Un sueño que se gestó hace 80 años

Un sueño que se gestó hace 80 años

De izquierda a derecha aparecen Marcos Soto, Cecilia Bratten, Sofía Blanco, Felicita de Yaniz, Rosario Alvarez Prado, Constanza Bibbó, Ludmila Gauna, Agustín Pérez y la hermana Romina

Fueron dos religiosas de la Congregación de las Hermanas Azules las que, pensando en voz alta, soñaron con crear una escuela para niños y niñas. Esto ocurrió hace ochenta años.

La casualidad quiso que ese comentario fuera escuchado por otras dos mujeres, con corazón solidario, quienes de inmediato, respondiendo en el idioma francés, dijeron que ofrecían para ese emprendimiento una fracción de tierra de algo más de cien hectáreas ubicadas a pocos kilómetros del centro de la ciudad. Eran las hijas de don José de la Cuadra, uno de los fundadores de San José de Balcarce.

Fue en 1937 cuando se dio inicio a la construcción del Colegio Rural «San José, que al año siguiente abrió sus puertas con salas para primer y segundo grado. Luego se fue ampliando la matrícula lo que permitió completar la enseñanza a nivel primario.

La institución fue creciendo por lo que se abrió un curso comercial técnico de tres años, con salida laboral. Luego, los cambios de planes de estudio hicieron que se transforme en Polimodal de Ciencias Naturales

Posteriormente, a partir de un convenio entre la Dirección provincial de Escuelas de Gestión Privada bonaerense, la comuna local, la Universidad Nacional de Mar del Plata, el INTA y la Congregación de las Hermanas Azules se abre en 2009 la Escuela de Educación Secundaria Agraria «San José».

CELEBRACION

Las hermanas Romina, María Gabriela y Patricia son quienes desempeñan el rol de acompañar cada una de las actividades educativas. Reconoce la primera de ellas que la Educación Secundaria Agraria es una de las alternativas de la modalidad de la educación técnico-profesional, en el marco de la Educación Secundaria Obligatoria que establece la Ley de Educación Provincial Nº 13.688.

«Es una propuesta basada en proyectos e integración de materias según el objetivo elegido. Las materias de campo se realizan en sitios especiales y las de estudio se vinculan más a aquellas para que luego en el ciclo superior apunten a los proyectos de los alumnos», explicó la hermana Romina.

Poco más de 250 son los alumnos de los niveles inicial, primario y secundario. Incluso resaltó un hecho la hermana Romina, que viene ocurriendo desde 2013 como lo es que exista lista de espera de ingresantes, «lo cual antes era impensado».

Si bien el nivel primario no es de modalidad agraria, se busca ir vinculándose con el secundario. Producto de ello, por ejemplo, en la pasada EduCoAgro hubo proyectos compartidos como lo fue el de la «guachera» y otro sobre celiaquía que trascendieron al público.

Hay un aspecto primordial que la hermana Romina no quiso pasar por alto y es que el nacimiento de la escuela agraria en ese ámbito fue posible merced al aporte de distintos organismos oficiales antes mencionados. «Son las patas fundamentales sobre las cuales se apoya este proyecto educativo», agregó.

La teoría allí está acompañada por las prácticas a campo. Así es como los adolescentes adquieren conocimientos en producción lechera, apicultura, actividades de granja, producción de granos y forrajeras, fabricación de alimentos y maquinaria agrícola, entre otros. Todo esto, además, se ve reforzado con visitas a las Reservas del INTA Balcarce donde profesionales del organismo, como también docentes de la Facultad de Ciencias Agrarias, enriquecen con sus aportes al alumnado.

Asimismo, al finalizar los estudios secundarios hay una instancia más de aprendizaje y lo es la Tecnicatura Agropecuaria con orientación en agroalimentos. «Desde que se instrumenta esta opción educativa ya han egresado más de una decena de alumnos», comentó la hermana Romina.

Compromiso

Recientemente, directivos del Colegio, bajo el lema «Compromiso local», firmaron un convenio con la Unidad Integrada Balcarce y una docena de empresas ligada a la actividad agroindustrial para permitir un acercamiento fluido de los alumnos a las innovaciones y nuevas prácticas, mejorar el acceso al conocimiento y también la inserción laboral

Incentivación

También constituye un estímulo para la enseñanza lo cual ya se ha convertido en un clásico como lo es la EduCoAgro, muestra educativa, comercial y agropecuaria que viene realizando con notable éxito el establecimiento de enseñanza. «Resulta impactante observar como se comprometen los alumnos con esta realización. Llega abril y ya comienzan a pensar en los proyectos a trabajar y presentar en la muestra», explicó la hermana Romina. «Es una posibilidad de articular también con otros niveles de enseñanza», agregó.

Cosecharás tu siembra

El fruto de la cosecha es el resultado de lo que se siembra. Pues bien, hoy el Colegio Rural «San José» atraviesa un presente lleno de desafíos y proyectos en el año del octogésimo aniversario. «Estamos recogiendo la historia, que es mucha. Parte de ella ya la hemos recuperado. Soñamos que ésta sea una posibilidad de formar a los jóvenes no solo como técnicos sino como personas. Más allá de lo educativo también hay espacios para reflexionar sobre los valores a partir de una espiritualidad propia que tiene la escuela», concluyó diciendo la hermana Romina.