Joaquín Palacios: "Estoy ansioso de poder empezar la rehabilitación y volver a caminar"

Joaquín Palacios: "Estoy ansioso de poder  empezar la rehabilitación y volver a caminar"

Es difícil imaginar a lo que uno puede enfrentarse al intentar entrevistar a un adolescente que está en pleno proceso de recuperación tras un accidente que le provocó la pérdida de sus piernas.

Tocar a la puerta de una de las habitaciones del Hospital no resultó sencillo. Surgieron los temores y la inquietud de no saber cómo encarar la nota ante lo que uno conceptúa de antemano como una tragedia.

Y de pronto todo ese mundo que uno imagina encontrar se desdibuja cuando es recibido con una tímida sonrisa dibujada en el rostro de Joaquín, quien celular en mano y sentado en la cama acepta de buen grado recibir a El Diario.

Mariela, su joven madre, está junto a él, tranquila y celebrando el rápido proceso de recuperación (casi milagroso) que tiene su hijo, quien hace apenas veinte días se debatía entre la vida y la muerte tras sufrir el brutal accidente laboral en el que perdió sus piernas

Joaquín Palacios (18 años) es el joven que el domingo 19 de enero, se encontraba trabajando en la limpieza de un sinfín en la parte superior de una cosechadora en un predio ubicado en la calle 37 entre San Lorenzo y avenida Caseros cuando, por un descuido perdió el equilibrio y cayó sobre dicha plataforma que estaba en funcionamiento. Si bien un compañero de trabajo detuvo de inmediato ese mecanismo, Palacios quedó atrapado con sus piernas a la altura de las rodillas Fueron denodados los esfuerzos que realizaron, personal del hospital y bomberos para liberarlo pero no se pudo, por lo que se procedió a amputarle una de las piernas, mientras, ya en el centro asistencial, debieron proceder del mismo modo con su otra extremidad.

Desde el estado crítico en que se encontraba, el trabajo de los profesionales de la salud y su propia voluntad fueron obrando el milagro y Joaquín inició un increíblemente rápido proceso de recuperación.

Ahora, ya en franca mejoría, en una habitación común, se entusiasma con dejar el Hospital para ingresar en el centro de rehabilitación y poder volver a caminar.

Así lo manifiesta sonriendo como para que no quede lugar a duda alguna.

"Estoy bien ansioso de poder empezar la rehabilitación y volver a caminar. Sé que no va a ser sencillo pero en poco tiempo lo voy a lograr", sentencia.

Sobre lo sucedido en aquel fatídico 19 de enero no es mucho lo que recuerda, sólo que estaba trabajando en la máquina como lo hacía de manera habitual (trabajaba en este tipo de tareas desde hacía ya dos años) cuando cayó dentro de la cosechadora. A partir de ese momento todo es oscuridad en su mente.

Cuando reaccionó, recuerda, ya estaba en una cama del hospital, sintiendo dolores en sus piernas, que ya no estaban…".

"VOY A SALIR A FLOTE"

"Sentí que me moría, que se me terminaba el mundo, en principio no sabía que pensar pero después entendí que pese a todo podía salir a flote y ahora estoy convencido de que lo voy a lograr", afirma comentando que la asistencia psicológica que recibe en forma permanente ha sido fundamental para su recuperación y que, por otra parte le resultó de gran ayuda el contactarse, por intercesión de una enfermera, con una persona de Córdoba que hoy tiene 42 años y a los 17 en un siniestro vial perdió sus piernas.

"Me hizo ver que la fuerza de voluntad es fundamental, que no todo está perdido y que así como muchos se han recuperado y hasta practican deportes, yo también voy a poder hacerlo… y lo voy a hacer", afirma y reafirma

Muchos de sus sueños se derrumbaron, pero sobre ellos Joaquín ya empieza a reconstruir sus nuevas aspiraciones.

"Lógicamente esto me cambió la vida en un ciento por ciento no tengo muy en claro aún lo que voy a hacer, pero en principio voy a terminar mis estudios secundarios que es una asignatura pendiente", desliza sin perder su sonrisa tímida pero con un dejo de picardía.

En lo inmediato, reitera, el objetivo central es poder, en los próximos días viajar a Mar del Plata para iniciar allí el proceso de rehabilitación en el INAREPS (Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica), donde deberá someterse a un tratamiento de entre tres y seis meses del que afirma "saldré con las prótesis y caminando".

INMENSA "TRANSFUSIÓN" DE AFECTO

Rufino, su pueblo natal, será ese día el destino inicial de Joaquín.

Sabe que muchas de las 18.000 almas de aquella localidad lo están acompañando desde la distancia (muchos en contacto permanente y algunos que se han acercado a Balcarce para acompañarlo) y esperan su regreso. Hay también, y por sobre todo, dos hermanas y una novia, que son puntales fundamentales para este joven dispuesto a hacerle frente a la adversidad

Mientras tanto, Joaquín se ha convertido en el "niño mimado" de todo el Hospital. Con su simpatía y sus ganas de no dejarse vencer por este escollo que el destino puso en el camino de su vida ha sabido ganarse el cariño de todos.

Esa permanente "transfusión" de afecto ha obrado también en la sorprendente recuperación.

Joaquín y su madre, Mariela, se unen en un abrazo y miles de caricias que sin pronunciar dicen: "Acá estamos, juntos y dispuestos a seguir adelante".

Ambos, madre e hijo resaltaron su agradecimiento "inmenso y que no se puede definir con palabras" a toda la comunidad balcarceña "que desde el primer momento nos ha colmado de atenciones, ayuda, apoyo y cuanto necesitáramos para poder atravesar este difícil trance",poniendo especial énfasis en todo el personal del Hospital que se ha brindado de manera increíble. De mismo modo manifestaron su agradecimiento a la comunidad rufinense que desde un primer momento se movilizó en procura de brindar ayuda a su convecino.