Hugo de la Torre: «Hice muchos amigos y esa es la satisfacción más grande que tengo»

Hugo de la Torre: «Hice muchos amigos y esa es la  satisfacción más grande que tengo»

El sonido en Balcarce tiene más de un representante y entre ellos se manifiesta como uno de sus vivos referentes Hugo de la Torre, con una vasta trayectoria que ya está próxima a las cinco décadas dedicadas a la música, a las cuales con el correr del tiempo le agregó la actividad de la iluminación, conformando así un combo necesario y sumamente requerido por sus ocasionales contratantes, labor que por otra parte lo ha paseado por diferentes celebraciones locales y otras en diversas ciudades de la zona. Desde hace algún tiempo comparte la posta de la empresa con su hijo Marcelo, a quien cada tanto ayuda con alguna tarea, aunque ya oficiando más de supervisor o fuente de consulta permanente.

«A mí me gustaba mucho la música desde chico, estaba siempre prendido a la radio. Después me compré un tocadiscos y discos porque me encantaba la música, el folclore y también la música bailable, que después me sirvió para trabajar».

Así define lo que fueron sus primeros contactos con el ambiente que, sin saberlo, oficiaría como una importante fuente de ingresos a partir de determinada edad, una vez jubilado de su principal trabajo de toda la vida.

Y recuerda aquellos inicios laborales, que fueron modestos pero auspiciosos ya que su nombre comenzó a circular. «Las primeras fiestas fueron chicas, yo era muy amigo de la gente del Campo de Pato y ahí empecé con matinés, almuerzos y cenas, ellos me contrataban. Y de ahí surgió gente conocida que me empezó a llevar, por ejemplo la Unión Arabe, la Sociedad Italiana», señaló de la Torre.

EQUIPOS, CIUDADES Y RELACIONES HUMANAS

Paralelamente a su actividad laboral dentro del Banco Español, parte de sus ganancias las destinaba a ampliarse musicalmente con la compra de equipos. Una vez que logró la jubilación, después de más de 25 años dentro de dicha entidad bancaria cumpliendo funciones de cajero y tesorero, se dedicó por completo a su pasión.

«Con la plata que me dio el Banco compré equipos, me fui ampliando y eso me sirvió para agarrar fiestas grandes. Por ejemplo la Fiesta del Reencuentro en San Agustín, estuvimos 30 años con (Roger) Nagore. Después anduve en la Fiesta del Ajo en Los Pinos, la de los Camioneros en Mechongué, la de la Papa en Otamendi, la de la Avicultura en General Pirán. Mientras hacía trabajos acá en Balcarce, después me contrató la Municipalidad y casi todos los trabajos los hacíamos nosotros, inclusive los seguimos haciendo con mi hijo», contó al respecto.

De esas épocas quedaron vivencias, anécdotas, viajes y las experiencias, por ejemplo, de tareas de doble jornada consecutiva. Además, claro está, de relacionarse con personas con las que inclusive fue forjando una muy buena relación, en algunos casos de amistad.

En ese sentido, relató que «recuerdo haber conocido muchos lugares y gente, anduve por casi toda la zona, hice muchos amigos y esa es la satisfacción más grande que tengo. Ahora

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