Camino a "El Faro": del "orgullo" de antaño a la destrucción total del presente

Camino a "El Faro": del "orgullo" de  antaño a la destrucción total del presente

Camino alternativo. Los vecinos prefieren transitar por la banquina antes de hacerlo entre los pozos

Resulta extraño que con inusitada frecuencia se escuche hablar del mal estado de los caminos rurales y/o de las reparaciones que se realizan en los mismos, mientras hay un camino a pocas cuadras de la ciudad que desde hace años es INTRANSITABLE y prácticamente no se haga mención de él.

Nos referimos puntualmente a la calle 79 que une la ruta 55 a la altura de la Sociedad Rural con el almacén "El Faro" (según la denominación costumbrista ya que dicho comercio no existe desde hace años).

Ese camino, de unos 25 kilómetros, estuvo asfaltado. Fue una obra realizada durante el gobierno de Juan José Mare, que permitió dar a toda una amplia zona un fuerte empuje.

Era todo un orgullo y a su vez otorgaba prosperidad.

El tiempo y la falta de mantención fueron haciendo mella en el asfalto que puede que no haya acompañado en su estructura para soportar los embates del constante tránsito pesado. Así fue como el deterioro se fue adueñando de aquel camino y la prosperidad que se auguraba para la zona fue desmoronándose.

En muchas oportunidades se oyeron voces indicando que se trata de un camino provincial y por ende es el gobierno bonaerense el que debe hacerse cargo. Como contrapartida los mapas lo cuentan como una calle (la 79) y su prolongación como camino rural, por lo que sería Municipal.

Lejos de esa dicotomía, quienes se ven obligados a circular por allí padecen las consecuencias del abandono.

Hablar de pozos es hoy ser demasiado benévolos ya que la inmensa mayoría de los cientos que hay superan ampliamente dicho calificativo.

Son kilómetros de "cráteres" uno tras otro que parecen competir entre ellos en ver cual supera a sus pares.

Hay largos trayectos en que ante la imposibilidad de circular, han ido apareciendo "caminos alternativos"; senderos de tierra en el sector de banquinas que muchos utilizan como opción. Pero hay que ser duchos para saber dónde bajar y dónde subir, ya que de lo contrario, los riesgos son grandes.

¿El asfalto? Ya no existe. Solo en cortos tramos se lo puede "descubrir" en medio de inmensos pozos.

Transitar se hace casi imposible. En muchos sectores se debe hacer a "rueda muerta". Y si se debe circular en días de lluvia, los pozos ocultos por el agua multiplican los peligros.

Demás está pensar cómo pueden llegar a movilizarse ambulancias, bomberos o policía ante una emergencia.

Cabe recordar además que a mitad de camino (en El Capricho) hay una escuela y que docentes, alumnos y padres deben circular a diario por allí.

VER PARA CREER

Quien no ha transitado nunca por ese camino, o hace mucho que no lo hace, puede considerar que todo lo expuesto es una tremenda exageración. Invitamos, a quienes así opinen - funcionarios municipales y concejales incluidos - a que simplemente se tomen un par de horas (es lo mínimo que se puede tardar en ir y volver si hay interés en conservar el vehículo en condiciones) y lo compruebe.

Quizás al regreso piense que con lo expuesto nos quedamos "cortos". Vale la pena preguntarse porqué quienes se ven obligados a circular con frecuencia por dicho camino no alzan sus voces, ya que tener que transitar por allí para luego verse obligados a pagar tasas por conservación de la Red Vial o impuestos provinciales parecería una ironía.

Más allá de la responsabilidad que le puede caber a la Provincia o al Municipio en la puesta en condiciones de este camino ¿no habrá alguien que aunque sea por vergüenza decida tomar cartas en el asunto y buscar la forma de repararlo?.

Pretender que sea reasfaltado sería una utopía, pero quizás haya manera (y las hay) de acondicionarlo para permitir una transitabilidad "normal", con eso alcanzaría.

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