Otro valioso aporte de Bomberos al Instituto Malbrán para elaborar el suero antiofídico
Si bien rara vez resulta fatal, la mordedura de una yarará deja huellas. Produce, entre otros efectos, necrosis de tejidos, hemorragias, múltiples dolores, convulsiones y hasta daño renal. Con este panorama, cualquiera intentaría evitar el contacto con este tipo de serpientes.
Hace más de cincuenta años, el recordado Jorge De Fazy se transformó en un asiduo «visitante» de las sierras balcarceñas, en especial La Barrosa, a cuyo pie se encuentra su casa. Su noble compromiso fue el de capturar, analizar, estudiar y tipificar las serpientes que se encuentran en su hábitat natural fue su desafío permanente. Se transformó así en un colaborador permanente del Instituto Malbrán, donde a partir de los envíos de los ejemplares allí elaboran el suero antiofídico para ser utilizado en personas que sufrieron mordeduras de serpientes.
Transmitió sus conocimientos y esa pasión a su hijo Daniel, quien luego instaló el tema en el cuartel local de bomberos voluntarios, capacitando a sus integrantes. Pero además aprendió a capturar víboras tomando, claro está, los recaudos y cuidados necesarios.
NUEVO ENVIO
En las últimas horas, el Instituto Malbrán recibió una importante cantidad de víboras para elaborar suero antiofídico, las cuales fueron remitidas desde el cuartel local de bomberos a partir del trabajo llevado a cabo por De Fazy y otros colaboradores que integran el Departamento de Ofidios del cuartel.
El propio bombero De Fazy, acompañado por el oficial auxiliar de dotación Walter Iborra y el ayudante mayor Damián Pasquale, entregó cerca de 30 ejemplares (yarará de la cruz, yarará ñata y algunas culebras) para la extracción del veneno que posibilitará luego elaborar el suero antiofídico. Incluso ahora también tiene alguna utilidad en la elaboración de medicamentos para enfermos cardíacos y la cura del cáncer.
Explicó De Fazy a El Diario que además de entregar los animales, la nueva visita al Instituto permitió intercambiar información valiosa para las partes involucradas en esta tarea. Asimismo, remarcó que Balcarce es el único lugar que remite ejemplares vivos, los cuales son alimentados y preservados para que sigan produciendo veneno.
Por otra parte, De Fazy dejó en claro que los bomberos locales no salen a capturar víboras sino que atrapan aquellas que pueden generar una situación de riesgo en un sector público o en una vivienda, por ejemplo.
Señaló luego que ha sido importante el número de víboras capturadas durante este 2018 donde se dieron situaciones puntuales para que ello ocurra como períodos de sequía y temperaturas elevadas.
Finalmente De Fazy agradeció a los directivos de la Asociación de Bomberos Voluntarios y a los miembros del cuerpo activo por colaborar en esta labor.