Vecinos indignados por haber sufrido un allanamiento erróneo
En la tarde de ayer, alrededor de las 16, un grupo de efectivos de la DDI, junto a testigos, realizó dos allanamientos en domicilios linderos de calle 11 entre 26 y 28 a los que irrumpieron tras violentar las puertas, pero no hallaron nada de lo que buscaban ya que habían hecho los procedimientos en lugares equivocados.
Así lo señalaron a El Diario Juan Carlos Alí, Rocío Suárez y Macelo Giménez quienes resultaron ser las desafortunadas víctimas del error.
Según señaló Alí, antes de las 16, mientras descansaba junto a su esposa en la vivienda del primer piso de calle 11 Nº 681 se sobresaltó ante un fuerte golpe proveniente de la puerta de entrada de la casa, en la planta baja, e inmediatamente se encontró rodeado de efectivos policiales que lo tiraron al piso y esposaron.
Sin entender lo que sucedía no opuso resistencia.
Los uniformados exhibiendo una orden de registro domiciliario le comunicaron que se autorizaba dicha práctica para el «depósito situado en calle 11 entre 18 y 30 Nº 861, propiedad de Alejandro Pili a fin de proceder al secuestro de armas de fuego y equipos de telefonía celular», según reza de manera textual la notificación que lleva la firma de la Jueza de Garantías Rosa Frende.
Lo llamativo es que en la orden se hace referencia a una persona que nadie en la zona conoce y que la dirección es inexistente (11 entre 18 y 30 ¿?).
Los efectivos policiales, acompañados de dos testigos revisaron el lugar y sin poder hallar nada de lo buscado se retiraron dejando la puerta de entrada destrozada y la indignación y sorpresa de quien no alcanzó a entender (ni recibir explicación alguna) de lo sucedido.
Del mismo modo, el personal de la DDI , también junto a testigos, rompió la puerta de una casa lindera, ingresando a una obra en construcción, desplazándose hasta una pieza ubicada al fondo, cuya puerta de chapa también forzaron y tras revolver la habitación se alzaron con un celular en desuso y se alejaron.
En la casa no había nadie. Su propietaria fue alertada de lo sucedido por un vecino y se movilizó al campo donde trabaja su pareja para ponerlo en conocimiento de lo que pasaba.
Tanto Alí como Suárez y Giménez manifestaron a El Diario que, poco después, al presentarse en la DDI no recibieron ningún tipo de información ni explicación sobre el procedimiento, limitándose a señalarles que «se habían cumplido órdenes».
«No hubo ni siquiera un pedido de disculpas y cuando consultamos quien se haría cargo de los daños nos dijeron que eso era problema nuestro», afirmaron.
Hoy, aseguraron, se presentarán en la Fiscalía para reclamar alguna explicación esclarecedora sobre el procedimiento y, al menos una disculpa por el «error».
Vecinos del lugar, en diálogo con El Diario, sumaron su malestar por lo sucedido resaltando su solidaridad con las víctimas de un yerro que esperan sea debidamente aclarado.