Volver a vivir después de un trasplante de corazón

Volver a vivir después de  un trasplante de corazón

Un gesto de amor le permitió volver a nacer a María Inés Cinalli, la primera balcarceña que recibe un trasplante de corazón. En la imagen aparece a sus hijos Natalia y Agustín

A los treinta años, a María Inés Cinalli los médicos le detectaron una insuficiencia cardíaca. El tratamiento al que fue sometida hace veintinueve años, donde no existían los avances de la ciencia tan desarrollados como en la actualidad, le provocó que una arteria se obstruyera y como consecuencia de ello le dañara su corazón.

Al no funcionar el órgano y el motor más importante del cuerpo a la perfección, María Inés debió someterse a cuidados y controles periódicos de su salud.

Pero fue imposible evitar que su corazón se fuera deteriorando con el paso del tiempo. Esa fatiga que demostraban los estudios llevó inevitablemente a que los médicos Francisco Vázquez Vismara, José Legato y Germán Curi coincidieran en su apreciación y decidieran derivar a la paciente a un centro de alta complejidad en Capital Federal.

Esto sucedió el pasado 11 de septiembre de 2016.

María Inés, acompañada por sus familiares, llegó al Hospital Italiano, en el barrio de Almagro, para su internación en el área de terapia intermedia.

Cuatro días más tarde, tras ser sometida a una exhaustiva evaluación por los especialistas, ella era incluida en la lista de "urgencia" a la espera de un corazón para ser trasplantada.

El trasplante, esperanza de vida

Es inevitable. Trasplante implica pensar en muerte y en vida al mismo tiempo. Fueron 135 días los que vivieron María Inés, sus familiares y amigos con sentimientos encontrados. Era una situación cargada de angustia pero a la vez de mucha esperanza.

Se sabía que mientras en un hogar se iba a estar llorando por la pérdida de un ser querido, en otro la alegría abría una enorme oportunidad a la vida.

Y esa oportunidad llegó para María Inés. Agustín, su hijo, narró a El Diario cómo se vivieron esos momentos a partir de que su madre el 19 de enero, al agravarse su cuadro de salud, fue ingresada al listado de "emergencia" que posee el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), quedando primera en la lista de espera de un corazón para ser de inmediato trasplantada.

María Inés nunca bajó los brazos. Todo lo contrario. Aferrada a la vida enfrentó la adversidad hasta que la semilla de esperanza apareció.

Fue en la madrugada del 24 del mes pasado cuando se recibió el corazón de acuerdo a lo establecido por el INCUCAI.

"El estado de salud de mamá era complicado, realmente, aunque ella se mostraba tranquila y confiada en todo momento", confesó Agustín, quien tenía en claro que esa posibilidad de vida que se abría ahora provenía de un hogar invadido por el dolor, la angustia y el desconsuelo por la pérdida de un familiar que había demostrado su voluntad en vida de donar los órganos. Ahora, su corazón late en el cuerpo de María Inés.

"La intervención quirúrgica comenzó a las 3 de la mañana y finalizó cerca del mediodía. El doctor Ricardo Marenchino estuvo a cargo del trasplante", expresó.

Las primeras 72 horas fueron cruciales para la evolución de la paciente. "Viene respondiendo bien al tratamiento. En forma lenta va avanzando con la rehabilitación mientras continúa internada en el Hospital Italiano. Estimamos que permanecerá allí unos veinte días más", contó Agustín.

Una vez que a María Inés le den el alta, deberá quedarse en Capital Federal durante un mes para seguir con los estudios y chequeos que requiere una intervención de semejante complejidad.

Un gesto de amor es el que le permite a María Inés recuperar su vida. Ahora solo espera completar el tratamiento y volver a su hogar. Hoy está mucho más cerca de cumplir con su deseo. Es que el 24 de enero volvió a nacer gracias a un gesto de amor.

Eterno agradecimiento

Los hijos de María Inés Cinalli, Natalia y Agustín, no tienen más que palabras de sincero agradecimiento para todos y cada uno de los que a lo largo de este tiempo estuvieron interiorizándose a través de distintas vías de contacto sobre el estado de salud de su madre.

"El interés de la familia es expresar nuestro profundo agradecimiento a los amigos y la comunidad de Balcarce en general que a través de contactos personales, telefónicos y a través de las diferentes redes sociales siguieron y siguen la evolución de mi mamá con mucho respeto, por sobre todas las cosas", expresó Agustín a El Diario.

Pero además, dedicó un párrafo especial al cuerpo médico que atiende a María Inés. Está conformado por los doctores José Legato, Germán Curi y Francisco Vázquez Vismara. "Ellos -remarcó- fueron quienes asistieron y decidieron la derivación al Hospital Italiano que funciona en la Capital Federal para ser atendida con urgencia dada la gravedad del caso".

Este agradecimiento lo hizo extensivo al cuerpo médico que integra la Unidad Coronaria del mencionado centro asistencial porteño por su profesionalismo y dedicación. Lo encabezan el doctor Cesar Belziti, jefe del Servicio de Cardiología, y el doctor Ricardo Marenchino, subjefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular. También destacó la labor que realizan diariamente el personal de los servicios de Enfermería y Administración.

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