Enfermeros, personal indispensable en la lucha contra el Covid 19

Enfermeros, personal indispensable  en la lucha contra el Covid 19

El martes último se celebra el «Día Internacional de la Enfermería», con el objetivo de rendir un merecido homenaje a todos quienes desarrollan esta loable tarea en beneficio de toda la humanidad, así como rendir tributo a Florence Nightingale, que nació un 12 de mayo y es considerada la fundadora de la enfermería moderna.

Una definición alienta a que la enfermería es una profesión a través de la cual se pone en práctica la atención de pacientes que necesita cuidados especiales, por presentar distintos tipos de enfermedades y trastornos de salud. Por lo tanto esta especialidad necesita de personas realmente comprometidas y amantes de su labor, ya que requiere de ciertas características humanas que permitan precisamente la realización acorde de este servicio. En estos tiempos de Coronavirus su figura ha ganado terreno casi a la par de otros protagonistas del eslabón sanitarista, ya que son parte indispensable de la denominada «trinchera» de lucha contra este enemigo invisible. Ello hace que junto a los médicos y tantos otros actores del rubro de la salud, formen parte del reconocimiento que todos los días a la hora 21 realiza el ciudadano a través del aplauso simbólico, no solamente en Balcarce sino en todo el país e inclusive en otras naciones del mundo.

El Diario recogió el testimonio de cuatro enfermeros locales, dos de ellos cumpliendo funciones en el Hospital «Dr. Felipe A. Fossati» y sus compañeros realizando idéntica labor en la Sala de Primeros Auxilios de San Agustín.

MARCELO QUEOPOMEL

«Nuestro lema es cuidarnos y cuidar a los demás»

«Hace 28 años que soy enfermero, hice 3 años de carrera y profesionalmente hace 25 que soy profesional de la salud. Lo busqué como una salida laboral pero sin saber bien lo que era esta profesión, cuando empecé a estudiar me empezó a gustar y fue ver en mí una forma de colaborar con los demás, dar una mano desde mi lugar, tratar de brindar un poquito de nuestro conocimiento», señaló Marcelo Queopomel.

Siempre trabajó en el único efector de salud actual en Balcarce, aunque también supo llevar a cabo algunas actividades laborales en su momento en Asistem, algunas guardias en la que fuera Clínica Balcarce y también asistencias domiciliarias.

Como toda profesión, tiene aspectos buenos y otros que no lo son tanto. En ese sentido, dijo que «lo positivo es ayudar, trata de solucionar los problemas de la gente, siempre hay que tener en cuenta que trabajamos sobre personas que tienen una situación especial, están enfermas, sufren una dolencia, tanto adultos como niños y todas las edades. Y lo negativo de esto es ver sufrir a un ser querido, el perder un ser querido, algún amigo o vecino, ya que por circunstancias pasan situaciones diversas en la vida. Es una parte muy difícil, porque como asistimos en un parto en la calle también podemos ver la pérdida de un ser querido, de un familiar, eso es lo dolorosa. Permanentemente estamos jugando con la vida y la muerte, desgraciadamente es así».

Su tarea actualmente lo tiene desempeñándose en la guardia del Hospital, donde ya han vivido muchas situaciones difíciles con esta pandemia y que, en cierta medida, también les recuerda lo experimentado hace algunos años con otra como fue la Gripe A. «Con mis compañeros somos los que estamos en la trinchera, tomamos al paciente que viene con esta posible enfermedad. Trabajamos con las precauciones que hay que tomar para cuidarnos nosotros y a nuestras familias, todos tenemos hijos y padres a los que cuidar. Nuestro lema es cuidarnos y cuidar a los demás. La situación es difícil porque a todos los tomamos como posibles Covid. No es fácil para nosotros estar trabajando permanentemente con barbijos y todas las medidas de protección, sea máscara, antiparras y demás, pero es la forma de cuidar y cuidarnos», destacó Queopomel.

Con relación a la postura de la ciudadanía en general respecto de los cuidados a cumplimentar, mostró su conformidad ya que, según dio a entender, la mayoría de la población respetó y está respetando esta cuarentena. «Hemos debido adoptar otras conductas en nuestras vidas como el lavado de manos en forma permanente, la distancia, el no abrazo y el no beso, en una sociedad muy especial para eso porque somos más afectuosos, de darnos un beso, de darnos la mano. Pero no tenemos que relajarnos porque esto puede llegar en cualquier momento a Balcarce, estamos viendo lo que pasa en Mar del Plata, donde desde hace una semana todos los días hay casos y eso es peligrosos para nosotros, por la gente que entra y sale. También en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires están aumentando los casos muy rápidamente. Por eso no hay que relajarse, respetar los horarios de salida y aguantarnos, pero creo que Balcarce está muy bien encaminado», mencionó finalmente.

