Los precios del trigo argentino volvieron a subir en el mercado físico y consolidaron la tendencia alcista que rige los destinos del cereal en lo que va de 2017, con ganancias acumuladas que van del 8 al 11,3%, según la terminal de descarga. La firme demanda de los exportadores es el principal fundamento de la bonanza de las cotizaciones, en una campaña en la que se prevén ventas externas por 9,50 millones de toneladas, según lo calculó el jueves pasado el Ministerio de Agroindustria de la Nación en su trabajo mensual de estimaciones agrícolas, donde elevó de 15,7 a 16,5 millones de toneladas el volumen de la producción 2016/2017.

Por trigo condición cámara la exportación pagó $ 2.630 por tonelada para Bahía Blanca; $ 2.650 para la zona del Gran Rosario, y $ 2.670 para Necochea, 30, 50 y 70 pesos más que el martes. Así, estas terminales acumularon ganancias del 9,6, del 8,2 y del 11,3% en lo que va del año, frente a los valores vigentes en la última rueda de 2016, de 2.400, 2.450 y de 2.400 pesos, respectivamente.

Según la plataforma oficial Siogranos, durante la jornada se comercializaron poco más de 68.000 toneladas de trigo, por lo que el grano fino fue el producto más intercambiado, contra las 53.000 toneladas de soja y las 21.000 toneladas de maíz.

En cuanto a los molinos, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que ayer pagaron entre 2.430 y 2.950 pesos por tonelada de trigo, según calidad, procedencia y forma de pago.

Pese a las bajas externas por segunda jornada consecutiva, los precios del trigo en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) cerraron la rueda con leves alzas. En efecto, las posiciones marzo y julio sumaron US$ 0,20 y 0,50 al quedar con ajustes de 168 y de 175,50 dólares por tonelada.

En los Estados Unidos, el contrato marzo del trigo bajó US$ 0,83 y 1,47 en las Bolsas de Chicago y de Kansas, donde el valor de ajuste fue de 155,98 y de 160,85 dólares por tonelada, respectivamente. La mejora de las condiciones climáticas en las zonas productoras de trigos de invierno estadounidenses y las dudas sobre el real grado de afectación de los cultivos europeos tras la última ola de frío fueron los fundamentos que le restaron sostén a las cotizaciones del grano fino en las últimas ruedas.