Caballo desbocado casi provoca otra tragedia

Caballo desbocado casi  provoca otra tragedia

Una vez más hay que hablar de animales sueltos en la vía pública. En este caso, a diferencia de lo ocurrido lamentablemente en octubre pasado en avenida Dorrego (40) y calle 9 cuando un motociclista de 20 años perdió la vida al impactar contra un equino que deambulaba por allí, la diosa fortuna tuvo un papel preponderante porque una criatura de dos años recibió lesiones en el rostro que no revisten gravedad.

El hecho se desencadenó anteayer, mientras caía la noche, en el sector de avenida Cereijo y calle 108. A bordo de su automóvil VW Gacel, Cristian Ferreyra y su mujer Bárbara Fleitas, acompañados por su sobrina Elena de 2 años, decidieron dar un paseo.

Lo que pretendía ser un momento de distracción y disfrute se convirtió en una verdadera pesadilla desde el momento en que mientras circulaban en el auto fueron sorprendidos por dos caballos que se encontraban sueltos sobre la vía pública.

Quizás encandilados por las luces del vehículo, uno de los animales escapó y el restante, totalmente desbocado, los encaró a la carrera y los embistió. Sus patas delanteras destrozaron el parabrisas e ingresaron al habitáculo junto con su cabeza ante la desesperación de sus ocupantes.

Entrevistado por El Diario, Ferreyra agradeció que su mujer, que advirtió la presencia de los equinos en medio de la noche, en forma instintiva cubrió con su cuerpo a la criatura que viajaba junto a ella y evitó que otras fueran las consecuencias. «Cuando logré reincorporarme me desesperé al ver a mi sobrina con la cara llena de sangre. Por un momento llegué a pensar lo peor. Tratábamos por todos los medios y en forma desesperada de sacarnos el animal de encima que no paraba de dar patadas y cabezazos. Cuando logramos liberarnos del animal (fue dando marcha atrás con el auto), me dirigí rápidamente a mi casa, en la zona de Maipú y 25. Apareció un amigo, Pablo Cardozo, quien sin dudarlo nos acompañó al Hospital para que sea atendida la pequeña», relató.

Elena fue atendida en la guardia del centro asistencial de las lesiones recibidas en el rostro. Le aplicaron un par de puntos de sutura en la nariz y debajo de los ojos además de someterla a una serie de estudios radiológicos que descartaron cualquier otra lesión.

«UNA DESGRACIA CON SUERTE»

Por último, Ferreyra aseguró que lo ocurrido fue «una desgracia con suerte ya que podemos contar esta historia. Aprovecho la oportunidad para hacer un llamado de atención a quienes tienen animales, para que no los descuiden. En este caso la culpa no fue de los caballos sino de su propietario».

Con relación a este hecho, trascendió que el dueño de los equinos sueltos en la vía publica fue identificado e infraccionado.