Despenalización del aborto: «Llegamos a una situación soñada, que no pensé en vivirla»

Despenalización del aborto: «Llegamos a una situación soñada, que no pensé en vivirla»

«Estoy viviendo con mucha emoción este momento», afirmó Virginia Franganillo, la balcarceña que tuvo un papel preponderante en la instalación del tema sobre la despenalización del aborto

Aún se sigue emocionando hasta las lágrimas. No es para menos. Fue una de las primeras feministas que abrazó con fuerza la causa sobre la despenalización del aborto hasta el cumplimiento de la decimocuarta semana de gestación que aprobó la Cámara de Diputados por 129 votos afirmativos y 125 en contra. Y así lo reconoció la propia legisladora de Cambiemos, Silvia Lospennato, cuando habló minutos antes de la votación al nombrar a la militante peronista de extensa trayectoria, en lo que constituyó un día histórico para la lucha feminista.

Se trata de la balcarceña Virginia Franganillo, quien fuera la primera presidenta del Consejo Nacional de la Mujer, órgano que fue creado en el año 1992 para dar cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés). Luego decidió alejarse del cargo cuando el expresidente de la Nación, Carlos Menem, dejó en evidencia su alineamiento con el Vaticano respecto al aborto.

Entrevistada por El Diario, aseguró que «llegamos a una situación soñada, que no pensé en vivirla. Era una gran lucha de las mujeres. Por eso estoy viviendo con mucha emoción este momento».

RECONSTRUCCION DE LA MEMORIA HISTORICA

Ella fue una de las tantas personas que expuso en una de las audiencias previa al tratamiento del proyecto en el recinto. Fue allí donde reconstruyó esa memoria histórica. «Durante la Convención Constituyente, el Consejo Nacional de la Mujer, primer organismo jerarquizado, ya tenía una importante gravitación en la agenda gubernamental y social. Logramos la sanción de la ley de cupos, primera a nivel mundial, como también políticas pioneras en salud sexual, educación, trabajo y comunicaciones, entre otras».

Como mujer política que es, Franganillo, quien actualmente se desempeña como coordinadora del Observatorio de Género y Pobreza con sede en la Universidad Nacional de San Martín, recordó que el tema del aborto y su despenalización se instala tras su renuncia producto del respaldo de Menem a la política del Vaticano con relación a este tema. «Ese hito, paradojalmente, abre el debate. Hasta ese momento dominaba un pacto de silencio en la dirigencia política. A pesar de nuestras militancias feministas desde la transición democrática, no habíamos logrado instalarlo al tema como asunto público», subrayó.

EL DEBATE

Al momento de la recordada Convención Constituyente, el inesperado intento de incluir una cláusula antiabortista en la nueva Constitución Nacional que venía a romper el núcleo de coincidencias básicas, se convirtió en el debate más fuerte. «El rechazo de las organizaciones de mujeres que sumaron a líderes de la oposición no se hizo esperar. Y desde el Consejo Nacional de la Mujer, el camino fue la desobediencia. Junto a legisladoras del oficialismo, fuimos por más. Como acción simbólica, se presentó un proyecto de consulta popular, a pesar de que todavía no se había votado en la Convención. Pero más asombrosos fueron los resultados que dio a conocer el Consejo Nacional de la Mujer, de la primera encuesta de opinión sobre el aborto: el 57 por ciento de las mujeres del área metropolitana estaba a favor de la legalización. Esa ruptura dentro del oficialismo que promovimos las mujeres puso en cuestionamiento la política presidencial. Y les dio fuerza a las convencionales peronistas que, junto a mujeres de los otros bloques, impulsaban un acuerdo interpartidario para impedir la incorporación de la cláusula antiabortista. Y la cláusula no ingresó. De lo contrario, hoy no estaríamos participando en este debate. Salimos victoriosas y se habían logrado importantes derechos para las mujeres como la inclusión de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, las acciones positivas y otras», recordó.

Ese hecho sin dudas develó que por entonces había consenso en la sociedad argentina con respecto a la legalización del aborto y su tratamiento. Pero hubo costos que pagar. Uno de ellos, como la propia Franganillo comentó, fue su renuncia a la presidencia de un organismo gravitante. Pero, como ella mismo manifestó, dejó una marca: que las políticas del Consejo inspiradas en el feminismo expresaban la aspiración de la mayoría de las mujeres en la Argentina.

AVANCES

Transcurridos 24 años de aquel episodio, se lograron avances en materia de derechos sexuales que han tenido como protagonista al Congreso. «Hay una revolución en marcha que no solo se refleja en la masividad, sino que se encarna en nuevas subjetividades cuya cara más nítida son las jóvenes y los jóvenes, en donde el derecho a la legalización del aborto forma parte de su sentido común», afirmó.

También remarcó Franganillo que «no se soporta más que en una Argentina donde hace casi cien años se controla eficazmente la natalidad en los sectores medios y altos, la política siga exigiendo heroísmo a un sector muy importante de las argentinas, las más humildes, imponiendo sus maternidades forzadas…Las diputadas y diputados tuvieron con su voto positivo la oportunidad de cerrar una historia negra de nuestro país. Hoy nos sentimos más dignos y dignas de ser argentinas y argentinos».

Despenalización del aborto: «Llegamos a una situación soñada, que no pensé en vivirla»