Vivencias de la doctora balcarceña Carolina Garciarena sobre la pandemia en Irlanda, donde reside actualmente

Vivencias de la doctora balcarceña Carolina Garciarena sobre la pandemia en Irlanda, donde reside actualmente

Carolina Garciarena y Rhona Prendergast en el Trinity College

«Los técnicos de Trinity mantienen viva la investigación durante el Coronavirus», una información con ese título proveniente de Irlanda poco y nada parecería tener que ver con Balcarce.

Pero una de las responsables del pequeño grupo de profesionales de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas, que se encuentran entre las «personas esenciales» del Trinity College, de aquel –para nosotros- remoto país es balcarceña.

Se trata de Carolina Garciarena, Bioquimica recibida en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP , doctorada en la Facultad de Ciencias Medicas donde también realizó un postdoctorado.

El Trinity  es una institución académica líder mundial, con una destacada historia y tradición en educación, enseñanza e investigación. La facultad está en el campus ocupando un edificio de 4 pisos con entre 10 y 20 laboratorios en cada piso. Allí cumple funciones la Dra. Carolina Garciarena, directora técnica y de seguridad de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas.

La casa de altos estudios debió cerrar sus puertas el 12 de marzo debido al Coronavirus, pero la investigación vital tiene que continuar, y un pequeño grupo de personal está trabajando para mantenerlo en funcionamiento, una de las responsables es precisamente la balcarceña

Garciarena es una de las pocas «personas esenciales» autorizadas en el campus para realizar un trabajo vital durante el cierre de la universidad. Sus tareas incluyen garantizar que el equipo técnico de la escuela continúe brindando apoyo esencial a sus laboratorios al mantener los bancos de células llenos de nitrógeno líquido, inspeccionar congeladores y refrigeradores, mantener otros equipos de investigación e inspeccionar los laboratorios de la escuela en el Instituto Panoz y el Instituto de Ciencias Biomédicas Trinity (TBSI).

Nuestra coterránea tras cursar sus estudios primarios (en la EP N° 13) y secundarios (en el «Nacional») emigró hacia La Plata donde  hizo sus estudios universitarios y doctorados, posteriormente viajó a Inglaterra para trabajar en un laboratorio en fisiología cardiovascular.

Casada con un irlandés  y madre de una niña hace  algo más de cinco años decidió como proyecto familiar mudarse a Irlanda, radicándose en Dublin (capital de Irlanda) donde empezó a trabajar  haciendo investigación en el Royal Colleg  y después de 3 años  se dedicó a la administración en Laboratorio  (dirección)  en un centro de investigaciones clínicas asociado a dos hospitales  de Dublin y en septiembre ingresó en la facultad de farmacia del Trinity Collage como jefa de laboratorio, teniendo nueve personas a cargo, siendo la  responsable de las instalaciones, equipamiento y desarrollo y puesta a punto de trabajos prácticos

«El hecho de estar dentro del personal esencial  se debe a que tenemos equipos que requieren mantenimiento constante. Cuando se impuso la cuarentena  fue por dos semanas. Tratamos de dejar todo en orden  pensando en eso», comentó la doctora Garciarena en contacto con El Diario.

La situación cambió al  extenderse la cuarentena y se sumaron las limitaciones laborales tal como ocurrió en Argentina, mientras crecía  la actividad en hospitales y laboratorios.

«Hubo en esas primeras semanas muchas solicitudes de material desde los hospitales que se tuvieron que adaptar a manejar este tipo de muestra, a tratar con pacientes infectados y hacer ensayos de PCR para detectar el virus por lo que  teníamos constantes pedidos de máscaras, guantes, reactivos e incluso máquinas de PCR  en préstamo, las que estaban sin uso al suspenderse la investigación» comentó, añadiendo que «después de varias semanas  cuando se conoció  que la cuarentena se iba a prolongar, en Trinity  se dio la posibilidad a investigadores que trabajan en temas relacionados con Covid para poder desarrolar  tareas de investigación relacionadas  con este virus.  Si bien nosotros no trabajamos con infecciones directamente, tenemos dos grupos de investigación que trabajan en formular medicamentos de manera que lleguen mejor a los pulmones, ya había grupos trabajando en eso y una de las dificultades  con esta enfermedad  era precisamente como hacer llegar los medicamentos a las células que los necesitaban . Dos de nuestros investigadores presentaron proyectos que, una vez aprobados, permitieron que sus equipos de investigación pudieron retornar a sus tareas.Y una vez que hay investigadores trabajando en los laboratorios, requieren de nuestro soporte técnico de miembros de mi personal.

