente importante y gratificante", señaló Lloret remarcando que esta actividad "nos abrió muchas puertas y así fuimos creando una interacción en pos de trabajar para el niño".

Por otra parte destacó la relación que se fue forjando entre quienes a lo largo del tiempo fueron y son parte del grupo. "Hay algo muy especial, levantamos el teléfono y estamos todas al pie del cañón y eso es invalorable. Ir a trabajar y sentirse cómoda con lo que una eligió y con el recurso humano, ya es tocar el cielo con las manos. Y además los papás. Acá hay papás actuales, algunos que han transitado desde sus inicios y hasta una alumna, quienes al ser convocados no dudaron en venir".

Ricardo Cirese escuchaba a Lloret y asentía ante cada una de sus apreciaciones.

El Padrino de la institución dijo sentirse sorprendido de lo que han logrado a lo largo de estos 30 años.

"Jamás imaginé lo que iban a lograr. Estoy más que orgulloso de ver lo que hacen estas excelentes profesionales, que tienen que enfrentar problemas gravísimos; logrando una empatía total con gente que no les habla. Pensemos que tratan chicos de cero a tres años y solo se manejan muchas veces con señas…rescatan señales y con eso trabajan"; comentó Cirese puntualizando que cuando comenzó a entretejerse esta relación, él se ofreció como padrino al sentirsde "encantado" por el proyecto, "sin imaginar que se iba a llegar a tanto… y espero que sigan creciendo".

La primera directora del Centro, Elsa Orsi también dijo presente.

"Es una suerte el haber podido transitar desde los primeros días en este trabajo del Centro, con un grupo siempre de excelentes profesionales. Es una etapa de mi vida a la que siempre recuerdo con mucho cariño".

La charla se amplió a muchos de los que formaron y forman parte del grupo y se prolongó durante varias horas, mostrando que el CET es un imán que atrae y deja "pegados" a todos los que se acercan a él.