MIRTA LENTI

«Siempre está primero el paciente»

«Estudié Enfermería porque sentía la necesidad de servir y ayudar al prójimo. Lo deseaba como proyecto de vida y a pesar que mis padres querían otra carrera para mí yo trabajé, estudié y logré cumplir mi sueño de ser enfermera y poder desarrollar mi vocación de servicio. Llevo años trabajando, me recibí en 1982», mencionó Mirta Lenti.

Trabajó en Mar del Plata durante 5 años y luego ingresé a los geriátricos municipales locales. Hoy en día continúa cumpliendo su profesión, pero en el propio Hospital.

«Se trabaja con todos los cuidados y precauciones, siempre atentas a cuidar a los demás, a pesar de poner en riesgo nuestra salud. Pero sin pensarlo, siempre está primero el paciente, de eso se trata nuestra profesión y vocación», explicó.

Lenti también citó la época de otra pandemia y dio a conocer cómo es la realidad en su ámbito laboral. «Hasta el momento sólo han sido casos sospechosos y la alegría cando los hisopados dan negativos. No tengo ninguna anécdota de esta pandemia, pero recuerdo que sí fue muy difícil cuando padecimos muchos casos de Gripe A», contó.

Y dejó un mensaje a toda la población, recordándoles los cuidados habituales y que si surgen dudas, se comuniquen con el centro asistencial: «els pido que sigan manteniendo la distancia social, los cuidados de higiene, el lavado de manos, el uso del tapabocas y que eviten andar lo menos posible por la calle y que no realicen reuniones. Veo que anda mucha gente por la calle y que se reúnen, sé que es muy difícil y que va para largo, pero de todo esto depende la salud de cada uno de sus familiares. Por eso ante cualquier síntoma, de inmediato contáctense con el Hospital».

MARITA MALDONADO

«Es la carrera que volvería a elegir»

«Hace 20 años que trabajo en el Hospital, primero fui administrativa, luego estuve en Vigilancia, después en el teléfono. En 2004 se abrió la Licenciatura en Enfermería dependiente de la Universidad de Lanús y como yo siempre estaba en la guardia ayudando a los chicos o en los distintos pisos colaborando, siempre tuve eso de querer saber más, querer estar y ayudar en el cuidado de las personas. Además en mi familia, como trabajaba en el Hospital, siempre que pasaba algo me llamaban para ver como los podía ayudar. Me interesaba, yo también soy docente y me recibí en 1995, quería estudiar Enfermería pero en ese tiempo no había y me decidí por la docencia. Hasta que empecé la Licenciatura y me recibí de Enfermera en 2009, no estoy arrepentida y es la carrera que volvería a elegir porque amo mi trabajo, me gusta mucho lo que hago», afirmó Marita Maldonado.

Trabajó en el Hospital y en el Hostal de los Abuelos, hasta que en 2010 se trasladó a San Agustín. Llegó el 1 de febrero, luego de la insistencia de la delegada de aquella localidad Susana Brígida y donde su hermano cumplía (todavía lo hace) funciones como Jefe del Destacamento Policial.

En la comunidad en cuestión, los enfermeros son la cara visible y los referentes en materia de Salud. «Yo amo mi profesión, hace diez años que estoy y he aprendido a conocer la comunidad, a ‘mi gente’ como yo les digo y estoy muy contenta, muy feliz. Me gusta el pueblo, parece que hubiese nacido ahí, me he acostumbrado tanto que no me voy a vivir ahora por un problema habitacional que tengo, pero si no volvería a vivir allá porque me gusta mucho. Los conozco a todos, ellos me conocen y hemos hecho buen vínculo, a pesar que a veces no es tan fácil porque a veces tenés que hacer de médico, de psicólogo, de asistente, sos la administrativa, la tía, la abuela y tenés que estar en todos los momentos. Pero a mí me encanta, me gusta cuidar y ayudar. Pero se dificulta porque los médicos van lunes, miércoles y jueves, también un sicólogo que va un solo día, pero el esto de la semana no hay médicos y si surge algo que no está a mi alcance, llamamos al ambulanciero y vamos al Hospital», resaltó.

Desde que empezó esta pandemia, se colocaron en la Sala varios carteles y comenzaron a ir casa por casa el tema de la vacunación, tanto de los que viven en el pueblo como los que están en los campos, ayudpándose en este caso con el ambulanciero Raúl García. «Aún seguimos vacunando, quedan muy pocos pero calculo que un 95% de la población ya está vacunada, gracias a Dios. Y como tienen mi número y está el fijo de la sala, pusimos horarios y les dijimos que llamen. Se trabaja mucho más, hay consultas todo el tiempo y como yo viajo todos los días, les llevo la medicación a su casa y ya no tienen que salir de sus casas y venir a Balcarce, sobre todo los adultos mayores. Y seguimos educando con el uso del barbijo, el no salir, el lavado de manos y demás, sé que es muy difícil pero si llegamos hasta acá tenemos que seguir aguantando. Lo que quiero es que la comunidad esté sana y no se enferme, en esta época de pandemia todos los días salgo de mi casa y hago una oración en la que pido por mi familia y por mi pueblo», afirmó Maldonado.