Su vida en Dublin y la cuarentena

 En cuanto a su vida en cuarentena, Garciarena dijo que vive en un barrio, en los suburbios de la ciudad donde hay solo casas, «por lo que no nos enteramos lo que pasa en el resto de la ciudad. Pero la primera vez que tuve que ir al colegio fue shockeante ir en auto y transitar por calles absolutamente desiertas». A su vez comentó que normalmente realiza los viajes a su trabajo en tren tardando 30 minutos, cuando en auto con movimiento normal le demandaría cubrir el mismo trayecto más de dos horas.

Si bien las restricciones y medidas impuestas  por  el gobierno irlandés no difieren mayormente con las que tenemos en Argentina, un «privilegio» que tienen es el de poder salir a hacer actividades físicas hasta una distancia de dos kilómetros de su domicilio.

Con dos hijos pequeños (una niña de 5 años y un varón de 2) y un parque muy próximo a su casa, pueden turnarse con su esposo para realizar salidas recreativas.

Ahora, desde hace pocos días el gobierno lanzó un programa de flexibilización de la cuarentena en etapas, lo que les permite gozar de otras «libertades», con total respeto a los límites. Dentro de las actividades permitidas, ya los hoteles toman reservas a partir del 20 de julio.

«Si bien se sigue flexibilizando, hay temores pero son los normales ante lo que tenemos por delante», deslizó.

Remontándose al inicio de la pandemia, la  profesional manifestó: « A fines de enero empecé a ver las cosas que pasaban en China y me agarró un poco de miedo. Por entonces aún no  había mucha difusión al respecto. Yo veía muchas escenas de lo que estaba ocurriendo que no salían en los medios sobre como tapiaban los edificios y la gente no podía salir de  sus propias casas. Vi videos de mujeres bajando por los balcones para comprar comida. Me alarmé  mucho y cuando vi lo de Italia, en febrero, me aprovisioné de todo, incluso les comenté a mis compañeros lo que se venía para que estuvieran atentos»

A la vez  añadió que en Irlanda, «en un principio se subestimó el alcance de todo esto pero el Gobierno tomó un par de medidas importantes. Un partido de rugby de la selección contra Italia fue lo primero que se suspendió  y luego suspendieron los festejos de San Patricio (el 17 de marzo)  que es el festejo por excelencia. El 17 era martes y la cuarentena se impuso desde cuatro días antes. Desde ese momento se lo tomaron muy en serio. Actualmente la gente está muy conciente de los cuidados a tener  Ahora está empezando el verano y es como que la gente se está relajando un poco mientras se están a la vez flexibilizando las medidas. Permiten por ejemplo que se reúnan hasta 4 personas en espacios abiertos y manteniendo distancias, lo que es respetado por todos, no hace falta la intervención policial. Las fuerzas de seguidad no actúan deteniendo, solo advierten en caso de ser necesario».

En cuanto a los casos de Covid 19 señaló que el pico de la pandemia se dio a mediados de abril, con más de mil casos diarios y después fue bajando y hace más de una semana están por debajo de 100 casos diarios  y sigue bajando. Algo similar sucede con los decesos que tuvieron un registro máximo de 40 por día y ahora son muy pocos los registrados incluso con días sin fallecimientos, «aunque da temor que a medida que se flexibilice eso produzca un aumento».

¿Tuvo Covid-19?

 La doctora Garciarena atravesó un cuadro de enfermedad que, aunque sin haber sido confirmado tiene, por los síntomas la certeza de haber tenido Coronavirus.

«Antes de que se empezara a hablar de otros síntomas, además de la fiebre y la tos, el 18 de marzo perdí el olfato y el gusto. Recuerdo que lo último que olí fue un mango. Busqué en Google y aún había poca información. Llamé a mi médico y le comenté los datos que obtuve. A la semana,  el 24, empecé con dificultades para respirar, sensación de ahogo, me preocupé bastante; el doctor me recetó antibióticos, estuve varios días preocupada pero mejoré. Estoy segura que cursé la enfermedad. La pérdida de olfato y gusto me duraron dos semanas  y después fue volviendo gradualmente pero ya voy mejorando. El médico me dijo que me aislara pero fue imposible. Es más, mi hijo menor  tuvo un par de días fiebre alta que pudimos controlar. Yo lo más alto que tuve fue 38.2, no me testearon pero estoy casi segura que tuve Coronavirus».