Momentos de tensión en un campo al secuestrar la Policía animales exóticos

Momentos de tensión en un campo  al secuestrar la Policía animales exóticos

A principios de este mes el campo «Los Aromos», ubicado a unos 10 kilómetros del casco urbano, en la zona de Colonia Balcarce, propiedad del vecino Roberto Florez, cobro notoriedad a nivel nacional a través de la prensa tras un allanamiento practicado por efectivos de la Policía Federal de la Delegación Mar del Plata, junto a agentes de la Brigada de Control Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación (MAyDS), a raíz de una denuncia por infracción a la Ley 22.421 (conservación fauna silvestre). Allí se encontraron con más de 300 animales de distintas especies.

Florez desde hace más de 50 años se dedica a la cría esos ejemplares –tigres, búfalos, ciervos, pumas, pavos, muflones, pájaros, etc.-. Nunca ocultó esa pasión a punto tal que muchas familias concurrían a su especie de «zoológico» para observar a los animales salvajes, silvestres y no autóctonos.

La descripción de aquel entonces señaló que había 2 tigres, 10 pumas, 14 ciervos colorados, 12 antílopes, 6 ciervos axis, 57 ciervos dama, un guanaco, 20 pavos reales, un gato montés, una llama, un búfalo, 150 muflones, 2 ñandúes, 9 jabalíes, una perdiz colorada, un loro hablador, un cardenal amarillo, una reina mora, un naranjero, un jilguero español, 3 corbatas comunes, un jilguero amarillo, un mirlo moñudo, 2 estorninos comunes y 2 cardenales copete rojo.

Aquel 6 de enero, el Juzgado Federal Nº 1 de Mar del Plata a cargo del doctor Santiago Inchausti, que interviene en la causa, dispuso tras el allanamiento la entrega de la totalidad de animales y demás «trofeos» (un cuero de puma, un cuero de axis, cuatro taxidermias de axis, cuatro cornamentas de ciervo colorado, una taxidermia de ciervo dama, una taxidermia de antilope de la india, 14 cornamentas de ciervo dama y una cornamenta de axis) en calidad de depositario judicial al responsable del establecimiento rural, mientras los investigadores estudiaban la procedencia y el destino final de estos animales.

PROCEDIMIENTO IMPROVISADO

Alrededor de las 15 de anteayer retornaron al campo de Florez agentes de la Policía Federal como también de la Brigada de Control Ambiental para cumplir con los alcances de la disposición de la Justicia de retirar de allí algunos de los ejemplares en cautiverio para ser trasladados a otro predio para lo cual convocaron a un transportista.

De acuerdo a la información obtenida por este medio, el Juzgado Federal Nº 1 marplatense actuante ordenó que se incauten los muflones -había unos 150- y los pájaros.

La presencia policial y de los agentes de Control Ambiental generó malestar en el propio Florez y el resto de su familia en la calurosa tarde de sábado. Es que esos animales son parte de su vida. «Nunca oculté nada de lo que tengo», aseguró a

El Diario horas después del operativo concretado aquella tarde del 6 de enero si bien reconoció que no tenía los papeles que certifiquen la procedencia de los animales.

Pero más allá de ese enojo, anteayer se observó en el lugar la improvisación de las fuerzas actuantes porque no concurrieron con los elementos necesarios para proceder a la carga de los ejemplares a secuestrar pero además no mostraron ser idóneos al tener que inmovilizarlos valiéndose para ello de la utilización de lazos.

Según el propio abogado de la familia Florez, doctor Eduardo Antonio Chavez, hubo animales que sufrieron heridas en sus extremidades.

Incluso en las redes sociales se viralizaron una serie de videos en los cuales se mostraba la forma en que actuaba Policía y Control Ambiental para poder capturar y trasladar hasta el camión jaula los animales, que sufrían las consecuencias.

«Mi tío no hacía eso, mi tío les daba de comer», expresaba llena de indignación en uno de los videos una sobrina de Florez mientras se podía apreciar la forma en que eran retirados algunos de los animales.

Alrededor de las 23 se dio por concluido el operativo. Algunos de los muflones y los pájaros fueron llevados a una reserva ecológica o santuario perteneciente al Estado. Pero la causa continúa por lo que no se descarta que en pocos días más se ordene el traslado del resto de los ejemplares.