Y si bien estaba conforme respecto de la manera en la que se venía tomando esta cuarentena, no se mostró de acuerdo con la flexibilización ya que no todos cumplen. «Somos hijos del rigor, hay gente que es consciente y responsable pero otra no. Y lamentablemente cuando el virus empiece a ser circulante nos vamos e infectar todos. Ojalá que no, mientras sigamos con las medidas preventivas que son el lavado de manos y no tocarse la cara. En San Agustín se está respetando bastante», agregó.

Y citó que un grupo de mujeres han estado confeccionando barbijos y camisolines, aún lo siguen haciendo y manifiestan así la solidaridad, al igual que la gente de la Sociedad de Fomento, de Rotary y la delegada municipal. «Es muy gratificante», reflejó.

JUAN CARLOS OLIVARES

«Me sentí una persona útil y me decidí a ser enfermero»

«A raíz de un accidente cuando una persona que estaba limpiando el techo de la cancha de paleta del Social cayó al suelo, yo estaba ahí y me avisaron. Entré a ayudar, había hecho un curso de primeros auxilios y lo ayudé y lo acomodé hasta que llegó la ambulancia. En ese momento yo hacía triatlón y la doctora Cristina Sánchez y su marido que corría conmigo, me decían que tenía que estudiar y ser enfermero. Y con eso que ocurrió me sentí una persona útil y me decidí a ser enfermero», reseñó Juan Carlos Olivares sobre sus orígenes en esta profesión.

En la vecina localidad hace 3 años que desempeña funciones, pero sus inicios allá por el ’91 fueron en Asistem, siendo el primer lugar que le abrió las puertas. «Cuando me recibí el doctor Guillermo Alzueta, que era el director de Asistem, me entregó una medalla como mejor compañero y me llamó para trabajar. Después estuve en el Hostal de los Abuelos, en el ‘Pinto’, en Clínica Balcarce, en el Hospital, en el Materno Infantil, un tiempo en Cardio en la costa, en el Poli como 6 años y ahora acá en San Agustín. También cubrí eventos deportivos, jineteadas nocturnas, carreras cuadreras y en canchas de fútbol», expresó.

Aprendió y mucho de personas que se destacaron en la Enfermería, como De la Piedra, Fuso, Meschino, Concaro y Acosta. «Me tocó trabajar con todos ellos en la antigua Guardia. Después en Asistem era nuevito y me tocaba salir y actuar en paros cardiorespiratorios, con Alzueta, Alvarez, Dettore y uno va aprendiendo. En Mar del Plata lo mismo, en los accidentes en la playa, también en las salas periféricas como cuando estuve en la Sociedad Española o en los Jubilados Unidos», comentó.

«En esta pandemia, en mi caso particular soy asmático, me tengo que cuidar muchísimo y el temor está. Pero igual trabajamos con todas las prevenciones, atendemos la consulta del paciente, todas las averiguaciones respecto de si tiene fiebre, si tuvo contacto con gente que yaya venida de lugares de riesgo. Y después lo que decimos siempre, cuidarnos entre todos», detalló.

Y cerró con algunas anécdotas: «trabajando en el Poli cuando el director era Azcárate, una nena de 12 años salió del baño y había unos parlantes afuera, justo hubo un viento fuerte y se le cayó uno en la cabeza. Llamamos a la ambulancia del Hospital que vino rápido, mientras yo la atendí y la cubrí. Hace unos 3 meses me la crucé y ella se acordaba de mí. También tengo que decir que mucha gente me saluda y me dice si me acuerdo cuando atendí a su hija o su hijo en la Clínica… Y la verdad no siempre me acuerdo. Y me acuerdo que otra vez en una guardia de Asistem fuimos a hacer un domicilio con el doctor Detorre y estaba de chofer Pablo Ziella; mientras que el doctor se quedó charlando en la vereda, yo subí por la puerta del costado y la cerré pero quedó mal porque no andaba bien la cerradura. Entonces tuve que salir por la puerta de atrás, ir y cerrarla desde afuera. En eso subió Detorre y la ambulancia movió, entonces yo empecé a correr detrás de la ambulancia haciéndole señas para que parara, hasta que se dieron cuenta unos 100 metros después».